Vision EQ Silver Arrow

26 agosto, 2018
G. ROMERO-REQUEJO M.
Flecha de plata del siglo XXI

Con ocasión de la Monterey Car Week (del 18 al 26 de agosto de 2018), que termina hoy en Pebble Beach, Mercedes-Benz ha sorprendido a sus asistentes con el showcar Vision EQ Silver Arrow, un concept car futurista basado en los míticos «flechas plateadas» cazarécords de los años 30 y que anticipa rasgos de diseño de la marca EQ a futuro y su tecnología eléctrica.

La cita anual en Pebble Beach, California, se ha convertido en un certamen imprescindible para los expertos, fanáticos y coleccionistas de automóviles de todo el mundo, donde las marcas están aprovechando para adelantar sus novedades más exclusivas, tanto en formato concept como en vehículos de producción. Este es el caso de Mercedes-Benz, que acude a la cita anual con un espectacular monoplaza denominado EQ Silver Arrow que no es solo un prototipo futurista, sino también un homenaje al célebre cazarécords W125 del año 1937, vehículo basado en el bólido del Gran Premio de ese mismo año aunque con una silueta aerodinámica, totalmente carenado para batir récords de velocidad. La pintura en plata Alubeam recuerda el origen de los históricos Flechas de Plata, cuando en 1934, por motivos de peso, tuvieron que desprenderse de la pintura blanca dando lugar a una constante de la marca en competición y estandarte de la alta velocidad.

Los tiempos que corren y el estatus de la nueva marca de Mercedes, hace que el EQ Silver Arrow haya sido concebido como vehículo eléctrico puro. Dotado de propulsión trasera, la potencia de este Flecha de Plata del siglo XXI alcanza los 550 kW (750 CV), alimentando su motor en todo momento a través de una batería plana refrigerada por aire (a través de las ranuras laterales de la carrocería) de unos 80 kWh de capacidad situada en los bajos, lo que le permite una autonomía estimada de más de 400 km según el nuevo ciclo WLTP.

EQ, seña de identidad de los Mercedes totalmente eléctricos

La marca EQ será la división bajo la cual se comercializarán los modelos de Mercedes-Benz más vanguardistas, totalmente electrificados y con una estética independiente, introduciendo el término de «lujo avanzado«. El diseño del Vision EQ Silver Arrow está definido por líneas nítidas y fluidas, es consecuente con la filosofía de diseño de la marca (claridad sensual) y posee una silueta estilizada. La figura de este largo monoplaza de 5,30 metros de longitud y un metro de anchura, ha sido definida por la marca como esbelta y turgente, realizando su carrocería en fibra de carbono, al igual que el splitter frontal,

Sin duda, la seña de identidad de este concept es el panel frontal con función de visualizador y la banda luminosa continua de color azul en su frontal y que continúa en los faldones laterales. El gran logotipo EQ está iluminado en azul, el color distintivo de la nueva marca, se integra a modo de bajorrelieve y se repite en los laterales por delante de las ruedas traseras. Destaca la espectacular cabina del conductor, que puede abrirse hacia delante, y las ruedas con las llantas multirradio de aluminio ligero pintadas en oro rosa (tonalidad característica del EQ), que están carenadas parcialmente por tapacubos estáticos, elementos estilísticos innovadores de las ruedas. El Vision EQ Silver Arrow calza neumáticos tipo slick en formato 255/25 R 24 en el eje delantero y 305/25 R 26 en el trasero, garantizando altas cotas de tracción y aceleración. Además, los neumáticos lisos incluyen el logo de Mercedes-Benz (la estrella sin el aro) en la superficie de rodadura realizado por Pirelli, demostrando un gran cuidado hasta el último detalle.

En la vista trasera vuelve a destacar el empleo de la fibra de carbono como elemento principal, siendo su difusor trasero recuerdo del automovilismo de competición. Dos spoilers traseros extensibles asumen además la función de freno aerodinámico, aumentando la resistencia al aire cuando se desea bajar la velocidad.

El diseño interior, una fusión del pasado y el futuro

El interior del EQ Silver Arrow representa los valores del lujo avanzado, es decir, mezcla una estética atemporal con una visión futurista, con predominio de materiales tradicionales de alta calidad como cuero, aluminio cepillado y madera de raíz de nogal. En cambio, el puesto de conducción digital nos traslada directamente al futuro, con su pantalla panorámica curva con técnica de retroproyección de imágenes en 3D y la pantalla táctil integrada en el volante, todo bajo el mismo tono azulado de la carrocería.

Al abrir la cabina del conductor hacia delante, nos introducimos en un habitáculo sorprendentemente espacioso para tratarse de un monoplaza, destacando el contraste en su interior del cuero marrón ecuestre en el asiento y el volante, con el aluminio cepillado en anclajes del cinturón de cuatro puntos y tiradores de puertas, y la madera de raíz de nogal con líneas más oscuras de madera de conífera en el suelo.

La banqueta y el respaldo del asiento presentan un original patrón con estrellas pespunteadas grabadas al láser que se adapta al contorno del asiento, mientras que en este último se ha integrado la calefacción AIRSCARF para la zona de la nuca, innovación estrenada por los modelos descapotable de Mercedes. Como toque deportivo, los pedales se pueden adaptar individualmente a la estatura del conductor mediante un regulador situado junto al asiento.

Los materiales nobles dan paso a la alta tecnología que manifiesta la marca EQ, como la amplia superficie curva de proyección de la pantalla panorámica del salpicadero, en la que se proyectan imágenes tridimensionales con ayuda de un retroproyector, y que incluye una función de visualización en la pantalla del carril de la calzada en el que se es posible la carga por inducción. Además, cono vehículo futurista, posee técnicas de inteligencia artificial que hacen posible competir con Flechas de Plata históricos o actuales. Para ello, la pantalla panorámica visualiza un circuito de carreras virtual en el tramo real, y el conductor ve a su rival imaginario por delante o por detrás. La función de asistencia «Virtual Race Coach» ayuda a mejorar la aptitud del conductor al volante, emitiendo indicaciones durante la carrera.

Para finalizar y como guiño a los volantes de la Fórmula 1 actual, el volante incorpora una pantalla táctil desde la cual se pueden seleccionar los distintos programas de conducción: Comfort, Sport y Sport+. También se pueden configurar los ajustes de sonido del motor mediante un procesador digital que emula el sonido de un Flecha de Plata de Fórmula 1 actual o el de un motor Mercedes-AMG V8.

Fuente de inspiración: el W125 de 1937

La figura de la que bebe la silueta de este Vision EQ Silver Arrow es el modelo de competición cazarécords W125 producido por Mercedes-Benz en 1937, basándose en el bólido de carreras de Fórmula 1. Uno de los rasgos más marcados del Mercedes W125 que sirvió de inspiración a los diseñadores del EQ Silver Arrow, fue el acristalamiento del puesto de conducción, cuyo contorno y sección imitaban la forma de una gota de agua.

La nueva carrocería creada por Mercedes-Benz en el w125 incorporaba elementos importantes de la industria aeronáutica recomendados por los departamentos de desarrollo de las fábricas de aviones de Ernst Heinkel y Willy Messerschmitt. Concretamente se acortó el voladizo delantero y se hizo un frontal más redondeado, y además, se prolongó el frontal hacia abajo y se eligió un ángulo más erguido en la punta. Con estas modificaciones era posible contrarrestar las fuerzas ascensionales sobre el eje delantero, mientras que la zaga más alargada y erguida hacía lo propio en el eje trasero.

Si bien había una cierta rivalidad a un lado y otro del atlántico en conseguir el automóvil más veloz, la obsesión por batir récords de velocidad sobre asfalto no fue un capricho de la marca alemana. La llegada al poder de Adolf Hitler en 1934 perseguía, entre otras cosas, enviar una imagen de superioridad tecnológica al resto del mundo. Para ello conminó a las marcas punteras Mercedes-Benz y Auto Unión (actual Audi) a que luchasen por lograr ser el más rápido en las llamadas «semanas de récord» (Rekord Woche). Llevadas a cabo en las recién construidas Autobahn, el triunfo de Mercedes-Benz en 1938 se vio ensombrecido con el final trágico de Bernd Rosemeyer, que perdería la vida en la autopista A5 entre Fráncfort y Darmstadt con el Auto Unión Type C, en su segundo intento (en el primero alcanzó 429,9 km/h) de batir el récord del Mercedes-Benz W125 pilotado por Rudolf Caracciola. Este récord de velocidad en las vías públicas de 432,7 km/h, calculado como promedio del trayecto de ida y el de vuelta, se mantuvo vigente hasta noviembre de 2017, siendo batido por el ex-piloto de Fórmula 1 Juan Pablo Montoya al volante de un Bugatti Chiron estrictamente de serie (447,2 km/h).

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