Mazda CX-8

25 julio, 2017
G. ROMERO-REQUEJO M.

Un nuevo buque insignia para Europa

La marca japonesa acaba de revelar una imagen del exterior de su nuevo Mazda CX-8, un modelo que de comercializarse en Europa -tiene todos los visos-, se convertiría en su SUV más grande, con capacidad para hasta 7 personas.

Este Mazda CX-8 emplea la plataforma del Mazda CX-9 (mostrado a finales de 2015) con 2,93 m de distancia entre ejes, aunque sin embargo, es 13 cm más corto que este último. La verdad es que la marca de Hiroshima afina mucho en su producción y venta, y aunque fabrica el CX-9 en tierras niponas, no lo comercializa en su país de origen, sino que lo hace en el mercado norteamericano y australiano. Podría hacerlo, pero la verdad es que un SUV de 5,03 m se antoja un poco grande para el país de los micro coches. Es por ello que Mazda pondrá a la venta a finales de este mismo año para su mercado doméstico este nuevo CX-8, su nuevo buque insignia para Japón, del que muy probablemente veamos también en Europa y por ende en España, uno de sus mercados más fieles.

Este nuevo todocamino para 6 ó 7 plazas, repite la estética de su exitoso y recién renovado Mazda CX-5, al que se le estira la batalla nada menos que 23 cm, alcanzando los 4,90 m de longitud (4,70 m el CX-5), a base de alargar batalla y voladizo trasero, siendo también unos 5 cm más alto (1,73 m) e igual de ancho (1,84 m).

Respecto del CX-5 y con solo una fotografía lateral oficial disponible, el Mazda CX-8 añade embellecedores laterales inferiores y barras de techo metálicas, siendo por lo demás, prácticamente igual de aspecto, a falta de comprobar paragolpes y escapes. Las puertas traseras y las lunas custodia se alargan ligeramente obteniendo una imagen de SUV grande visual y proporcionalmente discreto, disimulando ahora aún más el largo volumen que representa el vano motor.

En cuanto a su propulsor, esta vez abandona la tecnología SKYACTIV-G gasolina del CX-9 (impopular en Europa en los SUV grandes) y emplea la última evolución de su popular motor SKYACTIV-D 2.2 clean diesel de bajos consumos y emisiones, unido a una transmisión automática de 6 velocidades SKYACTIV-DRIVE. Con potencias aún por confirmar, lógicamente igualaría la ofrecida con este propulsor en el CX-5 de 150 ó 175 CV, si bien quizás ofreciese (dado su incremento de peso) alguna variante que pudiera rondar los 200 CV, aunque este último dato no está confirmado todavía.

Para este Mazda CX-8, la marca promete la misma alta calidad ofrecida en sus últimos lanzamientos, sin abandonar las prestaciones, confort interior para sus tres filas de asientos y consumos ajustados, señas de identidad actuales de Mazda.

 

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