Prueba: BMW 220d Gran Tourer Luxury

4 julio, 2017
J. ROBREDO

Deportividad familiar

A FAVOR EN CONTRA
Funcionalidad, habitabilidad y maletero Ausencia de rueda de repuesto
Prestaciones muy brillantes Tercera plaza central incómoda
Consumos contenidos Precio alto
Buen comportamiento

Conseguir un monovolumen para 7 plazas, a la vez compacto y deportivo, con la funcionalidad que se espera del concepto y la deportividad de una marca “premium” no es empresa fácil, pero BMW lo ha condensado todo en este Gran Tourer 220d.

Con unas proporciones dominadas por una plataforma de gran batalla (2,78 m) y mínimos voladizos, su frontal repite el diseño del Serie 2 Active Tourer, mientras que sus formas traseras expresan su funcionalidad específica como Gran Tourer. El diseño de la zaga pese a su altura presenta un aspecto ancho y deportivo, con un bajo umbral de carga que despeja un gran portón, que facilita el acceso a toda clase de bultos. Frente al Serie 2 Active Tourer presenta un bastidor de batalla ampliada en 11 cm, que eleva su longitud total a 4,56 m y su altura en 5 cm, además de prolongar su voladizo posterior en otros 10 cm más.

Espacio bien repartido.- El aumento de batalla se traduce en un notable espacio extra en la zona central del habitáculo, suficiente para alojar holgadamente una tercera fila para dos plazas. Así, ahora puede acoger (opcionalmente) a 7 pasajeros con su respectivo equipaje en un maletero de 560 litros de volumen mínimo (645 con 5 plazas), ampliable a 1.905 litros abatiendo los asientos de las dos filas traseras, un volumen muy respetable con la ventaja añadida de la modularidad que le permite el ajuste longitudinal de hasta 13 cm en fila central de asientos.

Esta fila central no está formada por tres asientos individuales, sino por una banqueta corrida desplazable longitudinalmente, pero con los respaldos individualmente abatibles en proporción 40:20:40, pudiendo montarse en ella tres sillitas individuales Isofix (y hasta dos más en los dos asientos extra de la 3ª, separados por una consola con dos posavasos y un hueco portaobjetos con toma de corriente a 12 V). Estos dos asientos extra de la tercera fila se pliegan en el suelo para ofrecer un piso de carga plano.

Los respaldos de la segunda fila, divididos en tres partes con el central claramente más estrecho, se abaten mediante un botón, formando una superficie «casi» plana (se levanta algo hacia arriba). Y si también se abate el respaldo del asiento del acompañante delantero (opcional), se pueden transportar dentro objetos de hasta 2,60 m de largo. Además, abundan los huecos útiles para objetos menores (bolsas de puertas para botellas de 1,5 litros, cajones bajo los asientos de la segunda fila, huecos al salpicadero, etc…).

La posición de conducción es como la del Active Tourer, más alta que en un turismo pero no tanto como en un monovolumen. También se va sentado más delante, lo que hace más útil el pequeño triángulo lateral de custodia delantero. Hay anchura y altura suficientes, tanto delante como detrás, donde incluso con la banqueta adelantada queda bastante espacio para piernas (casi 80 cm en posición normal).

Eso sí, la anchura se queda algo escasa (1,37 m) para tres plazas, máxime con un asiento central bastante más pequeño (los respaldos se pliegan en configuración 40/20/40, aunque la banqueta lo hace en la clásica 60/40).
Para ser un 5+2 plazas no se le pueden poner muchas pegas. El acceso a la 3ª fila es correcto, y el plegado de asientos bastante fácil, con dos posibilidades (por botón lateral y desde los asientos) para poder hacerlo también desde atrás. El respaldo del acompañante delantero se puede plegar hacia adelante para llevar objetos largos, y entre las carencias a señalar, la falta de reglaje vertical de cinturones y de ajuste lumbar en el asiento del conductor

Pero la máxima versatilidad del BMW Serie 2 Gran Tourer se alcanza con la 3ª fila de asientos opcional, con amplio espacio para dos plazas más concebidas no sólo para niños, sino también para adultos no muy grandes, al aprovechar al máximo el aumento de batalla y los 5 cm extra de altura libre al techo. Y cuando no se necesitan estos dos asientos extra, se pliegan completamente bajo del piso del maletero.

En este nivel Luxury probado tenemos soportes perfilados (“monorail”) al dorso de los respaldos de los asientos delanteros que permiten regular cómodamente sus bandejas plegables, y una gran cantidad de huecos portaobjetos (como un amplio hueco en la consola central, y otro más bajo el apoyacodos central entre los dos asientos delanteros que puede acoger diversos objetos fuera del alcance de miradas indiscretas).Y hay más: tenemos bandejas deslizantes debajo de los asientos delanteros y unos prácticos cajones bajo los asientos de la segunda fila. Y a los lados de los asientos de la tercera fila hay espacio suficiente para colocar diversos objetos, además de una consola central que incluye dos posavasos, un hueco portaobjetos y una toma de corriente a 12 voltios.

Mecánica muy poderosa.- Hemos probado este Gran Tourer con el turbodiesel 220d en tracción sólo delantera y cambio Steptronic automático de 8 relaciones, en su última versión de 190 CV y configuración EfficientDynamics (con la función de “navegación a vela”, para rodar por inercia en punto muerto), además de cumplir la normativa Euro 6.

Este fiable turbodiesel de 4 cilindros y dos litros (1.995 cc), soplado por un solo turbo de geometría variable y adaptado a su nueva posición transversal, entrega aquí 190 CV y casi 41 mkg de par (constantes entre 1.750 y 2.500 rpm), suficientes para anunciar una velocidad punta de nada menos que 220 km/h y una aceleración de 7,8 segundos en el 0-100 km/h, prestaciones más que brillantes para un consumo combinado de 4,4 lts/100 km, con un mínimo de 4,1 y un máximo urbano de 5, emitiendo sólo 117 grs/km de CO2. Una potencia muy elevada lograda con un solo turbo y con un giro suave y refinado, sin apenas ruidos ni vibraciones, y con un “stop & start” más suave que antes.

Lógicamente, sus prestaciones son muy brillantes, incluso mucho más de lo esperable para un monovolumen de 7 plazas… Si el Active Tourer 218d ya nos sorprendió alcanzando los 205 km/h sin mucho lanzamiento, y bajando de 9 segundos en el 0-100 km/h (8,8), este Gran Tourer 220d todavía ha ido más lejos, pese a sus casi cien kilos extra. Ha llegado a los 212 km/h y bajado de 30 segundos en el km desde parado (29,7, por 30,2 el Active Tourer 218d) logrados por supuesto en el modo Sport, pero que son un registro excelente, como los 8 segundos justos del 0-100 km/h… Si escogemos el modo Eco, la cosa cambia mucho, sobre todo porque el cambio automático actúa de forma mucho menos rápida… En ese caso los registros están al nivel del 218d, y menos aún si lo usamos a media carga. Pero incluso en modo Eco se muestra muy contundente, sobre todo en las recuperaciones, hasta dar la sensación de ir corto de desarrollo (nada cierto con una 8ª de 63 km/h x 1.000 rpm y una 7ª de 52,4…).

Una mecánica soberbia, rápida, potente y flexible, que permite consumos muy bajos si no se exprime a fondo (rodando en Eco) y ya no tanto si se apura en modo normal y sobre todo, Sport. Pero en todo caso, con consumos muy razonables en función de la exigencia motriz solicitada.

Y en cuanto a consumos, oficialmente su promedio combinado es de 4,4 lts/100 km, con un máximo urbano de 5 y un mínimo extraurbano de 4,1. En la práctica y en modo Eco nos ha gastado 5 a 90/100 km/h en carretera, subiendo a 5,7 a 120/130 km/h en autovía (siempre en modo Eco, en modo Sport el mínimo no baja de 5,5 lts/100 km y el normal en autovía de 6,5). En ciudad (y en modo Eco) se ha conformado con 6,8. No son los excelentes consumos que nos dio el Active Tourer 218d, pero siguen siendo muy contenidos para un 2.0 turbodiesel de 190 CV que encima mueve una carrocería no demasiado ligera, pudiendo calcularse un consumo medio general en torno a los 5,8-6,0 lts/100 km, muy bajo para un coche de sus prestaciones. El cambio Steptronic es ágil y preciso, de los mejores automáticos por convertidor de par, haciendo muy cómoda la conducción urbana y también en carreteras de montaña.

Comportamiento: como el Active Tourer.- Por bastidor y suspensiones, las de este nuevo Serie 2 Gran Tourer consiguen el mismo dinamismo y eficacia que en el Active Tourer, repitiendo sus mismos esquemas, especialmente pensados en función de su tracción delantera. BMW ha logrado que el eje motriz delantero mantenga informado al conductor sobre la trayectoria del coche con una dirección libre de interferencias provocadas por la fuerza del par motriz.

El eje delantero es de articulación única con montantes telescópicos aligerados pero muy rígidos, mientras que la asistencia eléctrica de la dirección se ha modificado para adaptarse mejor a la tracción delantera, con el servo y el engranaje de la dirección formando una sola unidad, con la asistencia aplicada directamente al piñón (sistema de piñón único.
Los amortiguadores de ambos ejes están desacoplados de la carrocería mediante cojinetes de apoyo tridimensional, y en el eje posterior de brazos múltiples éstos son más rígidos, con la barra estabilizadora hueca y el montaje por separado de muelles y amortiguadores, para liberar más espacio útil interno.

Así, en marcha sus reacciones son muy dinámicas, aunque algo menos nerviosas que las del Active Tourer. El reparto de pesos es bastante neutro (60/40) para un tracción delantera y su dirección eléctrica bastante rápida, lo que le permite ser menos subvirador en curva de lo que podría parecer, pese a su mayor batalla frente al Active Tourer.

Un adecuado tren rodante, con llantas de 17” y neumáticos no excesivamente anchos (215/55, una medida más que el Active Tourer) le permiten apoyar de golpe en las curvas cerradas sin mucho balanceo. Sus reacciones son bastante progresivas, con un eje trasero receptivo a los cambios de gas y que hasta se insinúa un poco si se le fuerza, aunque no pasa de ahí (además para eso está el ESP y el muy eficaz control de tracción).

Frente al Active Tourer, este Gran Tourer se muestra algo más lento de reacciones, pero en niveles mínimos. Y más que por la mayor longitud y batalla, por su mayor peso (ya en los 1.600 kg en vacío) y sobre todo por las mayores exigencias que le plantean sus 40 CV más. A cambio, el aplomo en recta es sensacional, y mantiene una agilidad envidiable para un coche de su tamaño y altura.

Precio/ equipamiento: vale lo que cuesta.- El nivel Luxury elegido es el más alto de los turísticos, porque luego BMW deja a su altura el nivel Sport y por encima el M Sport. Todos traen de serie freno de estacionamiento eléctrico, pantalla multifunción a color (6,5”), conexión Bluetooth para móviles con reproducción de música y llamada de emergencia. Ofrece nuevos asientos tapizados en piel Dakota, insertos cromados, asientos delanteros calefactables y llantas de aleación de 17” específicas.

Como siempre en BMW hay demasiadas opciones (algunas lógicas como la amortiguación variable DDC o la dirección de desmultiplicación variable) y otras no tanto (el sensor de lluvia con regulación automática de luz de cruce y faros integrales de diodos, techo panorámico de vidrio, navegador, apertura automática del portón posterior (activado también a base de pasar el pie por debajo del parachoques), Head-Up Display, y el paquete Drive Assistant Plus que incluye una cámara que permite regular la velocidad, con función Stop&Go y un asistente para la conducción en retenciones de tráfico. Y además, el asistente de aparcamiento automático…

Afortunadamente algunas entran dentro del nivel Luxury (que se paga aparte, por 4.900 euros más) pero hay cosas que chocan, como que el respaldo abatible del acompañante delantero o la red de separación de equipajes sean siempre opcionales. Entre unas cosas y otras, este Serie 2 Gran Tourer 220d se nos va de los teóricos 39.050 a los casi 44.000 euros… Un precio ciertamente alto que nos lleva fuera de las opciones más económicas entre los monovolúmenes de 7 plazas (o mejor, 5+2). Pero que en vista de sus prestaciones, capacidad y consumos, debemos reconocer que lo vale.

Versiones del modelo: '2 Active Tourer'

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