Se trata de una nueva oferta para competir en un segmento básicamente urbanita, para los que quieren un coche de tamaño compacto pero que no renuncian a la flexibilidad de un monovolumen y, llegado el caso, a un tracción a las 4 ruedas para usarlo en el campo. La plataforma es la del Yaris convenientemente alargada. Sobre ella se ha montado una carrocería de 5 puertas que no llega a los 4 m (3,93 m) pero dispone de una buena anchura con 1,71 m y también altura, ya que mide 1,52 m que pasa a1,54 en la versión con tracción total.

Estéticamente su imagen no pasa desapercibida, especialmente el frontal, los pronunciados pasos de rueda delanteros y los grandes retrovisores exteriores. En la zaga, destacan las luces de diodos para la luz de freno. Y si por fuera resulta atractivo, no lo es menos por dentro. El salpicadero es de diseño moderno, con una consola central rematada en símil titanio, mientras que el cuadro de instrumentos se concentra en un gran reloj que incluye el velocímetro y el cuentarrevoluciones en tanto que el resto de la información se distribuye en dos minipantallas a ambos lados del gran reloj.
El espacio interno es bueno, en especial las plazas traseras cuyos asientos en las versiones de tracción delantera pueden deslizarse longitudinalmente para facilitar más capacidad al maletero. Este en condiciones normales ofrece 314 litros pero puede llegar a los 388 con el asiento trasero desplazado hacia delante; debajo del piso se aloja una rueda de emergencia, mientras que en la versión de tracción total esta rueda se reempla por un kit antipinchazos y la capacidad se sitúa en los 305 litros.

En general la presentación está cuidada al igual que materiales y acabados y no faltan huecos para guardar cosas. Está disponible con dos motores ya conocidos en otros modelos de la marca. En gasolina se trata del 1.33 litros de 101 CV con distribución variable y caja manual de 6 velocidades con un consumo muy ajustado, 5,5 lit/100 km, gracias también al sistema arranque/ parada que incorpora y que para automáticamente el motor cuando el coche se detiene en un semáforo o en un atasco. Es un motor agradable de conducir por su baja sonoridad y un funcionamiento bastante suave pero le falta algo de respuesta sobre todo con peso y a régimen bajo, aunque una vez se superan las 2.500 vueltas su rendimiento mejora.
Por lo que concierne al motor diesel, se trata del 1.4 litros de 90 CV, que tiene homologado un consumo de 4,5 litros y va asociado también a un cambio manual de 6 marchas; sus emisiones se sitúan por debajo de 120 gr de CO2. Este motor es el único que puede ir con un sistema de tracción total que en este caso es el mismo que se utiliza en el RAV4. Esta versión es ligeramente más pesada, consume 4,9 litros y paga un 4,75% de tasa de matriculación ya que las emisiones se sitúan en 130 gr. Por otro lado se diferencia estéticamente de las versiones de tracción delantero por las molduras de protección a lo largo de todos los bajos de la carrocería así como por la protección de bajos que lleva tanto delante como atrás.

Las suspensiones adoptan el esquema del Yaris, es decir, Mac Pherson delante y atrás un eje torsional. El resultado es un comportamiento muy correcto, y dado que el vehículo no tiene mucha altura al suelo, no se registran balanceos y oscilaciones de carrocería.
Llega en dos niveles: Live y Active. El básico lleva de serie 7 airbags, control de tracción y de estabilidad, audioCD con MP3, elevalunas y retrovisores eléctricos calefactados, volante regulable en altura y profundidad y reposacabezas delanteros activos; el aire acondicionado es una opción. El Active sí lo lleva de serie además de faros antiniebla, conexión Bluetooth y llantas de 16 pulgadas, y son opciones el climatizador, el dispositivo de entrada y arranque sin llave y el navegador. Los precios van de 16.200 a 21.700 euros, con un objetivo de ventas de 1000 unidades al año (90% tracción delantera y 70% diesel).