Por si esta vez con el motor de 12 cilindros en V y 5.980 cc, igualmente soplado por dos turbocompresores, lo que eleva su potencia hasta los 630 CV, y el par máximo supera los cien kilográmetros (102 mkg), para un peso final que esta vez sí llega a las dos toneladas (1.950 kg), aunque sean 170 kg menos que antes.
Este motor es una nueva variante (M279) del anterior V12 6.0 (M275), que gana 18 CV más y reduce un poco más su apetito (11,6 lts/100 km en el promedio oficial combinado, con sólo 270 grs/km de CO2), pese a que no lleva todavía inyección directa (pero sí el doble encendido del anterior V12, que ayuda a mejorar la combustión), lo que supone un 17% menos de consumo (casi 2,5 lts/100 km menos que antes).
Huelga decir que con 630 CV, este SL 65 AMG todavía va más lejos que el SL 63 AMG, cubriendo el 0-100 km/h en 4 segundos y el 0-200 km/h en 11,8 (la velocidad sigue igualmente limitada electrónicamente a 250 ó 300 km/h). Por lo demás, cambio, suspensiones y frenos mantienen el equipo del AMG 63, y como curiosidad, el techo Magic Sky (de oscurecimiento variable) es opcional, aunque como en los demás SL, mantiene el techo retráctil rígido (pero no transparente) que le convierte en un roadster/ coupé, como su hermano pequeño más popular, el SLK.
Ya presentado oficialmente, empezará a comercializarse en el próximo septiembre, al nada módico precio (en Alemania) de 236.334 euros, o sea incluso más caro que el actual SLS AMG roadster con motor de 6.208 cc y 571 CV, señal de que éste va a ser igualmente remozado de forma inmediata, porque no tendría sentido que el icono deportivo de la marca se viera destronado por su hermano de calle, por muy AMG que sean ambos, y encima desdoblado en dos en el caso del SL.
