Las críticas en Francia hacia su marca de bandera por haber renunciado a tener un buque insignia propio podrían ser acalladas en breve si se confirma que la colaboración con Mercedes podría ir más lejos que la de prestarle motores pequeños (diesel y gasolina), el desarrollo conjunto de los futuros Smart/Twingo y lo mismo con una pequeña furgoneta de producción conjunta (hecha por Renault para sí y para Mercedes). En efecto, tras los magros resultados de venta de los Fluence y Latitude (con éste último considerado como una simple versión Renault del modelo de Samsung) y las declaraciones de Ghosn de que no habría rentabilidad para un modelo propio en el segmento H, el nuevo director general de la marca gala, Carlos Tavares, ha reconocido que podría haber un Renault de alto de gama con mayores aspiraciones, desarrollado igualmente en colaboración, pero esta vez con Mercedes. Todo apunta a que la futura Clase E podría tener una variante específica, bajo la marca del rombo… Y aún se apunta más lejos: la de la futura versión SUV de la Clase A (de la nueva, que ya no es monovolumen) para competir con el Audi Q3 y el BMW X1, a la que Renault contribuiría con su experiencia en los Modus/Scénic, a la vez que podría deparar una nueva oferta de la marca francesa.