Con mayor refinamiento
La segunda generación del Mazda CX-5 acaba de ser presentada en el Salón de Los Ángeles, con una evolución de su diseño “kodo” (alma en movimiento) y de su tecnología Skyactiv. Más silencioso, cómodo y eficiente, el CX-5 2017 saldrá al mercado en Japón el próximo febrero, con comercialización europea a partir del verano.

La unidad expuesta en Los Ángeles destacaba por su llamativo color exterior rojo Alma Cristal (Soul Red Crystal), una variante del rojo Soul Red metalizado tan caro a la marca de Hiroshima, con mayor saturación de color (+20%) y profundidad (+50%) así como con la tecnología de acabado “takumunuri”, que permite un alto brillo bajo su estructura tricapa, con la ayuda de un pigmento especialmente desarrollado y con distintas partículas que reflejan y absorben la luz.
Ampliamente mejorado– Presentado como “segunda generación” del CX-5 (aunque no hay variación de motores, plataforma ni carrocería), destaca también por un aislamiento acústico mucho más cuidado. Mazda tiene muy presente que se trata de su modelo más vendido en Europa, representando la cuarta parte de sus ventas totales a nivel mundial, con un nutrido palmarés internacional resumido en más de 90 premios, entre ellos el de Coche del Año en Japón 2012-2013, por lo que los cambios han sido muy medidos para aportar más valor añadido sin alterar su imagen.
Sus medidas apenas varían (sólo 2 cm más alto), con 4,55 m de largo por 1,84 m de ancho y 1,69 de alto, pero estrena nuevos paragolpes, faros y grupos ópticos traseros (sólo configuración, no la forma). También cambian algunos paneles de la carrocería, aumentan los revestimientos aislantes y se ha rebajado en 1 cm su centro de gravedad.

El cambio más relevante es el de su parrilla frontal, con un diseño muy próximo tanto al del CX-3 como al del CX-9, sus dos hermanos más próximos, por abajo y por arriba. Todo el frontal gana 1 cm de anchura mientras que los pilares del parabrisas (A) se retrasan ligeramente 3,5 cm, los faros se afilan todavía más, cambian los grupos ópticos traseros y los pilares finales al techo (C) se suavizan y estilizan.
Mediante el empleo de aceros de alta y ultra alta resistencia en los pilares delanteros y centrales al techo Mazda afirma haber ganado un 15,5% más en rigidez del bastidor a la torsión, al tiempo que la mejora en aerodinámica (los retrovisores externos son ahora más pequeños) ha permitido hacerlo más silencioso a alta velocidad. Hay además otras mejoras en el chasis, como nuevos soportes (más rígidos) de la dirección, nuevos silentblocs hidráulicos delanteros y amortiguadores reforzados con mayor diámetro de ejes (para disminuir las vibraciones). En definitiva, un coche más refinado que agradecerán los más sibaritas.
Más confortable.- El interior estrena nuevo salpicadero con volante de tres radios, un mini “display” a color de 4,6” en el cuadro de instrumentación y una nueva pantalla flotante multimedia de 7” en la parte alta de la consola, que permite desviar menos la vista, con conectividad ampliada Mazda Connect (compatible con la mayoría de teléfonos móviles bajo entornos de Android y Apple. La palanca del cambio (o el selector en caso del automático) queda ahora más alta (sube junto con el túnel, 4 cm en el manual y hasta 6 en el automático) y el “head up display” es ahora a color (como el del Mazda 6), y con más datos e información.

Las tapicerías también cambian (tanto la textil negra de serie como la opcional de piel, en blanco o negro) así como el equipo de sonido (en opción un Bose con 10 altavoces), ahora con los altavoces más altos y próximos a los oídos. Y junto con la tapicería también estrena nuevos asientos, calefactables en opción y con los delanteros más acolchados y con “suspensión” en la banqueta para evitar vibraciones. Cambia también el reglaje de inclinación de los respaldos de los asientos traseros (en dos puntos) y la forma de la banqueta (ahora con las caderas más hundidas), disponiendo ahora sus ocupantes de salidas de aire de ventilación con ajuste de la climatización (en opción o según nivel de acabado).
Con G-Vectoring Control.- En el equipamiento, destaca la apertura eléctrica del portón trasero (por mando a distancia) y la mejora del paquete de ayudas de conducción para la seguridad (i-Activsense), con el control de crucero inteligente (Mazda Radar Cruise Control) con sensores por radar y el lector automático de señales de tráfico (Traffic Sign Recognition) ambos en opción o en función de los niveles de acabado, y de serie en todos el nuevo G-Vectoring Control (GVC) ya estrenado en el nuevo Mazda6, que distribuye el par motor de forma progresiva para mejorar el trazado de las curvas. El Mazda Radar Cruise Control ha sido mejorado con un programador activo de velocidad, con función de parada y arranque durante los atascos, y los frenos disponen de sistema “auto hold” para sujetar el coche al arrancar en cuesta.
En cuanto a la oferta de motores no parece que haya cambios; en Los Ángeles se mostraron los Skyactiv-G de 4 cilindros en gasolina (2.0 y 2.5) ambos de inyección directa (con 165 y 195 CV respectivamente), pero además hubo la sorpresa de que Mazda anunció la venta en el mercado USA (muy poco propicio al diesel) de la versión 2.2 Skyactiv-D (se supone que la de 150 CV), que es la más vendida en Europa, capaz de cumplir los exigentes requisitos estadounidenses (en algunos estados) para los motores de gasóleo y con las últimas mejoras ya aplicadas en el Mazda6, como el “Natural Sound Smoother” y el “Natural Sound Frequency Control”, para atenuar los típicos ruidos y vibraciones de los diesel. Como es lógico se mantiene la oferta de tracción delantera y total AWD, así como los cambios manuales o automáticos, ambos con 6 velocidades.