Renault España tuvo un resultado neto en el ejercicio de 2013, después de impuestos, de solo 35 millones de euros. La facturación fue de 4.609 millones de euros, superior a la del año anterior, pero los beneficios bajaron de 44 millones a los 35 mencionados. Un ejercicio el de 2013, que puede considerarse de transición para, a partir de él, volver a crecer por un largo período, después de unos cuantos años bastante amargos.
Sus fábricas españolas fabricaron 267.691 unidades durante 2013 (el 90% fueron exportadas), lo que supone un peso del 10,18% de la producción total del grupo Renault que también incluye Dacia y Samsung.
Y de esta producción española destaca la del modelo Captur (124.942 vehículos) que se fabrica en Valladolid y va a establecer próximamente el tercer turno de fabricación contratando a 450 operarios más (un éxito que no se recuerda desde hace muchos años). Además, la otra factoría, la de Palencia, contratará otros 800 operarios, ya que va a iniciar en 2015 la producción de otro SUV, el que corresponde a la familia Megane, segmento en el que la firma del rombo no cuenta con ningún modelo tipo “todocamino”, lo que la beneficiará de forma especial, al ser el segmento C el de mayor crecimiento del mercado. Son inversiones que se han hecho esperar demasiado, retrasando a la marca Renault en el mercado internacional, mientras se potenciaba a su marca “low cost” Dacia que crece de forma imparable en todos los mercados.
En cuanto a la producción de motores en Valladolid en 2013, fue de 1.247.000 unidades (el 40% del grupo Renault) de los que el 95% fueron exportados. Y la de cajas de cambio de Sevilla ensambló 789.458 unidades (el 30% de todo el grupo) de las cuales el 80% fue exportado.