Los retoques del CLS, muy discretos, se centran en la parrilla y la trasera, buscando aumentar la sensación de anchura: las lamas de la calandra se reducen (de 4 pasan a 2), y su fondo es ahora en rejilla gris, estando un poco más ensanchada. Abajo las tomas de aire del parachoques (y las de las esquinas, con los faros antiniebla) presentan la misma rejilla de fondo. Por detrás hay un nuevo perfil por la parte inferior del parachoques que rebaja la sección central del mismo y los grupos ópticos (por diodos) cambian levemente su diseño interno, mientras que las bocas de escape dejan de ser ovaladas para tornarse cuadrangulares.

Los retrovisores exteriores aumentan de tamaño (+32% de superficie) añadiendo los intermitentes en forma de flecha (también de diodos) como han hecho ya otros nuevos Mercedes. La antena pasa ahora al techo (en vez de incorporada a la luneta), aunque retrasada y muy pequeña.
Además de los retoques externos, se añade una versión de motor, el CLS 280, con el motor V6 de 2.996 cc e inyección indirecta de gasolina de 231 CV, como nuevo acceso de gama. A continuación se mantiene el 350 CGI (con el motor 3.5 V6 de inyección directa de gasolina y 292 CV), y luego, como alto de gama (dejando aparte al AMG) el CLS 500, con el V8 5.0 de inyección indirecta y 388 CV. En diesel, se mantiene sin cambios el 320 CDI (224 CV), el modelo más demandado en nuestro mercado y para el que existe una notable lista de espera. Ya en otro nivel —también por precio; nada menos que 118.050 euros, casi el doble del nuevo 280— queda el CLS 63 AMG, con el V8 atmosférico de 6.3 litros y 514 CV, y su «look» específico (aplicable a los demás CLS dentro del «pack» AMG) que ahora añade llantas de 19 pulgadas (antes 18) con neumáticos aún mayores (hasta 285/35 detrás). Hay hasta un volante de tres brazos especial para el AMG, con la zona inferior central ligeramente achatada.

En el acabado interior, destaca el nuevo volante multifunción de tres radios (para todos), el fondo de las esferas del cuadro contrastadas en blanco y negro, la nueva pantalla del navegador (6,5 pulgadas), el sistema ampliado Command (APS), la consola cen-tral con la nueva telemática NTG 2.5 (con mejoras en la conectividad Bluetooth: ahora hasta con 10 números reconocibles), etc.
Todos los CLS montan el cambio automático de 7 relaciones 7GTronic, con accionamiento secuencial por levas al volante (y en el caso del AMG, con la versión Speedshift Plus, que realiza automáticamente al reducir el doble embrague para sujetar mejor el coche en conducción deportiva.
Mercedes anuncia leves mejoras en los consumos (el 350 CGI se queda ahora al filo de los 9 litros/ 100 km en el promedio combinado, gastando incluso menos que el 280). En cuanto al nuevo CLS 280 con sus 231 CV y 30,6 mkg de par, acelera de 0 a 100 km/h en 7,7 segundos con una velocidad punta de 245 km/h, y un consumo combinado de 9,8 litros/ 100 km.
Ya a la venta desde este mes, el nuevo CLS se escalona desde los 61.700 euros del 280 a los 118.050 del CLS 63 AMG, con 67.900 para el CLS 350 CGI y 82.650 para el CLS 500, quedando el solicitado diesel 320 CDI en 66.500 euros. Precios sin duda altos, aunque en consonancia con el carácter elitista y exclusivo de este modelo.