Mazda CX-30

13 marzo, 2019
J. ROBREDO

Nuevo SUV compacto en Ginebra

El nuevo Mazda CX-30 ha compartido la novedad en el stand ginebrino de la marca de Hiroshima junto al nuevo Mazda3, como un SUV compacto intermedio entre el CX-3 y el CX-5, que se presenta como el segundo modelo de la nueva generación Mazda ya estrenada con el Mazda3. Su denominación como Mazda CX-30 deja entrever que quizá veamos más tarde un CX-50, ambos destinados a sustituir a los actuales CX-3 y CX-5 de la familia SUV de Mazda.

Hasta el último momento confundido con un posible Mazda CX-4 su lanzamiento ha sido una sorpresa en Ginebra, dada la actual vigencia de los Mazda CX-3 y CX-5, recién actualizados y en su mejor momento de venta, aunque este nuevo Mazda CX-30 no llegaría al mercado hasta finales de 2019. Cierto es que el Mazda CX-3 adolece de ser algo pequeño como SUV compacto (por otro lado muy cercano en su estampa al CX-5), pero no parece que haya sitio para tres modelos tan próximos unos de otros en tamaño, aunque la vocación de este CX-30 parece más deportiva, con un diseño claramente continuista con el CX-5 aunque algo más atrevido, con la parrilla típica de la marca, ahora más afilada. La vista de perfil muestra un diseño cóncavo que da mayor personalidad al modelo y su zaga nos recuerda a la del nuevo Mazda3.

El nuevo Mazda CX-30 tiene unas medidas de 4,40 m de longitud por 1,80 m de anchura y 1,53 m de altura, esto es, 6 cm más corto y casi 10 cm más alto que el Mazda3, que también tiene más batalla (2,72 m frente a los 2,67 m del CX-30), aunque sí posee la parte fundamental de la estructura del Mazda3. Frente al Mazda CX-3 (realizado sobre la plataforma del Mazda2) mide 12 cm más de largo, y frente al Mazda CX-5 es 15 cm más corto, lo que le sitúa un poco en tierra de nadie.

Su diseño general repite el código “Kodo” de Mazda, y equipa mecánicas “SkyActiv”, incorporando el novedoso motor Skyactiv-X de gasolina y la tracción total i-Activ AWD.

Los pasos de rueda traseros sobresalen notablemente del habitáculo, que se va estrechando a medida que se acerca al techo

La incorporación del nuevo Mazda CX-30 a la gama del constructor de Hiroshima llega en un momento de amplia competencia en el segmento de los SUV compactos, tanto por arriba (BMW X2, Mercedes GLA, Volvo XC40…) como por abajo (Skoda Karoq, Kia Niro, Jeep Cpmpass, Seat Ateca…) o por en medio (Nissan Qashqai, Mitsubishi Eclipse Cross, Toyota CH-R…).

Presentado en Ginebra en el exclusivo rojo granate metalizado de la marca (Sould Red Crystal), el Mazda CX-30 también se ofrece en dos nuevos tonos de gris, (Machine Gray y Polymetal Gray). En cuanto a su eaquema de suspensiones, para el eje delantero recurre a una de tipo McPherson, mientras que el eje trasero es semitorsional. Su plataforma tipo “sándwich” además de reducir los ruidos podría servir en el futuro para alojar baterías. Su nada espectacular (felizmente) tren rodante, recurre a llantas de 16 y 18 pulgadas con neumáticos de 215/55 y 215/45 en cada caso.

Akira Marumoto y Jeff Guyton en Ginebra presentando el nuevo Mazda CX-30

Mazda CX-30: amplitud interior

Su armonioso interior es 4 cm más estrecho que el CX-5, empleando elementos de calidad y todos los elementos están al alcance de la mano. La parte superior del salpicadero puede incorporar un “head-up display” y está presidida por una pantalla multimedia MZD Connect de 22,4 cm (8,8”), y tiene compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto a través de USB. El salpicadero incluye un pequeño escalón horizontal que continúa en la visera del cuadro de instrumentos y llega hasta las molduras de las puertas, dando sensación de mayor amplitud. La consola central incluye el mando HMI y un par de posavasos.

El equipo de sonido cuenta de serie con 8 altavoces (de 3 litros de tamaño para graves en los laterales de la rejilla del parabrisas, de 2,5 cm para agudos en la base de los pilares izquierdo y derecho, y de rango medio -8 cm- en la sección superior de las molduras de puertas). Opcionalmente puede equipar otro equipo de sonido Bose con 12 altavoces (añade un subwoofer, dos satélites traseros y un altavoz central de 8 cm).

La parte superior del salpicadero presenta un voladizo adicional acabado con costuras de alta calidad desde donde surge una gran pantalla flotante

Según Mazda los asientos van situados en una posición más baja que en un SUV típico (más los traseros que los delanteros), lo que resaltaría su carácter deportivo, mientras que el maletero cuenta con 430 litros, 80 más que el actual CX-3 y ligeramente por debajo del CX-5 (460). Y como buen SUV, su portón de 1,02 m de ancho puede beneficiarse de la apertura y el cierre automático de tipo “manos libres”, con un umbral de carga situado a 73 cm.

Mazda CX-30: llamada a la hibridación suave

Las motorizaciones del nuevo Mazda CX-30 son todas gasolina Euro 6d-Temp y pertenecen a la familia SkyActiv-G y cuenta también con el novedoso SkyActiv-X, contando los primeros con hibridación ligera “mild hybrid” a 24 voltios, recibiendo una ayuda complementaria eléctrica pero sin tracción directa. Poseen una tensión inferior– al estándar generalizado empleado en la industria de 48 voltios, pero ya se sabe que en esto (como en casi todo todo) Mazda va siempre por libre, normalmente distinta de los demás…

Dicha hibridación ligera se denomina M Hybrid y emplea un motor eléctrico alimentado por una batería de ion-litio de 24V (600 kJ) ubicada entre las ruedas, que ayuda al motor térmico. Los propulsores van asociados a cajas manuales o automáticos, ambas de 6 relaciones. Y en los motores de gasolina, se espera que por fin se ofrezca la versión SkyActiv-X con la tecnología SPCCI de Mazda, con encendido por compresión controlado por chispa, que podría llegar para final de año o principios de 2020 (en todo caso la comercialización de este Mazda CX-30 no tendrá lugar hasta el último trimestre del año).

Los afilados grupos ópticos traseros poseen una matriz de luces LED que pone de relieve la forma cilíndrica y elaborada de las luces

En cuanto a las versiones con tracción total i-ACTIV AWD, ahora se cuenta con un detector de carga vertical en las 4 ruedas que actúa junto con el G-Vectoring Control Plus para controlar el reparto del par entre los dos ejes, que mejora la tracción y por tanto la estabilidad. Esta nueva tracción integral tiene en cuenta el potenciómetro del acelerador, el giro del volante y el agarre de cada rueda.

En cuanto a las ayudas a la conducción el nuevo Mazda CX-30 destacan un sensor de fatiga de conducción, el asistente CTS de tráfico y crucero, un asistente en atascos que sigue al coche precedente en las retenciones), detector de tráfico delantero (FCTA) o trasero, etc.

En definitiva, una nueva oferta SUV de Mazda que entra en liza en un momento especialmente concurrido del segmento, con el encanto añadido de una tecnología propia de tracción, una hibridación ligera distinta y un diseño diferente que sin ser rompedor, supone un estilo más dinámico y atractivo que el de la media general de los SUV del segmento. Ahora falta saber si el precio acompaña, y cuándo lo tendremos, con equipamientos y motores definidos, en nuestro mercado.

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