Prueba: Toyota Proace 2.0D (128) Active

14 febrero, 2014
M. A. PUJOL

Retorno a los comerciales ligeros
Fruto de la colaboración entre PSA y Toyota, aunque en honor a la verdad hay que decir que la alianza tiene dos partes bien definidas, el modelo actual no deja de ser un Expert-Jumpy con mejor equipamiento, pero tras él llegará en 2016 otro nuevo que está siendo desarrollado por ambos grupos.
Tras algún intento anterior que no llegó a consolidarse, Toyota apuesta por el vehículo comercial firmando un acuerdo de largo recorrido con el Grupo PSA Peugeot Citroen. El compromiso adquirido se limita al uso comercial, por lo que el Toyota Proace solo está disponible en carrocerías Furgón (la unidad probada) y Doble Cabina o Crew Cab, que representa actualmente el 45% del mercado MDV en España, del que se han matriculado 13.000 unidades en 2013.
Con tracción delantera, el nuevo Toyota Proace está disponible con dos longitudes y dos alturas distintas, que dan lugar a una capacidad de carga de 5, 6 ó 7 m3, en función de la configuración especificada. Habilita una carga útil de 1.200 Kg.

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Confortable y práctico.– La unidad probada ha sido el Proace Active 2.0D 128 CV y lo primero que hemos observado es que el frontal es muy estilizado y aerodinámico, con un gran logo que le sirve para diferenciarse del de sus socios franceses. Al sentarnos destaca la posición elevada del asiento del conductor junto a sus regulaciones longitudinal, en altura y en limitada inclinación del respaldo. Todo ello junto al volante graduable en inclinación y altura configuran un puesto de conducción realmente confortable para largas jornadas de trabajo. El gran parabrisas, de 1,68 m2, ofrece una excelente visibilidad y el salpicadero un entorno de estilo monovolumen.
De serie lleva un asiento de pasajero biplaza, con una consola central que se puede abatir para formar una mesa. El pasajero central no tiene un espacio para las piernas particularmente idóneo, afectado por el resalte de la caja de cambios. Ciertamente, los estudios de mercado nos señalan que la media de pasajeros en estos furgones es de 1,4 por lo que muy rara vez viajan tres personas en el mismo (solo el 3,5% de los usuarios). También observamos unos prácticos compartimientos para objetos en salpicadero, puertas y techo.
El confort interior lo aseguran los elevalunas eléctricos, el cierre centralizado con mando a distancia, los retrovisores eléctricos y calefactables y el aire acondicionado manual. Nuestra unidad de prueba lleva el acabado Active y a todo lo anterior suma un sistema de sonido Radio CD con Bluetooth y manos libres para usar el teléfono móvil y el práctico control de crucero y limitador de velocidad, que usamos con frecuencia durante el test.
A velocidades inferiores a 100 km/h, la sonoridad no es alta porque el motor va a 2.000 rpm en 6ª marcha y la mampara completa reduce el nivel de ruido. La radio se escucha perfectamente. Por supuesto es mejorable si se monta una mampara aislante.

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Carga con seguridad.– El vehículo probado cuenta con un práctico y espacioso compartimiento de carga de 2,25 m de longitud interior y 1,45 m de altura interior, que se aprovecha de sus limpias formas cúbicas interiores para alojar una carga útil de 1.200 kg y un volumen de 5 m3. Con ellos cubre un amplio abanico de necesidades de distribución y transporte urbano. De hecho el segundo mayor grupo de usuarios de estos vehículos son los mensajeros.
Destacamos por su comodidad el acceso al espacio de carga porque la altura desde el suelo es de tan solo 56 cm. Y la facilidad para acceder a la zona de carga a través de grandes puertas traseras con apertura a 180º o por la puerta corredera lateral de 92,4 cm de ancho. Las abrimos reiteradamente en zonas de carga y descarga urbanas (y en polígonos industriales) y aseguramos que no requieren de un esfuerzo especial. También cargamos 2 europalets sin dificultad, porque la distancia entre los pasos de ruedas traseras es de 1,25 m. La división completa del compartimiento trasero incrementa la seguridad, al eliminar el riesgo de que la carga pueda invadir el habitáculo. No tenemos ninguna duda de que este furgón tendrá grandes adeptos entre los profesionales de la distribución urbana.
Motor muy eficiente.– El motor de 2.0 litros rinde 128 CV y con 320 Nm de par tiene suficiente fuerza para que podamos iniciar la marcha sin problemas cargados con 100 Kg. Viene equipado con una caja de cambio manual de 6 velocidades, precisa y muy al alcance de la mano, estando bien ubicada en el salpicadero.
Lo mejor de este motor es su elasticidad, pues es capaz de mantener una velocidad media elevada en carretera sea cual sea su orografía, siempre que no lo bajemos de 1.500 rpm. Los mas de 100 km recorridos por carretera nacional de doble sentido, nos permitieron mantener una velocidad media de 91,2 Km/h con un reducido consumo de 6,2 litros a los 100 km.
En ciudad realizamos las operaciones de carga y descarga y con el tráfico habitual. Lo sobresaliente fue el consumo de solo 7,84 litros/100 km, muy próximos a los 7,6 anunciados por el fabricante. La clave está en que el motor acelera suavemente llegando fácilmente a las 2.000 rpm, donde nos da su mayor eficiencia. Y el cambio es rápido, con leves pérdidas de potencia entre saltos de marcha.
En autovía efectuamos 152 km a una velocidad media de 111 Km/h casi siempre en 6ª velocidad, alcanzando los 7,49 litros/100 km. Con una aceleración de 0 a 100 en unos escuetos 12,6 segundos y una recuperación de 60 a 100 km/h en 4ª en unos significativos 6,8 segundos, podemos afirmar que este Proace tiene un nivel de prestaciones muy aceptable.

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Comportamiento intachable.– Por carretera el vehículo se muestra noble de reacciones, con una dirección rápida y precisa que facilita un paso por curva bastante seguro, sin apenas oscilaciones. La calidad de marcha es buena, se siente firme y solo evidenciamos un mínimo deslizamiento del tren delantero en algunas rotondas, como le sucede a cualquier turismo de tracción delantera.
Es destacable la seguridad del modelo. Nuestro Proace lleva de serie ABS con distribución electrónica de la fuerza de frenado EBD y asistencia de frenado BA. Sobre los frenos debemos constatar que se mostraron eficaces. Tras acelerar hasta 100 Km/h, frenamos hasta detener el vehículo. Pisando con fuerza el pedal no sobrepasamos los 45 metros, distancia perfectamente aceptable para un vehículo de este tamaño.
La seguridad se completa con airbag de conductor de dos etapas, control de estabilidad (VSC), luces de circulación diurna (DRL), antinieblas delanteros y control de tracción Toyota Traction Select con función de arranque en pendiente que probamos en repetidas ocasiones. Al dejar de pisar el freno, aplica durante 2 segundos el sistema evitando que el vehículo se nos vaya cuesta abajo. Nos facilitó un arranque suave. Y en la prueba realizada en una pista forestal con mucho barro, el control de tracción nos permitió maniobrar con habilidad y nos trasmitió una sensación de control y seguridad en todo momento.
Precio competitivo para lo que ofrece.– Por 18.670 € con IVA, descuento de la marca y Plan PIMA Aire incluidos, Toyota comercializa su versión de ataque del Proace. Nos comunica también que existe una financiación a 5 años del modelo por 299 € al mes, sin duda la mejor del segmento.
En resumen, Proace es un vehículo experimentado, diseñado pensando en el trabajo, con una mecánica al mejor nivel, una seguridad inteligente y un confort próximo al de un turismo. Y en cuanto a los intervalos de mantenimiento son cada 30.000 km y Toyota los cubre hasta 90.000 km o 3 años, creando una auténtica ventaja competitiva.

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Garantía: 3 años ó 100.000