Un homenaje muy especial
La marca del toro bravo celebra los cien años del nacimiento de su creador con este singular Lamborghini Centenario LP-770-4, modelo de producción exclusivo y limitado que se venderá al nada módico precio de 1,75 millones de euros, impuestos aparte.
De la mano del presidente de la marca, Stephan Winkelmann, al que le quedan pocas semanas en el cargo tras su cercano relevo por Stefano Domenicali, el Centenario fue la gran novedad de Lamborghini del Salón de Ginebra. Un espectacular superdeportivo realizado como homenaje a su fundador (el próximo 28 de abril se cumple un siglo de su nacimiento), con sólo 40 unidades previstas –veinte con techo cerrado y veinte descapotables– y ya todas adjudicadas, se producirán por riguroso orden de pedido.
Acabado en negro con ribetes y perfiles amarillos, dispone de bastidor y carrocería realizados íntegramente en fibra de carbono, y el añadido de su alerón posterior móvil integrado en su zaga, es capaz de extenderse hasta 15 cm e inclinarse hasta 15º. Pese a sus dimensiones –mide 4,92 m de largo, con más de 2 m de ancho y 1,14 m de alto– no es más pesado que el Aventador SV (Superveloce), exactamente 1.520 kg (5 kg menos), lo que contando con los 770 CV de su motor V12 atmosférico (el más potente de la marca hasta hoy) nos da una relación peso/potencia de menos de 2 kg por CV (1,97), frente a 2,03 en el Aventador SV (cuya rigidez de chasis comparte; 35.000 Nm/deg).
Su aspecto es realmente sobrecogedor, con una espectacular estampa que combina a la perfección aristas y líneas curvas, respetando según Lamborghini «el compromiso por un nuevo e inspirador diseño que permite crear en libertad a diseñadores e ingenieros un escaparate tecnológico en forma de edición limitada».
Nada hay gratuito en él, desde el doble abultamiento del capó a la curiosa forma estratificada del frontal y el difusor trasero, respetando siempre el principio de que «la forma obedece a la función», aplicado rigurosamente a las entradas y salidas aerodinámicas de aire, tanto para lograr la mayor eficiencia de refrigeración como para asegurar la máxima carga aerodinámica sobre el eje delantero. Con motor central, tracción total y apertura en élitros de puertas, este “Lambo” no tiene nada que envidiar por estampa a las creaciones más llamativas de la marca, desde el Aventador SV al Sesto Elemento.
Con 770 CV y la mejor relación peso potencia de ningún otro Lamborghini hasta hoy (con permiso del Sesto Elemento, no homologado para circular por carretera), este Centenario ofrece unas prestaciones realmente apabullantes, ligeramente mejores que las del Aventador SV. Partimos siempre del mismo motor V12 atmosférico montado en posición central longitudinal, que nació con 700 CV en el primer Aventador (LP 700-4) y que subió a 750 CV en el Aventador SV (LP 750-4), para alcanzar ahora los 770 CV a 8.500 rpm extraídos de los 6.498 cc de sus 12 cilindros, ya muy cerca de su tope máximo de giro (8.600 rpm). Así las cosas, sus prestaciones se superponen a las del Aventador SV. Ambos superan los 350 km/h, aceleran de 0 a 100 km/h en 2,8 segundos (y de 0 a 200 km/h en 8,6) y se detienen en seco en 30 m rodando a 100 km/h. De 0 a 300 km/h vemos la única diferencia entre los dos; mientras que el Aventador SV tarda 24 segundos, el Centenario lo hace en medio segundo menos (23,5).
Pero las cifras esenciales son impresionantes, propias de un coche de circuito: 290 m para llegar a los 300 km/h (en sólo 22,5 segundos). Y con detalles de tecnología propia más allá de la tracción total con reparto prioritario al eje posterior, como puede ser su eje trasero direccional LDS (Lamborghini Dynamic Steering), muy adecuado para un superdeportivo de su tamaño y difícil visibilidad, y tarado específicamente para facilitar las maniobras a baja velocidad con un leve giro del eje trasero, y aumentar la estabilidad a gran velocidad en el paso por curva en cualquiera de sus tres modos de conducción (Strada, Sport o Corsa). Con esta dirección activa posterior LDS, a baja velocidad las ruedas traseras giran en sentido opuesto al ángulo de las delanteras, lo que lo que reduce virtualmente la batalla del vehículo e incrementa la agilidad permitiendo un menor giro de volante, ayudado por el cambio automatizado ISR exclusivo de Lamborghini (Independent Shifting Rod).
En cuanto a la suspensión, repite el esquema de triángulos superpuestos del Aventador con una amortiguación variable automática (tipo Magneride) ajustada especialmente a sus espectaculares prestaciones, y lo mismo sirve para su tren rodante, con llantas de aleación forjada de 20” delante y 21” detrás, calzadas con neumáticos especiales Pirelli PZero especialmente concebidos para trabajar con la dirección activa LDS. Luego, en el interior, el acabado se realiza a gusto del cliente, partiendo de un abundante empleo de la fibra de carbono, y con materiales nobles como el cuero para revestimiento de asientos y salpicadero, con costuras a contraste en el cuadro, volante, parasoles, etc, mientras que los guarnecidos de puertas combinan la fibra textil Alcántara con la de carbono.
Pese a su deportividad, Lamborghini no ha renunciado a equipar su Centenario con un buen nivel de elementos de confort y conectividad: así, dispone de navegador integrado en su sistema de infoentretenimiento, con pantalla táctil a color de 10,1”, conexión a Internet, aplicaciones para uso de correo electrónico, redes sociales y radio digital online, además de equipar el Apple CarPlay con acceso a todas las funciones de un iPhone. Y de remate, incluye un sistema de telemetría con grabación de los datos de velocidad, aceleraciones longitudinales y transversales y medición de fuerzas G, para disfrute de su conductor y admiración de su acompañante, datos todos susceptibles de ampliarse y completarse gráficamente mediante la grabación de imágenes de video a bordo a través de dos cámaras opcionales.
Sin lugar a dudas, por 1.750.000 euros sin impuestos, este superprecio forma parte del homenaje a Ferruccio Lamborghini, como eximio regalo póstumo de cumpleaños al creador de la saga.