SUV grande auténtico
Ha tardado, pero Subaru ya tiene su SUV 4×4 grande, capaz incluso de 7 plazas, aunque creado bajo unas pautas algo distintas a las de los SUV enfocados hacia Europa… todo indica que este Tribeca, como el barrio neoyorquino que le da nombre, está más pensado para los gustos del otro lado del Atlántico. Lo que –consumo aparte– no tiene por qué ser tomado como negativo, aunque sí penaliza un coche que sale a la venta por 49.900 € (Limited 5p) y 52.900 (Limited Plus 7p).
Subaru ya tiene excelentes 4×4 de carretera (e incluso todo camino) como los Outback y los Forester, por ello la firma japonesa se ha planteado este Tribeca, grande y con una buena imagen, y por supuesto, con tracción integral permanente y 7 plazas (sólo en la versión más cara, Limited Plus).
A cambio de 52.900 euros tenemos un gran vehículo «todovolumen» (como le llama Subaru) de bonita estética y elevado peso (dos toneladas), de grandes dimensiones (4,86 m de largo, y casi 1,90 y 1,70 de ancho y alto, respectivamente) y una habitabilidad en consonancia. Por supuesto, el acabado es irreprochable, y el confort de los cinco primeros ocupantes, excelente.

Un SUV distinto.— Su estética es ciertamente impactante; cintura alta, marcados pasos de rueda, tercera ventanilla lateral de custodia en triángulo en cuña, y sobre todo, un frontal con parrilla en tres tramos, con el escudo trapezoidal central en grande como abertura principal, y los «bigotes » laterales a cada lado, a los que se suman las entradas de aire del paragolpes, en especial la central. Por detrás se intenta disimular su altura con unos grupos ópticos horizontales (repartidos entre el portón y las aletas) y dos bandas rojas más abajo, al final del portón (con la luz antiniebla ya en el parachoques), flanqueado en cada extremo por las dos salidas de escape. El perfil de los pilotos traseros, que se prolonga por los costados, los bajos de caja y perfiles de pasos de ruedas (unidos a los paragolpes) y los grandes espejos retrovisores exteriores completan una estética distinta, lo que en este mundo SUV es ya mucho decir…
Por dentro tenemos un habitáculo muy cuidado, al menos en estos niveles Limited superiores, con un salpicadero bicolor, tapicería de cuero, cámara de video trasera al poner marcha atrás, climatizador dual, consola aluminizada, guantera con llave, reglajes eléctricos de asientos, banqueta central modular deslizante… Hay detalles muy positivos, como el navegador de serie o los anclajes Isofix (en la segunda y hasta en la tercera fila de asientos), que hacen que contrasten aún más los negativos (el volante sólo se regula en altura, no hay faros de xenon ni en opción, y carece del encendido automático de faros).

El diseño interior está francamente logrado y la calidad de los remates no admite crítica, en la mejor tradición Subaru. En el cuadro, tenemos una instrumentación central analógica en los dos relojes principales, de buena lectura, más otras dos esferas secundarias con lectura digital (por barras de luz) a los lados, para la temperatura del motor y el nivel de combustible.
Buena habitabilidad.— La habitabilidad en sí es muy buena para 5 plazas, y ya menos para 7. Primero porque aunque la anchura de la fila central (1,44 m) es suficiente para tres adultos, el asiento central es más estrecho, y obliga, además de correr hacia delante la banqueta, a abatir los respaldos de los dos de los lados para facilitar el acceso a las dos plazas traseras, con bastante menos espacio para piernas y poca profundidad al piso. Como en la mayoría de los SUV de este tipo, el Tribeca es más bien un 5+2, con los dos asientos auxiliares reservados para niños o adolescentes.
El maletero anuncia oficialmente 450 litros con 5 plazas y 128 con 7, y aunque en la práctica su volumen útil es algo mayor (promediando la posición de la banqueta, hay unos 500/520 litros de verdad con cinco plazas, pero no más de 150 con siete), no es tanto para un coche de su anchura y altura con casi 4,9 m de largo. Bajo el piso hay un hueco oculto compartimentado y ya con acceso exterior tenemos la rueda de repuesto, de emergencia, lo que en un todo camino no resulta muy estimulante (aunque mejor eso que resolver la papeleta a costa del «kit» antipinchazo de turno, como hacen otros).
En general, el espacio útil está bien aprovechado, aunque echamos de menos algún hueco portaobjetos más, sobre todo por detrás. Y también por arriba, dada la considerable altura libre al techo (casi un metro en las filas centrales, y cerca de 90 cm en la tercera auxiliar), porque aunque la vocación de este Tribeca sea más lujosa que funcional, Subaru cuenta con una buena experiencia en este apartado, de la que también podría haberse beneficiado más el Tribeca.

Mecánica «boxer» brillante, pero sedienta.— El motor de este Tribeca, como buen Subaru, es un «boxer» de cilindros horizontales opuestos, excelente disposición para rebajar el centro de gravedad. Con seis cilindros y 3.000 cc justos, es el mismo motor de los Legacy/Outback 3.0, con 24 vávulas y distribución biárbol por culata movida por correa. Un motor que rinde 245 CV a 6.600 rpm, un régimen sin duda alto para un SUV de turismo, y 30,3 mkg de par máximo a 4.200 rpm. Silencioso y suave, el peso exige subir por encima de las 3.000 rpm si queremos una respuesta un poco ágil, moviéndose muy a gusto entre 3.500 y 6.000, para dar lo mejor de sí entre 4.500 y 6.500. Lástima que el cambio automático que monta este Tribeca tenga unos desarrollos demasiado largos en 4ª y 5ª (45 km/h x 1.000 rpm en 5ª) y un exagerado salto entre 2ª y 3ª.
Quizá de haber llevado un cambio manual de seis marchas luciría más este 3.0 de 245 CV en el Tribeca, pero con el automático de convertidor de par sin bloqueo no da más de sí. Con posibilidad de uso secuencial, este cambio es suave y agradable, pero filtra demasiado el empuje del par motriz. Y eso que en «D» no es nada vago a la hora de reducir marchas (a veces incluso se pasa, lo que ha sido un problema para medir recuperaciones), lo que hace que, entre la frecuencia de los cambios, el alto régimen de giro necesario y el peso del coche, unido a la tracción total (la «fetén» simétrica de Subaru, con reparto fijo al 45% delante y el 55% detrás, que varía según pierda adherencia cada eje), el consumo de combustible no sea precisamente moderado (entre 11 y 17,5 litros, según condiciones, cada 100 km).
Pero empujar lo que se dice empujar, empuja, porque los 195 km/h oficiales de velocidad punta han sido 197 reales (eso sí, con mucho lanzamiento y en uso secuencial en 4ª, a sólo poco más de 5.200 rpm, porque en 5ª no pasa de 4.000 rpm — 180 km/h— y eso en condiciones muy favorables…). La aceleración tampoco está mal, aunque no ha cumplido los cronos oficiales, defendiéndose bien pese a los desarrollos en automático: los 9,7 segundos de 0 a 100 km/h han sido 10,2 reales y ha rozado los 32 en el km desde salida parada, lo que dado su tamaño y aerodinámica no está nada mal, señal de que la tracción 4 x 4 ayuda en estos cronos… A cambio, el consumo mínimo (a 90/100 km/h en carretera) no baja de once litros/100 km, para subir a doce en autovía (120/130) y pasar de 17 en ciudad…
En uso «off road» y sin meterse en muchas dificultades (pistas de montaña, caminos rurales), hay que contar con más de 18 litros a la hora, y eso sin hacer el «cabra» y procurando usar mucho la 2ª (la 3ª es demasiado larga). La verdad es que es más un SUV de asfalto que otra cosa, porque con cambio automático y sin reductora, y sin un control eficaz de tracción a rueda libre, unido todo a su peso y los neumáticos de asfalto, no se le pueden pedir las «gollerías» que admiten otros «todo camino» o incluso su propio hermano el Outback, sin ir más lejos.
Comportamiento: noble, pero de SUV.— A la hora de analizar su comportamiento dinámico , no podemos dejar de tener presente la comparación con sus hermanos los Outback y Forester, también de vocación «todo camino» pero bajo una fórmula de turismo, no de SUV. Y es que el Tribeca no puede olvidar su origen y su vocación americana: suspensiones más bien blandas, dirección lenta, peso elevado, cambio automático y frenos potentes pero de no mucha resistencia al trato duro. Gracias a un bastidor impecable, un buen reparto de pesos, la excelente tracción 4×4 de Subaru y un generoso calzado (neumáticos de 18 pulgadas de diámetro con 255/55 de medida), el Tribeca sale mejor parado de lo que podría esperarse, especialmente en asfalto, donde es muy eficaz y tan sólo en terreno muy virado las dos toneladas y los 2,75 m de batalla condicionan su agilidad final en curva. Pero se tiene muy bien, pese a su altura, y gracias a sus suspensiones admite rodar rápido sobre mal piso mucho mejor que otros SUV e incluso otros turismos.

Sus reacciones son siempre predecibles, y la ayuda de la tracción total es decisiva para permitirle una rapidez de reacción muy notable para un coche de sus dimensiones.
En autovía y autopista, no hay pegas, ya que su aplomo y peso le ayudan a mantener la trayectoria; en carretera no muy virada tampoco, con la ventaja de su confort sobre terreno bacheado, y en montaña sólo se ve limitado por una dirección muy suave pero algo lenta (3,5 vueltas entre topes), la lentitud de los cambios secuenciales y unos frenos que, aunque muy eficaces, soportan mal el trato intensivo (hay más de un segundo y casi 20 m entre la primera frenada a fondo a 100 km/h y la 6ª consecutiva), y el cambio automático de desarrollo largo tampoco ayuda nada a detenerle. Al ir deprisa quizá veamos —según el piso— encenderse el testigo de entrada en acción del ESP, pero para eso hay que ir cerca del límite, aparte de que con un 4×4 —y más de este peso— no conviene buscarle las cosquillas al agarre al límite… sobre asfalto (en tierra ya es otra cosa).
Precio y equipamiento; esfuerzo pendiente.— Ambos niveles, Limited Plus y Limited, vienen muy bien equipados (salvo por las lagunas antes apuntadas), con climatizador bizona, pintura metalizada, ESP, seis airbags, navegador, cámara de visión trasera, etc… Claro que el Límited Plus ya se pone en casi 53.000 euros. Si las 7 plazas no son imprescindibles, el nivel Limited por casi 50.000 viene a ofrecer prácticamente lo mismo (salvo el climatizador de asientos traseros y la pantalla LCD con DVD). En suma, dado su precio, creemos que este Subaru B9 Tribeca se merece puestos a elegirlo, las versiones Limited.
La pena es que no haya una versión manual, que de seguro reduciría su consumo, y sobre todo, una diesel que (Subaru está en ello) quizá llegue en 2008 de la mano de un nuevo «boxer» de cuatro cilindros, pero mucho nos tememos de que hay otras prioridades y no llegará la producción para equipar el Tribeca. De momento es lo que hay, con una mecánica suave pero que exige revoluciones (y por ello resulta algo glotona) y un acabado muy cuidado, como se merece un coche que sale por más de seis «kilos» de nuestras antiguas pesetas… A cambio, tenemos un SUV poderoso y señorial, grande y cómodo, y con la posibilidad (desde luego nunca desdeñable) de las 7 plazas.