Renault Captur y R-Space

16 mayo, 2011
J. C. BERGER

Sigue la renovación de estilo 

Si Den Acker ya insistió en la presentación del coupé eléctrico “Dezir” que su objetivo era diseñar coches para las diferentes etapas de la vida humana, partiendo de seis momentos clave (el enamoramiento, el descubrimiento del mundo, la creación de una familia, la realización laboral el disfrute del ocio, y finalmente, la llegada a la edad de la sabiduría), y si el “Dezir” era el representante sobre ruedas del acceso a la pasión amorosa, cabe pensar que el Captur simboliza un vehículo para el tiempo de ocio y el R-Space para la construcción familiar, si bien inscritos bajo las nuevas claves de diseño de la marca del rombo, que ponen el acento en el protagonismo vital y humano bajo formas sencillas, sensuales y acogedoras.

Llama la atención que pese al protagonismo eléctrico de Renault, con coches “zero emisiones” como el Fluence eléctrico y los Kangoo Z.E., ambos “concept” sean modelos con motores térmicos, y ni siquiera híbridos. Su aspecto es inequívocamente “concept”, como puro ejercicio de estilo: el Captur pretende ser un SUV 4×2 futurista, ejemplo de “crossover” atlético, con puertas de apertura vertical en élitros y con unas líneas onduladas, sin ángulos ni aristas, fruto del trabajo del diseñador español Julio Lozano, responsable del exterior.

Pero su frontal recuerda al del Dezir , esta vez con faros “normales” y no con puntos de luz, y su línea, sin duda atrevida y exagerada con unas tremendas llantas de 22”, esconde algunas soluciones menos aparatosas y más funcionales de lo que parecen, como la distribución a tres niveles de la trasera. Luego, el interior “aligerado”a base de entramados de cables elásticos, o los paneles translúcidos de puertas y salpicadero, son ya cosa más típica de la habitual parafernalia de los “concept” de salón. Lo que ya es más interesante es lo que se esconde bajo el capó, porque es muy posible que lo veamos pronto en las actuales gamas de la marca francesa.

Porque el motor de este Captur es una evolución “twin-turbo” (o sea de doble sobrealimentación) del nuevo 1.6 dCi Energy 130, y al que en este caso sube la potencia a 160 CV (118 KW) lo que supone una potencia específica de 100 CV/litro, la misma del Clio RS, y eso con un par máximo de 38,7 mkg disponible desde 1.750 rpm. Con tracción delantera pero con un diferencial autoblocante y un cambio manual robotizado de doble embrague (EDC, Efficient Dual Clutch), consigue consumos mínimos con una emisión total de 99 grs/km de CO2, excelente para un vehículo de su tamaño que no es híbrido… Habrá que estar atentos a las evoluciones de este 1.6 dCi que pronto, dentro de la ya general tendencia “downsizing”, irá reemplazando a los normales 2.0 dCi de Renault

En cuanto al R-Space, y siempre bajo el diseño de coupé alto y redondeado, tenemos un anticipo de un posible monovolumen compacto de amplio acceso lateral (puertas enfrentadas) intentando una síntesis entre deportividad, sensualidad y funcionalidad al servicio de un uso familiar. Su interior es tan pretencioso y futurista como el del Captur, con una especie de diseño bi-zona, con la parte delantera claramente delimitada de la trasera, prevista aquí sólo para niños. De aspecto algo más convencional (sólo algo), el R-Space apunta hacia un futuro Scénic deportivo y “crossover” que quizá podría ser una realidad para 2016, aunque no antes.

Lo que sí veremos antes en otros modelos de la gama Renault, empezando por los más pequeños, es su motor, todavía en fase de experimentación, que parte del 1.2 TCe de gasolina, ahora con inyección directa y turbocompresor, pero con un cilindro menos que le deja en 862 cc. Pese a ello, este tricilíndrico con la cilindrada de un utilitario de hace 30 años da 110 CV con un par de 16,3 mkg, emitiendo sólo 95 grs/km de CO2, lo que equivale a un consumo en torno a los 3,3 lts/100 km, aunque de momento no hay cifras ni de consumos ni de prestaciones (se trata de “concepts”, no lo olvidemos). Con el mismo cambio EDC del Captur, supone un avance muy considerable en el “dowsizing” de las mecánicas de gasolina del grupo, sobre todo porque prometen rendimientos iguales ó superiores a los que hoy proporcionan los 1.2 TCe.

Aunque el 1.6 dCi y sus evoluciones llegarán antes, resulta muy alentador que Renault trabaje ya en estos motores de gasolina de menos de un litro y más de 100 CV, que dentro de unos años podrían ser la unidad motriz estándar de la mayoría de sus berlinas polivalentes. Aunque posiblemente veamos antes un 1.2 TCe turbo, con sus 4 cilindros, en los mismos niveles del 1.4 TCe de 130 CV, pero ya con inyección directa y un consumo bastante menor.

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