1. Sus rivales: hemos asistido al Campeonato del Mundo más reñido de la historia. Ya no hay rival pequeño. El nivel de competitividad de los 24 pilotos de la parrilla es altísimo. Desde el principio se vio que varios pilotos llevarían la batuta: Button (campeón 2009), Alonso (bicampeón 2005-2006), Hamilton (campeón 2008), Vettel (el más serio aspirante desde la segunda parte de la temporada anterior), Massa (muy experimentado y con ganas de ganar su primer título), y Schumacher (siete veces campeón, aunque una incógnita por su parón de tres años), y por detrás, otros que podían ser sorpresa: Kubica (según fuera el coche), Webber (mucha experiencia y con el mejor coche en sus manos). Por lo tanto, Ferrari y Alonso debieron ser conscientes desde el principio que había que ser competitivos desde la primera carrera.
2. Las escuderías: desde el principio se vio que tanto Red Bull como McLaren, habían hecho los deberes durante la pretemporada e incluso durante el 2009, preparando dos monoplazas muy competitivos y desarrollados. Ferrari partía con un buen coche, es cierto, pero rápidamente se vio superado por sus competidores, en una carrera de evoluciones en las que la marca de Il Cavallino siempre fue por detrás. Más que innovar, tuvieron que adaptar las soluciones de sus rivales para pode competir con ellos, como el Conducto F, por ejemplo.
3. Las evoluciones: al hilo de lo dicho anteriormente, sí es cierto que Ferrari ha demostrado una gran capacidad de reacción, promovida por el rápido liderazgo que ha ejercido Fernando Alonso sobre todo el personal de la fábrica. El nuevo suelo del monoplaza, las constantes mejoras en el doble difusor, los escapes bajos “sopladores”, las mejoras en los alerones delanteros, y el Conducto F, obraron casi el milagro: ponerse a pocas décimas de Red Bull. Alonso haría el resto. Pero el F10 no se construyó desde el principio como el mejor coche. Aerodinámicamente, siempre ha ido por detrás de Red Bull. Su propulsor es ligeramente menos potente y menos rápido que los motores Renault montados en Red Bul, y los motores Mercedes montados en McLaren. Y qué decir del sistema de salida de Ferrari, siempre por detrás de sus rivales con pérdidas de posición antes de tomar la primera curva. A pesar de las mejoras introducidas en paquetes aerodinámicos, no han sido suficientes para combatir a Red Bull y en menor medida a McLaren, que no nos olvidemos, han sido primeros y segundos en el Mundial de Constructores.
4. Los errores de Alonso: durante la primera parte de la temporada, Fernando Alonso cometió pocos errores, pero demasiados para lo que en él es habitual. Así, en Mónaco chocó contra el muro en los terceros libres cuando iba lanzado a por la pole, habiendo sido el más rápido en las dos sesiones de libres anteriores; el destrozo del coche fue de tal calibre que no se pudo arreglar en dos horas y no pudo calificar. En carrera salió el último y acabó 6º en una remontada excepcional. En Albert Park (Australia) incomprensiblemente colocó mal el coche en la vuelta de formación, poniendo los neumáticos sobre pintura blanca, y con la lluvia caída patinó en la salida, perdiendo sus opciones, pues le pasaron todos y comenzó último. En China salió antes de tiempo y fue sancionado. En Silverstone, adelantó a Kubica saltándose una chicane (bien es cierto que para evitar un accidente), y aunque el polaco abandonó a las pocas vueltas, el caso es que Alonso fue injustamente sancionado con un drive through en carrera, perdiendo sus opciones. Y en SPA, los errores estratégicos en calificación, le hicieron salir en mitad del pelotón lo que provocó que le chocase Barrichello, y posteriormente el propio Alonso desafió tanto a las leyes de la Física sobre mojado, que trompeó chocando contra el muro y no acabando la carrera.
5. Los errores del resto de pilotos: no sólo Alonso cometió errores. El resto también. Quizá por eso, la suerte se ha repartido casi por igual entre todos, y la mala suerte también. Quizá por eso Alonso se vio recompensado por sus propios errores y los de su equipo, gracias a los errores de otros. Vettel abandonó dos veces por fallos mecánicos. En SPA, Vettel se comió a su compañero, chocando ambos y regalando la carrera a Hamilton. En Turquía, Vettel se equivocó cuando intentó adelantar a su compañero por donde no se podía. El propio Hamilton se fue contra el muro en SPA con tan buena suerte que por centímetros no chocó, no se atascó en la arena, recuperó la trazada en pista y acabó ganando. Hamilton arrolló a Webber en la salida de Singapur, y lo mismo hizo en Monza donde quiso pasar por donde era imposible. El inglés cometió errores de conducción como en Monza y en la siguiente carrera también abandonó. Webber, el menos fallón de todos, tuvo un coche bueno pero con falta de fiabilidad en momentos cruciales. Su fallo en Corea le hundió en el mundial a falta de dos carreras.
6. Los aciertos estratégicos de los rivales: en general, en Red Bull y en McLaren han estado más atinados en las estrategias, que Ferrari. En momentos puntuales, donde se guisaba el puchero, han sabido controlar la cocción mejor que la Scuderia. Así ha ocurrido en la carrera de SPA, saliendo en el momento justo para calificar, sin jugar a la ruleta rusa, como Ferrari. O en Abu Dhabi, donde Red Bull supo mover a sus peones mejor que nadie. Durante todo el año han sabido gestionar adecuadamente las carreras, aunque lo peor haya sido no saber mover a los dos gallos de corral de Red Bull y McLaren, estando revoltosos durante toda la temporada. Aquí Ferrari no ha tenido esos problemas, pues Massa ha visto cómo Alonso lideraba Maranello desde la primera carrera.
7. Los errores de estrategia de la escudería Ferrari: En Albert Park alguien del muro de Ferrari debió avisar al piloto español de que había colocado las ruedas sobre pintura blanca mojada, cuya consecuencia sería –como así ocurrió- patinar en la salida. Nadie se dio cuenta. En Sepang (China), Ferrari no supo gestionar adecuadamente las circunstancias de la clasificación; así, en la Q1 empezó a llover y en Ferrari decidieron esperar para salir más tarde con blandas, en vez de salir (como hicieron todos) para coger un buen tiempo. Cuando reaccionaron fue tarde, llovió más y con peores gomas que los demás, no hizo buen tiempo, y Alonso no pasó de la Q1 saliendo 19º en la carrera. En Bélgica (SPA) la volvieron a liar en la estrategia, y acabaron saliendo décimos; el resto ya lo hemos contado: Barrichello choca a Alonso y éste después a falta de pocas vueltas para el final trompea y dice adiós a la carrera. En Silverstone, en el muro de Ferrari debieron andar más listos y rápidos cuando Alonso no tuvo más remedio que comerse una chicane para no chocar con Kubica, al que ganó así la posición. Debieron ordenarle rápidamente a Alonso que dejase pasar inmediatamente al polaco para evitar la sanción. Lo que nadie esperaba es que, después de abandonar el polaco y por tanto ya Alonso no tener beneficio de posición, los comisarios le sancionasen. Pero esto es otra historia. En Alemania, Ferrari hizo el ridículo más espantoso gestionando de manera horrible las órdenes de equipo, en la carrera en la que consiguieron doblete. Pero eso no limpió lo mal que lo hicieron dando las órdenes a Massa, y lo mal que lo hizo éste (dicho sea de paso) poniendo en evidencia a Ferrari y a Alonso. A consecuencia de ello, se desató la ira de la prensa inglesa y alemana, que no han parado en todo el año de rajar contra Alonso y Ferrari. Y en la última carrera de Abu Dhabi, pues ya saben ustedes lo ocurrido: gravísimo error de estrategia de Ferrari que a la postre impidió que Alonso se llevase un título en una carrera que afrontaba sacándole 8 puntos al segundo (Webber), y lo que es peor, sacándole 15 puntos al tercero (Vettel) que fue el Campeón del Mundo finalmente.
8. La diferente vara de medir de la FIA: el organismo regulador del automovilismo, no tiene ojos para Fernando Alonso: esto está muy claro desde hace años. A la mínima, van a por él. O más que ir a por él, es que no le perdonan una, como a otros. Así ocurrió con el incidente de Silverstone. En cambio, sí tienen ojos para Hamilton y Vettel que han visto cómo han salido de rositas, en especial el inglés, en diversos lances del campeonato. Así por ejemplo, en Valencia no sancionaron a Hamilton por adelantar al coche de seguridad. Y más barrabasadas que ha hecho. Tampoco pasó nada con los rifirafes de Hamilton y Vettel en el pit lane. Sin embargo, no todas las decisiones de la FIA fueron en contra en contra de los intereses de Ferrari y Alonso: la decisión más polémica fue no sancionar con más dureza las órdenes de equipo de Ferrari en la carrera de Alemania, donde Massa fue obligado a dejarse pasar por Alonso que a la postre ganó la carrera. En realidad, no es una cuestión de hacer la vista gorda porque siempre hay órdenes de equipo, y las hemos visto en Red Bull y McLaren, pero camufladas, menos llamativas. La cuestión es que si bien se deberían permitir, lo cierto es que están taxativamente prohibidas por el artículo 39.1 del Reglamento que regula la competición de F1, y por tanto, el que la hace, que la pague. O que lo haga mejor, sin que se note, como ya han demostrado sobradamente McLaren y Red Bull en esta y otras temporadas.
9. El liderazgo de Alonso: su unión con la escudería ha sido portentosa desde el primer día con el equipo. Ha cautivado al presidente Montezemolo y se ha ganado el corazón de los tifosi mucho antes de lo que todo el mundo esperaba. Su adaptabilidad a Ferrari ha sido espectacular, y ello ha propiciado “tirar del carro” para aunar esfuerzos y conseguir que Ferrari cogiese y superase en evoluciones a sus rivales. “Tranquilos, chicos, que vamos a ganar el Mundial”, les espetó Alonso por radio a su equipo en Silverstone. Esa inyección en vena de moral, le puso las pilas a todos, desde el “presi” Montezemollo hasta el último mecánico. El que no se debió enterar fue Massa, que ha ido a su bola todo el año.
10. La magia de Alonso, un piloto prodigioso, genial: “nos ha ganado Alonso”, palabra de Christian Horner, Director de Red Bull, pronunciadas tras la descomunal carrera que se marcó Alonso en Singapur, que con un coche infinitamente más lento que Red Bull, consiguió de una tacada la pole, vuelta rápida, y victoria. La Grand Chelem, le llaman a esto. En Corea, dio otro recital de cómo se gana en un circuito nuevo para todos, y con la climatología peor de toda la temporada. En Alemania plantó cara a Red Bull siendo el más rápido en ritmo de carrera, haciéndose con ella finalmente. En Baherin, primera carrera, supo estar en el sitio justo en el momento oportuno, siendo el más listo de la clase, y ganando su primera carrera en su debut con Ferrari, y la primera carrera del año. Y en Monza, en el circuito más rápido del calendario, no dio opción a nadie y con una conducción magistral llevó el F10 hacia la victoria, provocando el clamor de la hinchada tifosi, y la mayor alegría de la casa Ferrari en muchos años. Además de sus victorias, ha hecho podios inverosímiles, como el segundo puesto en Turquía, con los Red Bull a ritmo infernal: imposible para todos, posible sólo para Alonso.
Fernando Alonso tiene un talento portentoso. Lo ha demostrado este año sacando petróleo de donde no lo había. Triste destino el suyo que no pudo extraerlo de donde más petróleo hay en la faz de la Tierra: el desierto de Abu Dhabi. Ha exprimido el F10 como nunca antes un piloto había exprimido un coche al que, carrera tras carrera, siempre le faltaba algo con respecto a sus rivales. Las tres a cinco décimas que siempre ha ido por detrás de Red Bull, se las ha inventado siempre que ha podido. La prueba evidente de la genialidad de su pilotaje la tenemos en que Massa, con el mismo coche que él, ha estado siempre por detrás en entrenamientos libres, en calificación y en carrera. Por eso Alonso le ha sacado 108 puntos en la clasificación final del mundial de pilotos. Ha sido el piloto que más puntos ha conseguido en la segunda mitad del campeonato. Su constancia no ha tenido fisuras en la segunda mitad de la competición. Al final, sólo 4 puntos le han separado de la gloria. Ha ganado las mismas carreras (5) que el campeón Vettel. El resto de pilotos han estado por detrás. Gracias a su maestría y talento ha podido llegar con opciones de ganar su tercer titulo. De haber tenido mejor coche desde el principio, habría ganado el mundial de calle, que nadie lo dude.