Los problemas de seguridad de algunos Toyota en EE.UU. y los 43 juicios abiertos (con 37 víctimas mortales) por el problema del llamado “pedal pegajoso de acelerador” le están costando muy caro a Toyota, tanto en dinero como en cuestión de imagen. De entrada, la DGT americana (NHTSA) le ha impuesto una multa de 12,1 millones de euros (16,4 millones de dólares) por no haber informado en el plazo máximo indicado desde su conocimiento del problema (5 días, y no los 4 meses que tardó Toyota), que es la mayor multa posible prevista por la ley estadounidense, aunque apenas suponga el 0,4% de los costes totales para la marca de este problema, ya que la revisión va a costar 1.830 millones de euros a los concesionarios, a los que se suman otros 1.500 millones en pérdidas directas de ventas de coches hasta la fecha. Por otra parte, la NASA va a realizar una investigación especial para averiguar que campos electromagnéticos o cósmicos han podido influir en el problema de las aceleraciones súbitas y descontroladas de los coches afectados, a instancias de la NHTSA y aprobada por Toyota. La realidad es que la aureola de fiabilidad del constructor nipón se ha roto, y va a costar tiempo recomponerla.
