Lamborghini Aventador LP 700-4 Roadster

10 mayo, 2013
JUAN ROBREDO

Con techo desmontable
A los dos años de su nacimiento, el Lamborghini más potente de la gama de la marca del toro se ofrece en una nueva versión sin techo (o mejor dicho, de techo desmontable), respetando su corazón motriz, el impresionante V12 6.5 de 700 CV con tracción total y cambio automatizado de siete relaciones.
La marca de Sant’Agata Bolognese ha realizado una fina labor de puesta a punto para aplicar los refuerzos justo al bastidor de fibra de carbono sin que el peso final supere los 1.575 kg del Aventador coupé (en realidad sí los supera, pero por poco; la cifra oficial está en los 1.590 kg). El techo por ejemplo, realizado en dos piezas de fibra de carbono, pesa sólo 12 kg (6 kg cada pieza) y se puede desmontar y guardar en el compartimento portaobjetos delantero. De esta manera se puede prescindir de la capota de lona, ya que en cuestión de segundos se desmontan y guardan las dos piezas del techo, pasando de coupé a descapotable. Sus medidas apenas varían (4,8 m de largo por 2,70 m de batalla, más de dos metros de ancho (2,03, y 2,26 con los retrovisores exteriores) y una altura ahora de 1,12 m. 2 cm menos que el Aventador coupé. En el fondo son casi las mismas del primer prototipo “concept” del Aventador descapotado, el Aventador “J” que Lamborghini presentó el año pasado.

Su aspecto exterior sigue siendo muy próximo al de su hermano cerrado, con un frontal muy penetrante de marcadas aristas y dobles tomas de aire en cada extremo. En el lateral se mantienen las dos grandes tomas de aire del motor tras las puertas, pero por detrás cambian la posición de los pilares traseros para ajustarse al soporte del nuevo techo desmontable, al tiempo que integran los arcos de protección antivuelco (de despliegue automático) y los conductos de ventilación del habitáculo. Ello modifica también la tapa transparente del motor V12, con una especie de espina central dorsal que se bifurca hacia los lados de las ventanillas hexagonales traseras, formando como dos “semitapas” del motor, que permiten admirarlo igualmente como antes.
En todo caso, se trata de un “roadster” tipo “Targa” muy logrado, aunque el conjunto despeja una sensación aún más intensa de aristas y perfiles cortantes que la del Aventador cerrado, seguramente deliberadamente buscada. En cuanto al motor, se trata del mismo 12 cilindros en V a 60º del LP-700-4, una auténtica obra maestra en aleación ligera con sólo 230 kg de peso, con cotas “supercuadradas” de cilindros (95 x 76,4 mm), 6.498 cc y una relación de compresión de 11,8 a 1. Lo mejor de su diseño es que contribuye a una posición aún más baja de su centro de gravedad (6 cm menos que la del Murciélago, que es mucho en coches de este tipo) en beneficio de la estabilidad. Da 700 CV a 8.250 rpm y un par máximo de 70,4 mkg a 5.500 rpm, lo que le permite para su peso una relación peso/potencia por debajo de los 2,5 kg/CV.
Con transmisión total a las 4 ruedas, diferencial autoblocante trasero y un reparto de pesos 43/57 que recarga muy levemente más que antes el eje posterior (42/58 frente a 43/57), este Aventador roadster arroja las misma prestaciones prácticas que el cerrado, 350 km/h de velocidad punta y 3 segundos de 0 a 100 km/h (una décima más), lo que significa alcanzar los 200 km/h antes de 10 segundos y cubrir el km desde parado en menos de 20…

Gracias a un nuevo sistema de “stop & start” que utiliza un motor de arranque/alternador especial (“supercap”) manteniendo la batería convencional para el resto de los servicios, Lamborghini ha logrado rebajar el consumo hasta en un 20%, logrando homologar 16 lts/100 km en el promedio general combinado (antes 17,2 en el Aventador coupé) y 370 grs/km de CO2 (antes 398). La disminución media del consumo es del 16%, pero a velocidad constante en autopista se puede bajar perfectamente de 10 lts/100 km gracias también a otro importante avance, que comparte ahora este LP-700-4 abierto con su hermano cerrado: el CDS (Cilindres Deactivation System), un sistema de desconexión de los 6 cilindros de un semi-bloque, a baja carga y por debajo de 135 km/h. La característica más original de este sistema es que desconecta un semibloque entero (alternándolos para lograr una temperatura uniforme), sin que al parecer el hecho influya en mayores vibraciones, en vez de hacerlo por cilindros alternos.
Oficialmente los frenos no han variado, a base de discos ventilados carbocerámicos de 40 cm de diámetro delante y 38 detrás, con pinzas de 6 pistones delante y 4 detrás. Las ruedas sí son algo mayores, con llantas específicas de 20 y 21” de diámetro (delante y detrás) y 9 y 12” de ancho (delante y detrás), frente a las originales de 19-20” del Aventador cerrado, calzadas con Pirelli P Zero ZR (255/35 – 335/30). En cuanto a ayudas, permanece el ESP de tres niveles de aplicación (Strada, Sport y Corsa) y el programa de cambio rápido ISR (Independent Shifting Rods) en modo manual más los dos automáticos ya conocidos, el normal (Strada-Auto) y el deportivo (Sport-Auto).
Evidentemente su precio es tan exclusivo o más que el del Aventador “berlineta”, anunciando Lamborghini unos 300.000 euros antes de impuestos (o sea, más de 380.000 rodando. No hay previsión de producción, aunque no se trate de una serie limitada, pero nadie cree que pase del millar de unidades (desde 2009 a 2011, la marca de Sant’Agata Bolognese produjo menos de 4.100 unidades del Murciélago, y de 2011 a hoy, apenas 1.300 del Aventador cerrado).

Versiones del modelo: 'Aventador'

Lamborghini
Lamborghini

Tno. 91 715 40 11
Garantía: