Con pérdidas crónicas y en alza (no hay que olvidar que el beneficio neto de la recuperada GM se ve afectado por ello: apenas 1.500 millones de dólares en el segundo trimestre del año, un 41% menos, debido a los 361 millones de pérdidas de Opel en el mismo plazo, más del triple -102 millones- que tuvo en dicho periodo de 2011), su situación se sigue deteriorando día a día, hasta provocar la dimisión de su presidente y presidente de GM Europa, Karl Friedrich Stracke, a los 15 meses de su nombramiento, cesado desde América y sustituido provisionalmente al frente de Opel por el vicepresidente Thomas Sedran, responsable del cierre de la planta de Amberes, y todo indica que con él llegarán nuevos y más duros recortes. Hasta tal punto llega el recelo que el nuevo jefe de diseño de Opel, el norteamericano Dave Lyon (procedente de Buick y de GMC, y recién nombrado para sustituir al británico Mark Adams), ha renunciado al cargo y abandonado GM.