Como ya anticipamos, la alemana ZF ha llegado a un acuerdo para adquirir el grupo norteamericano TRW Automotive tras haber estipulado un precio final de casi 82 euros por acción, un 16% por encima de su precio de mercado, sumando en total la operación un valor de 10.465 millones de euros (1.500 millones más de lo previsto). ZF, especialista en fabricar cajas de cambio y transmisiones, pertenece a la fundación Zeppelin Friedrischafen (de ahí sus iniciales) y facturó en 2013 algo más de 16.800 millones de euros: cuenta con más de 1.021 millones de euros de liquidez, mientras que TRW facturó el año pasado casi 12.900 millones de euros, en su mayoría como proveedor del grupo VW. La posible compra de TRW se anunció a principios del verano, cuando se reconocieron los primeros contactos (presentados siempre como fusión, aunque ZF no se conformaba con nada que no fuera la mayoría de TRW) y descritos como “oferta amistosa de compra”.
La operación ha sido muy beneficiosa para TRW (propietario de la española Eurofren y uno de los principales suministradores mundiales de equipos de freno y seguridad), ya que las primeras valoraciones bursátiles del grupo americano no superaban los 8.000 millones de euros (valor en mayo en la Bolsa de Nueva York), cifrándose la oferta de ZF entre los 8.500 y los 9.000 millones de euros. Con esta compra, ZF pasa del 9º al 2º lugar en el “ranking” mundial de componentes de automoción), sólo por detrás de Bosch, con una plantilla de 138.000 personas y una facturación anual conjunta de 23.255 millones de euros.
La compra de TRW por ZF se hará efectiva a primeros de 2015; mientras tanto, y para lograr el “placet” de la Comisión Europea a la misma en lo que respecta a la legislación antimonopolio y de defensa de la competencia, ZF venderá a Robert Bosch su parte en la “joint venture” que tenía con ella para fabricar direcciones.