TOYOTA muestra un coche «urbanita» práctico y dinámico de sólo 3 m de largo capaz de albergar 3 plazas reales (y hasta 3+1, con la posibilidad incluso de acoger tres adultos y un niño). Mide sólo 2,98 m de largo, 28 cm más que un Smart de los nuevos y 7 cm menos que el legendario Mini I; de hecho, es exactamente igual de largo que el primer Fiat 500, el de los años 60.

El IQ tiene una célula central monovolumen, corta y robusta, mínimos voladizos y con faros y pilotos traseros triangulares. Las irreales (por tamaño) llantas de 17 pulgadas contrastan aún más con sus dimensiones, con 1,68 m de ancho y 1,48 de alto; su interior 3+1 juega con la cuarta plaza a base de adelantar o retrasar la plaza del acompañante delantero, aprovechando el carácter móvil del lado derecho del salpicadero (abatible).
Durante el uso normal, conductor y acompañante se juntan, lado a lado. Pero si hay que acomodar a un tercer ocupante, el asiento del acompañante se adelanta para liberar más espacio detrás, hundiéndose hacia delante su zona del salpicadero. Así se facilita también el acceso a esta plaza, quedando todavía a su lado sitio para otra plaza, pero de menores dimensiones (un niño, por ejemplo).

Con el plegado de la banqueta posterior al 60/40, queda así sitio para dos o tres plazas normales, o bien tres más una reducida (la del respaldo al 40%), desapareciendo entonces el espacio para el equipaje (que utiliza este hueco, o bien toda la banqueta trasera plegada si van sólo dos plazas). El acceso al mismo se efectúa a través del pequeño portón/luneta, que apenas si ocupa la zona media superior de la trasera.
Un diseño minimalista del interior (salpicadero estilizado, unidad ultracompacta de calefacción y aire acondicionado, etc) sirve para aumentar la sensación de espacio, mientras que una instrumentación sencilla (por encima del salpicadero) con representación tridimensional reúne velocímetro, cuentarrevoluciones e indicador de combustible, todo sobre el volante (donde van también las funciones de audio y del navegador).

El navegador por cierto, utiliza una pantalla transparente por la que se puede ver a su través cuando no se usa. De este «concept» se ignora su motorización, aunque, lo lógico es que sea el 1.0 tricilíndrico del Aygo. En todo caso, va delante moviendo las ruedas delanteras, una clara diferencia respecto al Smart. Con techo transparente de vidrio y bastantes detalles de «concept», este IQ no promete ser todavía un posible futuro «urbanita » de Toyota, sino un ensayo interesante de soluciones prácticas.