Con el «restyling» de la Clase A y la Clase B, Mercedes introduce nuevas versiones «Blue efficiency » en los A 150 y A 170 de gasolina, y en el A 160 CDI, recibiendo los dos primeros sistemas «start & stop», con parada y arranque automático del motor en las detenciones, lo que permite anunciar en el A 150 un consumo combinado de 5,8 litros/100 km (un 7% menos, que equivale a 0,4 litros menos cada 100 km, con una emisión de CO2 que desciende a 139 gr/km). En diesel, el A 160 CDI tiene también su versión «Blue efficiency », aun más interesante si cabe no sólo porque logra rebajar el consumo un 8% (medio litro menos cada 100 km en el promedio combinado, y eso sin «start & stop») a base de reprogramar su centralita de inyección, sino porque logra bajar de 120 gr/km de CO2. Así, junto a otros retoques para minimizar resistencias (incluidos neumáticos de baja resistencia al avance y rebaje de altura al suelo), logra un promedio combinado de sólo 4,5 litros/100 km y 119 gr/km de CO2, lo que le exime del impuesto de matriculación.

Su potencia no varía (82 CV), aunque también estrena un sistema de alternador desconectable que no carga en las fases de aceleración (ahorrando energía) y sí en las de retención, donde carga al máximo la batería. Otra ventaja ahora de todos los Clase A es su control de retención para arrancar en cuesta («hill start assist»), ahora de serie.
En cuanto a la Clase B, los diesel B 180 CDI y B 200 CDI no son «Blue efficiency», lo que les permite anunciar 109 y 140 CV respectivamente (más de 30 mkg de par). Aún así bajan un 7% su consumo, que oscila entre 5,2 y 5,6 lts/100 km (según motor y tipo de neumático…). Pero ya no están por debajo de los 120 gr/km de CO2.
Como en la Clase A, los nuevos B disponen también en opción del sistema de aparcamiento automático Parktronic (aquí llamado Ayuda Activa para Aparcar) y que funciona exactamente igual, necesitando los mismos 1,3 m más de hueco sobre la longitud total del coche para que se aparque solo (un buen conductor puede aparcarlo en menos espacio). Como en el A, cuando se circula a menos de 35 km/h a lo largo de una calle, los sensores de ultrasonidos situados a ambos lados del coche detectan los huecos para aparcar y miden su longitud y anchura.

Cuando encuentran una plaza adecuada, informan al conductor a través de la pantalla del cuadro de instrumentos. Entonces basta detener el coche, aceptar la información, e introducir la marcha atrás; el coche inicia la maniobra y el conductor sólo tiene que preocuparse de controlar la velocidad y frenar. El coche se encarga del resto de la maniobra.
Otra innovación de los nuevos Clase A y Clase B es la iluminación de la luz de freno por destellos, que permite avisar a los vehículos que les siguen de una frenada de emergencia, con una respuesta más rápida para evitar colisiones por alcance. Esta iluminación complementa al BAS (servofreno de emergencia, que pronto será obligatorio en todos los coches en Europa) y se activa automáticamente en frenadas de emergencia por encima de 50 km/h (encendiéndose también las luces de «warning» al frenar a fondo por encima de los 70 km/h).
Esta luz de freno permite ganar 2 décimas de segundo en la reacción de los conductores que siguen al coche que frena (lo que acorta la frenada total en 4,4 m a 80 km/h, y hasta 5,5 m a 100 km/h. Estas innovaciones son las que van a marcar la orientación más ecológica de los Mercedes pequeños, mas allá de los retoques cosméticos del A que lo acercan más al B (faros retocados, parrilla rediseñada, nuevos paragolpes, etc).
En cuanto a ruedas, los A Classic mantienen las llantas de 15 pulgadas y los Avantgarde y Elegance suben a las de 16, eso sí, todos de aleación, igual que todos traen ya pintados en color carrocería molduras, parachoques y retrovisores exteriores. En el caso de los B, aparte de los nuevos parachoques, cambios en parrilla, toma de aire en «uve abierta», etc y motores menos glotones (hasta un 9% menos de consumo), son estos avances los que le distinguen como versió «verde» (o «azul», por lo de Blue efficiency).