El exitoso deportivo de Peugeot no ha tenido apenas problemas en postventa (salvo alguno eléctrico menor, de encendido intempestivo de testigos de ABS y ESP, o del sensor de picado de bielas en los motores turbo de gasolina (THP). Pero en julio de 2011 se detectó uno que ha dado lugar a la última llamada a revisión hasta la fecha, esta vez en el motor 2.0 HDI turbodiesel, debido a la fragilidad del tubo de retorno de gasóleo que, en contacto con el filtro daba lugar a vibraciones audibles y hasta provocar su fisura con riesgo de fuga de combustible. Se solucionó reemplazando el mismo y colocándole un suplemento aislante especial. Con anterioridad, en junio 2010 hubo otras dos llamadas para los RCZ con motor de gasolina, debido al montaje de bujías inadecuadas en algunas unidades del THP 200 CV (solucionada con su reemplazo por las adecuadas) y por la degradación precoz en otras (THP 156 CV) de los latiguillos de freno (unidades fabricadas de enero a marzo de 2010).
