Aunque sólo han pasado dos años desde su presentación en Europa, lo fue oficialmente en otros mercados en 2005, por lo que le ha llegado el turno de pasar por el obligado restyling, que en este caso ha sido en profundidad. La nueva cara del Outlander incorpora la nueva identidad visual de la marca, es decir, la parrilla trapezoidal tipo “Jet Fighter” (inspirada en la toma de aire de los aviones de combate F2 de Mitsubishi Heavy Industries) integrada en un nuevo paragolpes que la proyecta y perfila con un marco cromado. Hay también nuevos faros con formas achinadas dotados de luz bi-xenon adaptativa al giro y un nuevo capó, además de nuevos espejos retrovisores con intermitencia lateral, un curioso -por su formaembellecedor cromado en la zona inferior de los cristales laterales y un nuevo diseño de llantas de aleación de 18 pulgadas. La zaga incorpora un nuevo espoiler sobre la luneta y un listón cromado sobre la matrícula, mientras que el techo de aluminio (5 kg más ligero) reduce el centro de gravedad sensiblemente. En definitiva, un trabajo bien realizado y con mucho sentido.
El interior introduce plásticos de mayor calidad aparente y nuevas inserciones en cuero sintético en el salpicadero (visera relojes y zona airbag acompañante), puertas y asientos, mientras que el cuadro de relojes cambia su diseño e incorpora una nueva pantalla LCD a color con alto contraste que facilita su lectura. Las tres filas de asientos (2+3+2) son ahora mucho más aparentes al mezclar en su tapicería cuero sintético y ante, ocultándose en el suelo la tercera fila si no se va a utilizar. La segunda fila de asientos se puede plegar y recoger (voltean hacia delante) de forma automática pulsando un interruptor desde el maletero.
En materia de seguridad el nuevo Outlander refuerza su estructura e incorpora un nuevo sistema de arranque en cuesta, señalización ante una frenada de emergencia (el “warning” se conecta doblando la velocidad de parpadeo) y una evolución del control de estabilidad ASTC que ahora puede trabajar en combinación con el modo AWD Lock (antes se desconectaba).
El apartado mecánico también se actualiza, sustituyendo el cuatro cilindros gasolina de 2.4 litros (170 CV) por un nuevo 2 litros de 147 CV de menores emisiones y que pasa a ser la versión de acceso a la gama con tracción 2WD y un precio que no llega a 26.000 euros. Este motor de aluminio dispone de la tecnología de control electrónico de alzado variable de válvulas MIVEC, gasta menos y sólo está disponible con tracción delantera.
En diesel, el motor de origen Volkswagen 2.0 DI-D de 140 CV sólo se ofrece en acabado Challenge y con tracción total, mientras que el 2.2 DI-D de 156 CV ahora puede incorporar la nueva transmisión automática de doble embrague TC-SST de 6 velocidades.
Con esta caja, el cambio de marchas se realiza de forma automática con dos modos de funcionamiento: Normal o Sport. Mientras el primero obedece a una conducción más relajada y económica, cambiando entre 2.000 y 2.500 rpm, el modo Sport permite subir de revoluciones hasta 4.000 rpm antes de cambiar a una marcha superior. También dispone de modo manual de tipo secuencial, desde la palanca o desde unas enormes levas fijas tras el volante (más cómodo), que también pueden accionarse en modo automático “D” en cualquier momento. El motor 2.2 DID de origen PSA, que es de suponer será el más vendido, es suave, elástico y muy silencioso, en contraposición con el 2.0 DID, que aunque de potencia suficiente, emplea la tecnología bomba-inyector, mucho más ruidosa y con más vibraciones.
La gama simplifica su oferta ofreciendo, tres motores con acabados Challenge, Motion y Kaiteki, en un total de cinco versiones. Si desde el Challenge se tiene un nivel alto de equipamiento donde no falta el climatizador, 6 airbags o el control de estabilidad, a partir del nivel Motion se dispone de la tercera fila de asientos, llantas de aleación de 18 pulgadas, asistente de arranque en cuesta, faros bi-xenon, bluetooth, equipo de sonido premium, asistente de aparcamiento trasero y arranque sin llave. El Kaiteki añade la tapicería de cuero, asiento del conductor eléctrico (calefactables los delanteros) y techo solar.
Los precios se ajustan ligeramente a la baja al sacar como opción elementos ofrecidos antes de serie (según acabado) como el navegador con cámara trasera de aparcamiento o el DVD para las plazas traseras.