El GLA también es eléctrico
A la creciente oferta de modelos totalmente eléctricos del panorama actual se suma ahora el nuevo SUV compacto Mercedes-Benz EQA, tercer integrante de la familia eléctrica EQ conformada en la actualidad por los Mercedes EQC y EQV, además de la gama smart EQ.
Por supuesto no se trata de una simple versión sino de un modelo nuevo, pero esta composición derivada permite aumentar la oferta eléctrica conteniendo costes, en un segmento motriz nuevo que por ahora no tiene mucho volumen pero que lo tendrá con el tiempo, y que al final será clave para asegurar su supervivencia industrial. Por eso Mercedes-Benz ha repetido la misma jugada del EQC/GLC, pero ahora a menor escala, con este EQA 250, un SUV compacto de 4,46 m de largo con un motor eléctrico de 140 kW (190 CV), potencia nada excesiva para mover un coche de más de dos toneladas (2.040 kg) en vacío (casi media tonelada más que el GLA).
Mercedes-Benz EQA: Diseño continuista
Fabricado en la planta alemana de Rasttat (para Europa, porque para Asia se montará en la china del grupo Daimler en Pekín), Mercedes ha optado esta vez por un diseño más continuista con el del GLA, de modo que se le reconozca su aire de familia, sin llegar al fuerte contraste de imagen que supuso el EQC frente a los GLC y GLE. En este caso se trata de un eléctrico que comparte plataforma con el GLA (la MFA2, ya diseñada para alojar motores térmicos y eléctricos), dejando sus rasgos de identidad propia a la parte frontal y posterior, con una zaga con los grupos ópticos unidos entre sí por una banda de diodos y la matrícula en el paragolpes, por debajo del portón.
El frontal presenta una parrilla cerrada negra puramente decorativa al estilo de la “black panel” del EQC, con la estrella de Mercedes en el centro y dos bandas horizontales que recuerdan las de los Mercedes-AMG, y con una fina franja de diodos de faro a faro (también de diodos), como firma luminosa propia diurna (aunque no exclusiva, ya que el EQC también la lleva).
En el interior, el salpicadero repite el del GLA, con sus dos pantallas unidas, una para el cuadro de instrumentación -ahora típico de eléctrico- y otra para el sistema multimedia, que pueden ser de 7” (de serie) o 10,25” (ambas en opción). El navegador incluye la función “Electric Intelligence”, que calcula la ruta más rápida para llegar a destino teniendo en cuenta las paradas necesarias para recargar baterías, consumos por orografía, y condiciones meteorológicas y de tráfico. Y en cuanto a maletero, pierde bastante volumen útil respecto al GLA (340 litros frente a 421, casi cien menos), contando como éste con portón de apertura y cierre automáticos.
Además cuenta con el sistema MBUX, con mando por voz en varios idiomas, (y que reconoce el lenguaje coloquial), y, opcionalmente, navegador con datos por realidad aumentada (en la pantalla central se muestra la imagen que capta la cámara frontal y sobre ella, flechas superpuestas de dirección). La decoración interior recurre a molduras de color azul o dorado, y desde el selector de la consola central se puede «escribir» con un leve toque, las grafías de los menús y submenús del sistema.
El selector del cambio monomarcha (en D) sale del volante, muy a lo Mercedes antiguo y entre la buena insonorización del coche y lo silencioso de su motor eléctrico, este EQA destaca por su silencio total de rodadura… Con tracción delantera y 4 modos de conducción (Individual, Eco, Confort o Dynamic) pese a una potencia no muy elevada para su peso, ofrece una contundente respuesta al acelerador, muy lineal, como buen eléctrico que es. Mercedes anuncia una velocidad punta autolimitada de 160 km/h y 8,9 segundos para acelerar de 0 a 100 km/h, sacando un buen partido a sus más de 38 mkg de par motriz continuo, sobre todo en el modo de conducción Dynamic.
De momento una sola versión
Y ya que hablamos del motor, diremos que es un eléctrico asíncrono de inducción, fabricado por ZF que da 190 CV y 38,25 mkg de par, que le permiten unas prestaciones a la altura de sus principales rivales 100% eléctricos (los Volkswagen ID.4, Skoda Enyaq, Lexus UX 300e, etc). De momento el EQA nace con uno solo sobre el eje anterior, pero la versión de tracción total (4Matic) que llegará más adelante (inspirada en el Mercedes Concept EQA), tendrá un segundo motor sobre el eje trasero que le permitirá la tracción total propia de un SUV, aunque no será igual, sino síncrono por rotor de imanes, y será el propulsor principal del coche, con el delantero como motor de apoyo, para los momentos en que se exija un suplemento extra de potencia, así como para repartir mejor el par motriz sobre piso deslizante.
Este segundo motor será síncrono (con rotor de imanes) y el encargado de mover el coche en la mayoría de las situaciones, entrando en acción según lo decida la centralita de gestión motriz para mantener la estabilidad del vehículo como principal objetivo. Pero este futuro EQA 4×4 no llegará hasta finales de 2021 o principios de 2022, con 200 kW (272 CV) de potencia total conjunta, y es muy probable que antes veamos una versión 4×2 de autonomía ampliada que superaría los 500 km WLTP.
Pero como es bien sabido, en los coches eléctricos tan importante o más que su potencia es su autonomía (426 km según el estándar WLTP), dado que su talón de Aquiles son siempre los tiempos de recarga de sus baterías. En el caso del EQA 250 son de ion-litio y 66,5 kW/h de capacidad útil, trabajando a una tensión máxima continua de 420 voltios. Son cinco bloques de celdas, refrigeradas por líquido (frente a las refrigeradas por aire, un sistema más sencillo y barato, pero que no permite controlar igual de bien los recalentamientos de las recargas, lo que sí permiten las de líquido al precio de un peso extra superior).
Según Mercedes, en media hora se recarga la batería del 10 al 80 % en una toma pública de corriente continua a 100 kW de potencia; y en 5 horas y 45 minutos pasa del 10 al 100 % en una toma de corriente alterna a 11 kW (lo máximo que admite el cargador que trae de serie), desde el enchufe del coche (situado en la aleta trasera derecha). Como en casi todos los eléctricos, se puede programar la carga o consultar su estado desde una aplicación de teléfono móvil («Mercedes me»).
Autonomía por el consumo
Una de las razones esgrimidas por Mercedes para haber logrado superar los 400 km de autonomía además de los 66,5 kW hora de su capacidad es mantener un bajo consumo eléctrico a base de mejorar la aerodinámica (Cx de 0,28, como el del GLA) con frontal y bajos carenados, llantas enrasadas, ajustes estancos en faros y capó… Al tiempo la climatización interior por bomba de calor ahorra energía y se aprovecha la gestión térmica de la cadena eléctrica (refrigeración de baterías, motor e inversor) para la calefacción, y los neumáticos son de baja resistencia al rodaje (en llantas de 18” de serie o de 19” y hasta 20” en opción).
Con todo se obtiene un consumo real de 22 a 24 kW/h cada 100 km, jugando con los 4 grados de recuperación de energía (D+, D, D- y D–, accionables mediante levas al volante), de menor a mayor retención y con ella menor o mayor autonomía, con la peculiaridad de un quinto nivel automático (DAuto), que cambia el nivel de retención en función de las condiciones de circulación, según el tráfico, diferencia de velocidad del vehículo respecto a los de su entorno, etc, de modo que puede hasta llegar a frenar con mayor intensidad de lo previsto en caso necesario. Junto a ello hay un asistente ECO a la conducción eficiente que indica cuando se debe levantar el pie del acelerador para aprovechar la inercia del coche, llegando además hasta desconectar la transmisión.
Por lo demás a nivel de chasis, este EQA destaca por su alto nivel de confort, gracias tanto a su tracción eléctrica, muy suave y silencioso como suele suceder con este tipo de propulsión, así como a su suspensión adaptativa capaz de filtrar todo tipo de irregularidades del piso, y que repite el mismo esquema del GLA: eje McPherson delantero y trasero multibrazo por paralelogramo deformable (4 brazos).
La amortiguación puede ser la clásica convencional (de serie) o la variable por control electrónico, autónoma o con varios ajustes predefinidos según el modo de conducción (con predominio de la comodidad en los “Comfort” y “Eco”, y de la firmeza en el “Dynamic”, en el que además cambia la configuración gráfica del cuadro digital y la iluminación interior por diodos).
Alto nivel de equipamiento
En cuanto a niveles de equipamiento, además del normal Progressive, se ofrecerán dos más específicos con algunos elementos exclusivos (llantas, molduras, tapicería, pedales, pedales, etc…), uno de lujo –Electric Art– y otro deportivo –AMG Line-. Y como ya viene siendo habitual en los nuevos lanzamientos de Mercedes, durante el primer año se ofrecerá una versión especial Edition 1, equipada a tope (llantas de 20”, tapicería de piel, etc) con decoración y marcajes específicos.
En todo caso, y como modelo de vanguardia, el EQA contará de serie con un equipamiento muy alto desde el nivel Progressive, con cámara de visión trasera, asistente de mantenimiento de carril, frenada autónoma urbana de emergencia (con reconocimiento de peatones), faros de diodos con activación automática de luz larga, y asientos delanteros calefactados. Y ya en opción, otros elementos como el “head up display”, el control de crucero activo o el Urban Guard, un asistente de protección que incluye alarma con protección antirremolque, localización vía satélite y reconocimiento de colisiones a vehículo estacionado.
Finalmente, este SUV compacto eléctrico de Mercedes será mucho más barato que el EQC, con una escala de precios de 49.000 a 60.000 euros, aunque todavía no hay tarifas oficiales (que se publicarán con su salida al mercado el 10 de febrero, con entrega de las primeras unidades a finales de marzo). En todo caso, bastante por debajo del EQC más asequible (78.600 euros) y francamente competitivo con sus rivales “premium” del mercado, cubierto además por una garantía de 8 años o 160 000 km.