Desde este mes, Mazda presenta en su monovolumen medio un suave «restyling», que sin alterar su acertada estampa y algunas de sus soluciones (como las puertas laterales correderas o las 7 plazas), actualiza su aspecto con nuevos parachoques, nuevos faros y grupos ópticos, retoque del diseño frontal, nuevas llantas (de 16 y 17 pulgadas), nuevos colores y tapizados… y mejora sus motores, más eficientes y de menor consumo, junto a otras mejoras de equipamiento.
El equipamiento de serie en seguridad sigue siendo alto (ABS, EBA, EBD, TCS, y sobre todo, el DSC —el ESP para Mazda—, airbags frontales, laterales y de cabeza, anclajes Isofix…) pero la mayor parte de las novedades son opcionales, como sucede con las luces traseras por diodos (en el pack Sports Appearance), sensores de aparcamiento, faros de xenon, etc. Con todo, lo esencial se mantiene, como el sistema de plegado fácil de asientos (Karakuri), el radio CD (ahora con lector MP3), ordenador de a bordo, elevalunas y retrovisores eléctricos… Las llantas son de 15 pulgadas (con neumáticos de 195/65 R15) aunque con el pack Top pasan a ser de 16 (205/55 R16) y de 17 en el nivel de lujo Sportive (205/50 R17), se han modificado los tirantes laterales delanteros de la suspensión trasera a fin de mejorar su comportamiento, y el servofreno es ahora más potente.

El cambio es de 5 marchas para el 1.8 y de 6 para los 2.0 y 2.0 CRTD (con la opción de una caja automática de 5 relaciones en el 2.0 gasolina). Pero la mayor novedad es la apertura eléctrica de las puertas correderas laterales, disponible en la opción conjunta del Pack Travel (y cara: 5.600 euros), pero lo importante es que éstas se mantienen deslizantes en versión manual, no el que sean eléctricas.
En la mecánica, los motores de gasolina reducen un 4% su consumo (0,3 lts/100 km menos) bajando en 11 y 8 gr/km su emisión de CO2 (2.0 y 1.8, respectivamente). El 2.0 da ahora 146 CV a 6.500 rpm, con un par máximo de 18,9 mkg a 4.000 rpm (500 menos que antes), y el 1.8 da 115 CV a 5.300 rpm (16,8 mkg a 4.000 rpm), contando el primero con sincronización secuencial de válvulas (SV-T) y acelerador electrónico.
En cuanto al diesel 2.0 CRTD, protagonista del 80% de las ventas, con sus dos potencias (110 y 143 CV), monta de serie filtro de partículas (DPF) y cambio de 6 marchas, manteniendo su turbocompresor variable mejorado ahora con un nuevo EGR y una inyección «common rail» multietapa (6 inyecciones por ciclo). El consumo baja un 3% en ambas versiones (110 y 143 CV), o sea 0,2 lts/100 km, disminuyendo las emisiones de CO2 en 11 gr/km (162), lo que le permite anunciar un promedio combinado de sólo 6,1 lts/100 km, pese a su peso (1,6 Tn) y gracias también a su buena aerodinámica (Cx de 0,29).

Luego, en los frenos se mantiene el esquema de 4 discos, con los delanteros ventilados (de 278 y 280 mm respectivamente, si se montan llantas de 15 pulgadas, y de 300 y 302 si se montan las de 16 ó 17). En la suspensión se aplica un nuevo tarado de amortiguadores y detrás se cambia el anclaje de los brazos laterales, 2 mm más altos lo que permite aumentar un 30% la convergencia de ruedas, mejorando la estabilidad a plena carga. Por lo demás, se mantiene su robusta estructura de habitáculo, con aceros de alta resistencia, que le permite haber logrado 33 puntos y 5 estrellas, la máxima calificación del test de choque Euro NCAP. Y también la misma capacidad de maletero, sin duda muy escasa (112 litros) con 7 plazas, y normal (426) con 5.
Con tres niveles de acabado (Active, Active+ y Sportive), el nuevo Mazda 5 mejora su dotación de serie (bandejas plegables en 2ª fila de asientos, apertura de portón en dos posiciones de altura, hasta 45 huecos portaobjetos, nueva consola central con gran pantalla e indicadores de mayor tamaño…).
En los Active y Acitive+, los niveles iniciales, trae de serie aire acondicionado manual, ordenador de a bordo, radio CD + MP3, 7 plazas, barras de techo y volante forrado en piel, además de espejos y alzacristales eléctricos) hay un Pack Top (1.000 euros) que añade el climatizador, los sensores de lluvia y luces, faros antiniebla y las llantas de aleación de 16”.

En el nivel Sportive son de serie el cargador integrado de 6 Cd’s, el encendido automático de faros y limpiaparabrisas y las llantas de aleación de 17 pulgadas, así como el climatizador, control de crucero, doble cierre y acceso y arranque sin llave.Y en el Sportive, hay otros dos «pack», uno con los faros de xenon y la conexión Bluetooth (1.000 euros) y otro más caro (5.600) que además de los faros de xenon, añade el navegador GPS, lector DVD y hasta cámara de visión trasera, junto a las puertas correderas por accionamiento eléctrico.
Esta política ha permitido a Mazda rebajar los precios, que se escalonan desde 21.600 euros (Active 1.8) a 25.900 (Sportive 2.0 CRTD 143 CV), lo que significa que bajan 550 euros el modelo 1.8 de acceso y 250 el 2.0 Active+ (23.100), y sobre todo los 2.0 CRTD, que reducen su precio en 1.700 euros (23.100 el 2.0 Active CRTD 110 CV y 24.300 el 2.0 Active + CRTD 143 CV), una rebaja que los sitúa en un nivel francamente atractivo.