MERCEDES VIANO 3.0 CDI

9 noviembre, 2008

Monovolumen de grandes dimensiones, desarrollado sobre la plataforma de la Vito furgón, representa el máximo exponente de turismo familiar de gran formato, en especial en esta versión «media »(larga, pero con la misma batalla del Viano «corto»). Por fuera uno se pregunta si esta Mercedes Viano está más cerca de ser un minibús que un monovolumen… Hermana de los comerciales Vito, tenemos muchas soluciones ya conocidas en ellos, desde el salpicadero y la torreta del cambio, a los parasoles, pasando por la ubicación lateral delantera de la boca del depósito de combustible. Con 6 plazas el espacio útil disponible es realmente majestuoso, con asientos-butaca dotados de todos los reglajes, con un confort y un aislamiento dignos de una limusina.

Sólo hay un pero: su única puerta lateral corredera, ya que la del lado izquierdo hay que pagarla como opción, aunque ello afecte a alguna solución interior de espacio, como la mesita.

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Habitabilidad «king size».— Sus medidas son la típicas de un furgón «supertalla»: casi 1,9 m de alto, 5 m de largo y 2 m de ancho (con los retrovisores exteriores plegados; con ellos abiertos se va a 2,26…), dimensiones que le hacen poco práctico en ciudad, donde hay que hacerse a ellas para el normal callejeo urbano. Y ojo a los aparcamientos subterráneos, porque en algunos ya está al límite de sus medidas…

Pero para viajes largos y cargar grandes volúmenes se muestra pintiparada.
Con 12,5 m de radio, la dirección gira bastante para su tamaño (gracias también a su tracción trasera), pero aún así se presta poco al callejeo. La posición al volante es menos horizontal de lo que podría pensarse, el cambio queda muy a mano y la lectura del cuadro admite pocos reproches. Se va sentado muy alto y esto ya de por sí condiciona ciertas actitudes…

El freno de mano es por pedal al pie y el selector del cambio admite un uso secuencial, aunque casi lo mejor es dejarlo en «D» y olvidarse de ello, porque es tan lento en un caso como en otro. Buena iluminación nocturna, con poca diferencias de luces cortas a largas, como debe ser cuando debido al tráfico, se circula de noche el 80% del tiempo con la luz de cruce.

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Motor: fuerza en abundancia.— Aunque la versión más comercial de esta Mercedes Viano es la 220 CDI, el turbodiesel de 2.2 litros y 150 CV, hemos querido probar la más nueva y dinámica 300 CDI, que en teoría debe permitir a sus 2,2 toneladas una agilidad a la altura de los demás monovolúmenes familiares sobre los 4,7/4,8 m de largo y de peso en vacío inferior a las dos toneladas. Este motor, el 6 cilindros en V de 2.987 cc y carrera larga es una mecánica bastante sofisticada, con inyección directa «common rail» con inyectores piezoeléctricos, filtro de partículas, 4 válvulas por cilindro y turbocompresor variable. Con 204 CV a 3.800 rpm y un par máximo de 44,9 mkg entre 1.600 y 2.400 rpm, muestra fuerza más que suficiente para mover con soltura la gran caja del Viano y sus 2.170 kg. Anuncia 197 km/h de velocidad punta, con un consumo promedio combinado de 9,2 lts/100 km, y lo cierto es que en terreno favorable ha logrado con cierta facilidad los 190/192, lo que para un vehículo de su sección frontal con neumáticos de 225 mm de ancho no es grano de anís.

Desde luego esta Mercedes Viano 3.0 CDI no es para correr, aunque pueda. Lo suyo es jugar con su gran masa e inercia para rodar en autovía a cruceros legales y a punta de gas, sobre los 120/130 km/h , que puede mantener indefinidamente gastando menos de 9 litros/100 km de gasóleo (el consumo oficial interurbano es de 7,5), y ello con independencia incluso de la carga, dada su tremenda elasticidad motriz.

Un consumo sin duda excelente para un vehículo de su tamaño, peso y cilindrada, y encima, automático. Si queremos ir más rápido, admite perfectamente subir hasta 140/150 km/h de crucero sostenido, pero entonces hay que contar con dos litros más de gasóleo cada 100 km. Y si seguimos yendo a más, nos topamos con las limitaciones del cambio automático, con un techo real fáctico en los 170/180 km/h (que sigue siendo impresionante para un «maxivolumen» como éste). Con sus inercias, tracción posterior y centro de gravedad, empieza a estar ya en el umbral de sus posibilidades, y lo cierto es que no conviene superarlo… En aceleración anuncia 9,7 segundos de 0 a 100 km/h, y en nuestra medición los ha logrado en poco más de 10 segundos, señal de unos desarrollos bien ajustados.

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Con un cambio manual de 6 marchas (que debería también ofrecerse, aunque fuera como opción frente al automático de serie) esta Mercedes Viano seguro que se rebajaría este crono casi un segundo, pero aún así la aceleración de este Viano 3.0 CDI no tiene nada que envidiar a la mayoría de sus rivales algo más ligeros de entre 150 y 200 CV.

Mantenerse en los 32 segundos en el km desde parado en un coche como éste es la mejor prueba de su contundencia. Aunque seguimos pensando que con el cambio manual de 6 relaciones estaría en 31 segundos como mucho… Pero a lo que si ayudaría el cambio manual sin duda es a rebajar algo el consumo, sobre todo el urbano, donde el convertidor de par patina más de la cuenta.

Porque en ciudad la casa anuncia casi 12 litros de gasóleo cada 100 km, y según nuestra medición no ha bajado de 14 (y puede pasar de 15 en cuanto que el tráfico esté un poco congestionado…). Unas cosas con otras, hay que calcular un consumo medio todo uso sobre los 9-9,5 litros/100 km, que baja a 8-8,5 con poco uso urbano (menos de un cuarto) y sube entre 10 y 11 con un tercio o algo más del mismo. En conjunto, un apetito muy parco y comedido para un vehículo automático de su peso y tamaño dotado de un motor V6 3.0, por muy turbodiesel de inyección directa que sea.

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Comportamiento: mejor de lo esperable.— Cuando uno se pone al volante de un vehículo de las dimensiones del Viano, con su altura, peso y longitud, da por sentado que puede ser todo menos deportivo. Y la verdad es que esta Mercedes familiar sorprende un poco, porque sin ser deportiva en absoluto, sí tiene una agilidad insospechada para tratarse de un monovolumen tan grande. En primer lugar, la dirección tiene un tacto mucho más preciso de lo normal, y aunque no es muy rápida (3,3 vueltas entre topes) tampoco es demasiado lenta.

Dada su gran batalla (3,20 m) las reacciones del Viano son todo menos nerviosas; tiende a subvirar como es lógico, pero gracias a la dirección y a una amortiguación bastante eficaz (con suspensión neumática en el eje trasero), se inscribe dócilmente en la trayectoria, sin apenas cabeceos ni excesivo balanceo en los apoyos en curva. Al límite, las ruedas protestan y el ESP entra en acción para evitar males mayores, pero mucho más tarde de lo que nos podríamos temer para un tracción trasera.

Y es que unas buenas suspensiones independientes en ambos ejes (Mac Pherson delante y por brazos oblicuos detrás, con amortiguación neumática variable y de altura constante) son las responsables de unos modos muy civilizados en conducción rápida.

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Los frenos de esta Viano son también protagonistas de esta sana conducta, potentes y fáciles de dosificar, aunque no tan resistentes al trato duro (lógico en un coche automático, de baja retención motriz y con más de dos toneladas de peso en vacío). Pese a los discos delanteros ventilados de 30 cm de diámetro (y de 29,6 detrás, macizos), en las frenadas a fondo consecutivas tarda en recuperarse, y a partir de la cuarta, su capacidad de deceleración decrece considerablemente, con un ABS que tiende a entrar demasiado pronto en acción, alargando la frenada.Y eso que la unidad probada montaba las cubiertas de 225/60 R16 (de serie en el 3.0 CDI), las mayores posibles en diesel y que quizá para eso, se quedan algo cortas (sólo el 3.5 gasolina tiene la opción de llanta 17, con cubiertas de 225/55 R17, pero que tampoco son más anchas).

Precio y equipamiento, a nivel.— En efecto, tenemos de serie además de los ESP, ABS + BAS, ASR + EBV, radio CD (Sound 20), filtro de partículas, climatizador Tempmatik, volante multifunción, guantera con llave, retrovisores exteriores por mando eléctrico plegables y calefactables, sensor de luz y lluvia para activado automático de faros y limpiaparabrisas, consola central con cajón, cierre centralizado con telemando y apertura automática de portón, doble luz de lectura en consola de techo, llantas de aleación de 6,5 x 16 (con neumáticos 225/60 R16), rueda de repuesto normal, configuración 6 asientos (2+2+2), tapicería de piel, asientos desmontables y deslizantes, airbags delanteros y laterales (los de cortina no resultan interesantes en un coche tan grande y alto), reglaje lumbar de asientos delanteros, 4 alzacristales eléctricos, luces de umbral, molduras e insertos en color madera… Hasta la pintura metalizada es de serie en este nivel Ambiente, y sobre todo, la suspensión posterior neumática de altura constante (con posibilidad de ajuste de altura de la misma desde el puesto de conducción).

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Sólo echamos de menos los sensores de aparcamiento, imprescindibles en un coche como éste. Claro que todo tiene su precio, y ese sin lugar a dudas resulta bastante alto en este Viano 3.0 CDI, nada menos que 54.743 euros, más de 9 millones de nuestras viejas pesetas, si se adquiere como turismo, y 48.567 si se hace como turismo mixto adaptable (o sea, un «kilo» menos, 8 millones).

Sin duda mucho dinero, aunque a cambio se tiene uno de los más cómodos, grandes y capaces monovolúmenes del mercado. En versión 7 plazas, con cambio manual de 6 relaciones y sobre los 42.000 euros (vamos, los siete «kilos»), este Viano 3.0 CDI resultaría mucho más razonable. Pero claro, la estrella de Mercedes también se paga. Y con ella un nivel de calidad, prestaciones y tecnología que no todos pueden ofrecer…