Seat ha comunicado que reduce la oferta de versiones a la venta de su nuevo SUV compacto Ateca frente a la anunciada en primavera cuando inició su comercialización. De las 13 versiones inicialmente anunciadas entre motores, niveles de equipamiento y transmisiones, dice que elimina 4 ante la imposibilidad de satisfacer su demanda al ritmo actual de pedidos. Una decisión un tanto extraña y sorprendente que por un lado deja por los suelos al departamento comercial de la marca con sus previsiones y por otro, muchas dudas de que la causa no sea otra…

Las versiones suprimidas temporalmente son las que equipa el turbodiesel 2.0 TDI de 150 CV con tracción sólo delantera (no las de 4×4, cuyos pedidos son insignificantes en casi todas las marcas sin tradición todo terreno como es Seat), precisamente la motorización más demandada en España. Y es de suponer que la dirección de marketing lo sabía e hizo bien sus previsiones y realizó el pedido a fábrica con suficiente antelación. Así es como funcionan estas cosas, con mucha antelación, por lo que nos cuesta creer que se haya producido aquí un fallo de previsión tan estrepitoso por parte de la dirección comercial y de la de marketing.
También se ha intentado justificar que al ser uno de los motores más producidos del grupo VW, y que equipan todas las marcas del mismo, su producción no da abasto para suministrar al Ateca en la planta checa de Kvasiny (donde se fabrica), fábrica que pertenece a Skoda y en la que produce su SUV Kodiaq, también equipado con el mismo motor y que acaba de ponerse a la venta también…
Pero vayamos por partes. Hasta agosto se han matriculado 869 unidades del Seat Ateca (datos de ANIACAM), la mayoría con el motor del grupo VW 2.0 TDi (150 CV) y tracción delantera (llamada 4×2). La producción de estos coches ha sido un tanto irregular y muy corta: iniciada en abril pasado se matricularon 33 coches, en mayo (215), en junio (156), en julio (262) y en agosto (203). Es decir, el total mencionado (869 coches), por lo que no se habían podido suministrar los casi 900 Ateca más que reconoce la marca, a los clientes que ya habían dejado la señal en los concesionarios hasta la primera semana de septiembre. Motivo este por el cual Seat habla de saturación de pedidos y decide la solución salomónica de suspender la producción de los coches con el motor TDi de 150 CV, porque son los que más se venden (¿quién lo entiende?) y tiene “varios miles de pedidos”. Se supone que son sin señal o corresponden a otras versiones, porque Seat sólo reconoce que hay unos 900 del 150 CV TDi con la señal pagada… Un modelo que seguramente copará muy probablemente cerca del 70% de las ventas del Ateca.
Ante esta situación, creemos que la solución más lógica sería, aprovechar el aumento de producción esperado para los meses sucesivos a agosto y con ello, en poco más de 3 meses poder entregar sus coches a los clientes que habían pagado la señal, dándoles así la prioridad sobre los otros pedidos y no dejándolos defraudados y con la miel en la boca, ya que la saturación de pedidos –si es que la hay para tomar esta decisión insólita en el sector- sólo debería afectar a los que venían detrás de los que han señalizado la compra. Y con esto se hubiese evitado la situación de desconfianza que ha surgido y las suspicacias de los afectados. Porque las hay, ya que a través de Twitter, portavoces de Seat o de sus concesionarios –lo desconocemos– les han informado que este motor retirado de circulación momentáneamente “está efectuando procesos habituales de homologación”… Dicho con otras palabras, que se han detectado anomalías estando ya vendidos casi 1.000 coches que lo equipan y otros 900 clientes que lo estaban esperando.
Creemos que ha faltado un comunicado oficial de la marca para evitar posibles malos entendidos y una mayor habilidad del responsable de comunicación de la firma al responder a la prensa especializada. La solución que ha dado Seat para estos últimos es cambiarles el modelo esperado por otro bastante más caro según la tarifa oficial de precios dada por la marca, pero sin abonar la diferencia; se trata del TDi 150 CV con tracción a las 4 ruedas (unos 2.800 € más caro) y del TDi 190 CV DSG también 4×4 (unos 4.800 € más caro), este último para los pedidos referidos al 150 CV 4×2 con cambio automático DSG, solución de agradecer pero que no convence a muchos por ser coches que consumen más y más caros de mantener. Aparte de que la broma puede costarle a Seat más de 3 millones de euros y estando además en situación de pérdidas… ¿No hubiera sido más fácil hacer una llamada a revisión a los coches ya vendidos y justificar la espera a los todavía no entregados diciéndoles la verdad y obsequiarles con un pequeño detalle por su paciencia? ¡Claro, todo esto en la suposición de ser cierto el comentario relativo a la posible anomalía de la homologación!
Porque mucho nos tememos de que sea cierto; los coches que ofrece Seat van catalizados con filtros de urea SCR (Catalizador Selectivo por Reducción), instalación que resulta muy cara (unos 800 € más) y que se acompaña de un depósito de urea (renovable cada unos 15.000 km) necesario para poder cumplir con la homologación Euro 6 en la mayoría de los coches diesel, ya que evita las emisiones nocivas de Óxidos de Nitrógeno NOx. Y mucho nos tememos que el susodicho 2.0 TDi 150 CV no lleva SCR (al hemos no lo hemos encontrado al buscarlo entre sus características técnicas), lo que podría ser la causa de este problema que está ya en las mentes de algunos periodistas de la prensa del motor, entre los que obviamente nos encontramos.