McLaren 675 LT Spider

5 enero, 2016
J. ROBREDO

Para 500 elegidos

Este 675 LT Spider, heredero de los McLaren “cola larga” de competición (“long tail”, de ahí las siglas LT), es un superdeportivo descapotado que está destinado a rivalizar con los Ferrari 488 Spider y Lamborghini Aventador Roadster.

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Desarrollados a partir de los 650S y 650S Spider, los McLaren 675 LT (Ginebra 2015) y 675 LT Spider son superdeportivos homologados para circular por carretera, aunque están pensados para correr en circuito. Ambos comparten el mismo motor V8 de 3,8 litros de cilindrada del 650S, aunque según McLaren más del 50% de sus componentes son nuevos o modificados, entre ellos los turbocompresores, los colectores de escape, las bombas de gasolina de mayor caudal o las bielas ultraligeras de sus pistones.

Todo el conjunto de escape está fabricado en titanio y es 1,1 kg más ligero que el del 650S, entregando una potencia máxima de 675 CV a 7.100 rpm y un par motor constante de 71,4 mkg entre 5.500 y 6.500 rpm (25 CV y 2,2 mkg más que los 650S, montando su mismo cambio automático de doble embrague y 7 velocidades). Con un peso en vacío de 1.310 kg (40 kg más que el 675 LT cerrado, que se queda en sólo 1.270 kg) se permite aceleraciones de auténtico vértigo, ya que no son sólo los 2,9 segundos que tarda en alcanzar los 100 km/h desde parado, sino sobre todo los 8 segundos (7,9 el coupé y 8,1 el spider) en que se pone a 200 km/h para llegar a los 300 km/h en menos de 20… Y eso con un mínimo detrimento de 4 km/h sobre la velocidad punta del 675 LT coupé (330 km/h).

Semejante aceleración para un coche de tracción sólo trasera obliga a un exigente trabajo del control de tracción, que limita el par motriz en la 1ª marcha a 61,2 mkg, para evitar el patinado continuo de las ruedas motrices en las arrancadas rápidas. Pero a partir de la 2ª ya no hay límite para que suba a los 71,2 mkg, constantes entre 5.000 y 6.500 rpm, lo que explica sus impresionantes prestaciones. En todo caso y por muy biturbo que sea, tiene mérito sacar más de 177 CV/litro a su V8 3.8, lo que unido a su peso le permite superar al 488 de Ferrari e igualar al Aventador con un consumo oficial combinado de 11,7 lts/100 km. Y eso pesando 40 kg más que su hermano cerrado, debido más que a los refuerzos del chasis, al peso del techo retráctil de tres piezas y sus motores de plegado y desplegado (posible incluso en marcha, pero sólo por debajo de los 30 km/h). Los asientos son como los del McLaren P1, con bastidor de fibra de carbono y tapizados en Alcántara, y también ahorran 15 kg de peso, con sus fijaciones de 4 puntos y extintor de incendios (pero sin los arcos fijos antivuelco de titanio del coupé).

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Por lo demás, la carrocería es casi igual a la del 675 LT, a su vez muy similar a la del 650S, respecto de la cual ambos 675 (coupé y spider) se distinguen por sus 100 kg menos de peso, gracias al empleo generalizado de fibra de carbono, extendida a los paneles de las puertas y varios puntos del bastidor, junto con la supresión del equipo de aire acondicionado y su compresor (16 kg menos de peso).

Frente al 650S, los 675 LT presentan nuevos paragolpes rediseñados, y nuevo diseño de las tomas de aire traseras (sobre las aletas posteriores), que aumentan el flujo de aire sobre los radiadores y al mismo tiempo la carga aerodinámica (“down force”), junto con el alerón posterior móvil (un 50% más grande y con hasta un 40% más de apoyo a alta velocidad). También cambian vías y suspensiones, con un ancho aumentado en 2 cm y la dureza en un 27% en el eje delantero y un 63% en el trasero.

Por fuera el coche es muy atractivo con sus nuevas llantas de 19” delante y 20” detrás, de aleación forjada y las más ligeras según McLaren en la historia de sus modelos de calle. Hay además otros dos modelos opcionales en 20” para las 4 ruedas (uno de ellos con el diseño de 5 radios inicialmente visto en el 675 LT coupé), y también un paquete opcional de personalización (Club Sport Professional Pack) que añade varios elementos de carrocería en fibra de carbono pintados junto a otros en el exclusivo color naranja de la marca (“Orange McLaren”) que popularizara Bruce McLaren en la Fórmula 1 así como en las carreras de la Can-Am.

Y ya que hablamos de colores, terminaremos diciendo que la marca ofrece 5 comunes para ambas carrocerías; blanco Sílice, rojo Delta, verde Napier, gris Chicane y el famoso naranja McLaren, al que se une otro más exclusivo del McLaren 675 LT Spider: el “Solis”, un tono dorado en color champán metalizado.

Sólo se construirán 500 unidades, de modo artesanal, con las primeras entregas previstas para el verano de 2016. Un “capricho” para aquellos que dispongan de las 285.450 libras antes de impuestos (casi 390.000 euros) que vale cada unidad de esta edición limitada en Inglaterra, 25.000 libras más caro que su hermano cerrado.

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Mclaren
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