Estoy un poco sorprendido al haber leído en un periódico nacional unas declaraciones del presidente de Toyota España en las que afirma que las llamadas a revisión en los coches de su marca no son un revés, sino un orgullo. Me cuesta entenderlo, porque no creo que nadie llame a revisión un coche ya vendido si no es por un fallo grave y porque le obliga la ley. Yo tengo un RAV4 que me ha dado un resultado mucho peor que el primer Toyota que tuve (un Carina). Supongo que la calidad de hoy no es la de antes, pero de eso a “vendernos la moto” de que las llamadas a revisión son un orgullo… Yo no sé si Toyota tiene muchas (más que antes, desde luego) pero no creo que sea como para estar orgulloso de ello. Y lo que sí puedo decir como cliente de la marca es que, aun siendo muy fiable, ya no tiene la fiabilidad legendaria de antes… A mi primer Carina le hice 316.000 km en 13 años y sólo le cambié un embrague (aparte ruedas y frenos, como es lógico). El segundo, un Celica deportivo, lo vendí con 160.000 km sin haberme gastado un euro más que en ruedas y combustible, y mi actual RAV4, con 113.000 km, ya lleva más de 2.600 euros en reparaciones (centralita, inyección, batería, transmisión trasera derecha…) en sólo 5 años, ¿Dónde está el orgullo?
Francisco Zamora (c. electrónico)

Respuesta.–Nos limitamos a recoger su opinión, aunque si le sirve de consuelo nosotros creemos que las llamadas a revisión de las marcas mejor es que se hagan a que no se hagan (para eso están ya las leyes de consumo, para obligarlas en determinados casos). Toyota siempre ha tenido fama de ser una marca muy fiable y longeva, y desde luego bien merecida. Lo que no quita para que en los últimos años (justo coincidiendo con su mayor crecimiento a nivel mundial) haya tenido diversos problemas en distintos modelos de su producción, y los siga teniendo… Para eso están también las garantías, que deben cubrir los fallos de calidad o montaje de diversos componentes, a menudo ocultados como averías de desgaste. A veces una revisión en garantía cubre ciertas deficiencias (sobre todo en modelos muy nuevos) y evita recurrir a una llamada a revisión y a que los clientes se enteren de que se ha realizado. En otros casos, si el riesgo de avería o fallo intempestivo afecta a la seguridad, no queda más remedio que anunciarla. En todo caso es una práctica que demuestra el alto grado de conciencia de los fabricantes de su responsabilidad ante el público, y eso sí es motivo de orgullo. Otra cosa es que tener tres ó cuatro llamadas a revisión en un año para un mismo modelo ya sea más bien un motivo de vergüenza, por muy torera que la queramos ver…