La belleza hecha recuerdo
Para celebrar el primer siglo de vida de la marca del tridente, Maserati presentó en Salón de Ginebra su coupé 2+2 Alfieri, en honor de Alfieri Maserati quien, junto a sus hermanos Ettore y Ernesto creó en Bolonia el germen de la marca en diciembre de 1914 (la “Officine Alfieri Maserati” SpA.) que en pocas décadas se convirtió en un nombre señero del automovilismo italiano.
El Alfieri es la belleza hecha recuerdo; elegancia, seducción, encanto, guapura, delicadeza, lindeza, perfección, finura, venusted, esplendor… todo se conjuga en la «bellezza” de su diseño italiano con un toque británico, con su largo capó y su corta cabina y zaga (parece un Jaguar E del siglo XXI), inspirada sin duda en la del A6 GCS (A de Alfieri, 6 por los 6 cilindros de su motor y GCS por “ghisa” (fundición), “corsa” (carrera) y “sport”). Sus medidas sin embargo son bastante compactas, para lo que se estila en Maserati, con una longitud de 4,59 m, una anchura de 1,93 y una altura de sólo 1,28. O sea que es casi 30 cm más corto que un Gran Turismo y bastante más bajo (-7 cm), a la vez que es más ancho que el Quattroporte y el Ghibli…
Concebido como un 2+2 sobre la plataforma acortada del Gran Turismo Stradale (2,70 m de batalla, 24 cm menos), el Alfieri es fruto del equipo de diseño dirigido por Lorenzo Ramaciotti y Marco Tencone en el centro de diseño turinés de la marca. Es un “concept” muy realista que anticipa la futura comercialización de un deportivo ligero, por debajo de los Gran Turismo y Gran Cabrio, más radical y menos burgués que estos.

Su frontal largo y bajo supone una evolución estilística de los últimos Maserati, con su parrilla de lamas verticales cóncavas, y las tiras lineales de diodos para la luz de cruce diurna conectadas al emblema central. Los faros son muy oblicuos, de xenon y diodos, con una pestaña interna que se repite en la zaga junto a las dobles salidas de escape, con unos grupos ópticos traseros tridimensionales en blanco y rojo, encastrados dentro del perfil que incorpora bajo los mismos las salidas posteriores de aire. Realmente es un diseño muy limpio y puro, y sobre todo, más deportivo del que presentan los últimos Maserati.
Las impresionantes llantas forjadas de 20” y 21” (detrás) tienen cierto aire “retro” (pretenden inspirarse en las de radios de hace medio siglo, ocultando en su interior unos grandes discos carbocerámicos heredados del Gran Turismo MC Stradale, con pinzas de freno Brembo multibombín. La elección de colores (azul en los radios, gris metalizado “Steel Flair” para la carrocería, y también azul en algunos detalles (pinzas de freno, tomas de aire, difusor trasero, perfiles del escape… y hasta en la firma “Alfieri” que luce en la zaga) busca ante todo una impresión de elegante sobriedad.
En el interior, el habitáculo es realmente mínimo, el de un 2+2 con maletero abierto, combinado a dos colores (blanco y azul oscuro), con asientos, consola y salpicadero forrados en piel. Colores “retro” (cobre, rojo óxido, etc), asientos alargados “vintage”, respaldos traseros que sirven abatidos de puerta interior al maletero, etc, dan una nota clásica que contrasta con el cuadro, que pese a su apariencia (dos relojes grandes más otros dos pequeños) incorporan fondos de cristal líquido con indicadores digitales, cuyo menú de elección deriva de los de las cámaras digitales de fotos y “smartphones”.

En los indicadores giran los números, no las agujas, y la velocidad y el régimen de giro surge agrandado como si se leyera bajo una lupa. Luego el volante de tres brazos es de factura artesanal, y tenemos varios detalles en aluminio pulido y anodizado en cobre en la consola, palanca de cambios, reloj analógico oval (en rojo y azul, inspirado en un cronógrafo clásico), mientras que en los radios y levas del volante, pedales… el aluminio anodizado va en color gris paladio.
Bajo el capó tenemos el mismo grupo motor/cambio del Maserati Gran Turismo, con un V8 4.7 “made in Maranello” que da 460 CV a 7.000 rpm y 53 mkg a 4.750 rpm. Eso sí, suena muy distinto al del Gran Turismo MC Stradale gracias a sus distintos escapes, con un sonido mucho más ronco. Junto al cambio robotizado (MC Shift) de 6 marchas va el diferencial trasero de deslizamiento limitado (LSD), aumentando tanto el peso del eje trasero que supera al delantero (47/53 de reparto), pese a que su estampa exterior, con su larguísimo morro, sugiera lo contrario. En todo caso, como “concept” que aún es ya habrá tiempo para ver que mecánicas acoge este Alfieri, si es que algún día llega a comercializarse. Lo que es bastante posible, ya que en la marca del tridente son lentos, pero seguros…
100 AÑOS MASERATI
La temprana muerte de su padre, Carlo Maserati, y el estallido de la primera guerra mundial (1914) agotaron las esperanzas de aquel primer taller de fabricación de automóviles de los hermanos Maserati en la boloñesa Via Pepoli, que sin embargo reanudó sus actividades en los años 20, ya con cierta notoriedad, hasta que en 1940 se trasladó con armas y bagajes al Viale Menotti de Módena, también en plena tormenta bélica, esta vez la segunda.
Ya en la posguerra es cuando llega su éxito internacional en la competición, con sus 4 campeonatos de F1 ganados con Fangio al volante, y sus primeros modelos legendarios, sobre todo el A6 GCS de 1954 en el que inspira este Alfieri, y en los 60 y 70 su consagración como marca italiana “premium” rival de Ferrari, con los 3500 GT, Bora, Mistral, Ghibli… sin pasar por alto la originalidad del Quattroporte.
Vinieron luego tiempos turbulentos para la marca hasta que en 1997 fue absorbida por Fiat, quien la integró con Ferrari, y desde entonces ha venido recuperando el lugar que le corresponde entre el automovilismo “de autor”. Una recuperación plasmada en los resultados de 2013 (15.400 unidades vendidas frente a 6.200 en 2012) gracias a su renovada oferta en los Quattroporte y Ghibli, junto a sus GT deportivos, aunque sigue pendiente el famoso SUV de lujo (el Kubang) durante tanto tiempo anunciado y siempre aplazado.