Aunque me considero un auténtico aficionado al automóvil, por edad (tengo 16 años) hay muchas cosas que desconozco de la historia de las grandes marcas. Me encantó la que contaron del origen de la estatuilla de Rolls Royce, con una española como modelo, pero no sé cuál es el origen de algunos otros símbolos de marca, como el rombo de Renault, los galones de Citroën, el tridente de Maserati… El de Ferrari creo que viene de un caballo de carreras, pero no sé cuándo… Les agradecería mucho si pudieran dedicar un artículo a estos orígenes, o al menos aclarármelo . Gracias por anticipado.
Jesús Sierra (correo electrónico)
Respuesta.- En realidad, ya hemos contado en varias ocasiones la historia de la mayoría de los símbolos y emblemas de las principales marcas mundiales, aunque como es lógico, por su juventud no haya tenido ocasión de leerlas con anterioridad. A veces son simples nombres familiares enmarcados de manera más o menos sencilla (el óvalo de Ford, por ejemplo) o bien con una rúbrica (el de Opel, con una especie de línea quebrada en forma de rayo, que viene del modelo “Blitz”, relámpago en alemán). Otras, por capricho de la historia surge un escudo inicialmente no previsto (caso del rombo de Renault, que primero era un círculo con el nombre de Renault en el centro, y pasó a rombo para adaptarse mejor a la forma del carenado frontal del radiador, allá por 1925). El caso de Citroën es curioso: no se trata de dos galones ni de una simbología de origen militar, sino que el llamado “doble chevron” de la marca gala pretendía recordar los dientes de un engranaje (especialidad de la fabricación industrial de la marca antes de lanzarse a producir coches). El de Volkswagen es bien sencillo: el acrónimo superpuesto de las dos letras (V y W), y el de Lotus, el símbolo de la flor de loto (Lotus en inglés). El de Maserati viene del tridente con que se representa al dios de los océanos, Neptuno (parece ser que uno de los hermanos Maserati lo tomó de la estatua de Neptuno que preside una plaza de Bolonia, como símbolo local), y el toro de Lamborghini, de la fuerza que representa este animal así como de la pasión por la tauromaquia que sentía el fundador de la marca, Ferruccio Lamborghini. Rover tenía un barco vikingo (en el Reino Unido también se llamó “rovers” –ladrones- a los vikingos, por las tropelías y asaltos que cometían en sus costas) y Lancia una lanza, que es lo que significa en italiano el apellido de su fundador, el turinés Vincenzo Lancia.
Luego hay otros que evolucionan y dejan de tener que ver con su origen (la S de Seat, que parece un muelle, evolución de las siglas SEAT (Sociedad Española de Automóviles de Turismo, un nombre muy similar al de su primera licenciataria, Fiat (Fabbrica Italiana di Automobili Torino), cuyo emblema siempre se redujo a esas 4 letras, eso sí, con diversas variaciones de tamaño y color), Volvo (que pareció renunciar a su círculo con flecha superior, especie de variante del símbolo masculino, por la barra diagonal sobre su parrilla frontal, aunque mantiene ambas), Saab (con su emblema aeronaútico que imitaba la vista frontal de un monoplano bimotor), los 4 aros de Audi (tomados del grupo Auto Union, formado en los años 30 por 4 marcas alemanas –Horch, Wanderer, Audi y DKW-, que lo mantuvieron para cada una, aunque luego se quedó para DKW, al desaparecer las demás, siendo finalmente rescatado por VW para la nueva Audi cuando compró DKW). Sin olvidar las marcas que recurren al escudo local de su lugar de origen (el león de Peugeot, de origen borgoñés, ya presente en el escudo de Sochaux y de la baja Alsacia, el escudo milanés de los Sforza que lucen los Alfa Romeo, el blanquizaul de 4 cuarteles de la bandera bávara que lleva BMW… etc).
Hay todo tipo de orígenes y leyendas en esta materia, y para ampliar su conocimiento lo mejor es recurrir a la historia de cada marca (hay muchos libros sobre ellas). Y por cierto, el “cavallino rampante” de Ferrari, un caballo encabritado, no viene de ningún caballo de carreras, sino del símbolo que lucía en su biplano de caza Nieuport el “as” de la aviación italiana de la Primera Guerra Mundial, Francesco Baracca, caído en combate en 1918, y del que Enzo Ferrari era un gran admirador. Luego, al caballito de Baracca se añadió el escudo con fondo amarillo, que corresponde al de la ciudad de Módena, a veces con las siglas SF (Scuderia Ferrari), escudo oficial de la marca desde 1948.