Porsche: discos de freno al carburo de tungsteno

16 febrero, 2018
J. ROBREDO
Ventajas e inconvenientes frente a los carbocerámicos

La reciente opción de Porsche por los discos de freno de acero en fundición gris pero recubiertos de una capa endurecida al carburo de tungsteno (PSCB, Porsche Surface Coated Brake) que utilizarán los nuevos Porsche Cayenne, así como otros modelos del Grupo Volkswagen, ha puesto de relieve una alternativa mucho más barata a los discos carbocerámicos.

Con un acabado “a espejo”, estos discos de acero al tungsteno recurren a un fenómeno de adherencia especial entre superficies muy lisas, que elimina en un alto grado la emisión de partículas (y con ello el polvo tóxico sobre el asfalto), gracias también a un material especial en la composición de las pastillas (mantenido en secreto en el caso de Porsche) que también presentan un acabado “a espejo”. Con la aparente paradoja de que este pulido superficial reduce la adherencia por abrasión entre pastilla/disco (y con ello la frenada), sus ventajas desde el punto de vista funcional y ecológico son muy amplias.

El límite térmico del acero al tungsteno (recordemos que es el material de los blindajes de vehículos acorazados) es muy superior, el intercambio térmico también, no hay corrosión en caso de falta de uso prolongada del vehículo, menor “fading” en uso intensivo y 30% más de resistencia al desgaste de los discos, con la ventaja de una mejor respuesta inicial a la frenada. Y sobre todo, se emiten diez veces menos partículas al aire, algo muy importante ya que con la difusión de modelos SUV y la profusión de grandes discos de freno, junto con la mayor limpieza de emisiones de los motores de combustión, hoy las partículas procedentes de los frenos superan en 6 veces más las emitidas por los motores térmicos… Eso sí, a cambio hay que recurrir el empleo de pinzas de freno más potentes (en el caso de los PSCB de Porsche, con 10 pistones en el eje delantero y 4 en el trasero) a fin de lograr la presión suplementaria necesaria para igualar la frenada lograda con la abrasión convencional.

Pero las ventajas son mucho mayores en términos de eficiencia, duración, ecología… y precio. Frente a los discos carbocerámicos, los de acero al carburo de tungsteno cuestan menos de la sexta parte (y si se generalizan costarán una décima parte), duran lo mismo o más y son más ecológicos, con la única contrapartida de ser más pesados (acero al fin y al cabo). Pero todo indica que los veremos cada vez más en coches de lujo y altas prestaciones, reservándose los carbocerámicos (PCCB) para la competición y los superdeportivos más exclusivos.

Versiones del modelo: 'Cayenne'

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