Desde el pasado 15 de marzo, la dotación del Plan Movea de ayuda a la compra de vehículos ecológicos (eléctricos, híbridos, …) se agotó. Esta situación que garantizaba ayudas a la compra de este tipo de vehículos en función de su tipo de propulsión, autonomía (en eléctrico un mínimo 40 km) y un máximo de 32.000 euros de precio antes de impuestos (P.F.F.), estaba funcionando a buen ritmo y con bastante aceptación por una parte de la población más concienciada con las emisiones y con la infraestructura posible para su adquisición.
Sin embargo, la situación de parón político actual, con una más que posible vuelta a las elecciones, está perjudicando la renovación de una parte del parque por vehículos limpios o muy poco contaminantes, que precisamente apoyan principalmente los ayuntamientos de las grandes ciudades. Para poner un ejemplo real, algunos compradores, desmotivados por un precio final alto, están sustituyendo la compra de vehículos híbridos por otros térmicos tradicionales, mucho más contaminantes que los vehículos que iban a adquirir y sobre todo más baratos.
Es una contradicción que se fomente la renovación de un parque antiguo y más contaminante, y por el otro lado se deje paralizar las ayudas con este plan que desde su última renovación (noviembre de 2015) ha demostrado resultar efectivo y atractivo a parte de la población. Los políticos deberían poner los medios necesarios para evitar este tipo de situaciones…
