GERARDO ROMERO-REQUEJO M.
En 2030, los fabricantes de automóviles deberán reducir sus emisiones de CO2 en un 50% y para 2035 en un 100%
El Consejo y el Parlamento Europeo han llegado a un acuerdo con los negociadores de los 27 estados miembros de la UE por el que la venta de automóviles nuevos con motor de combustión estará prohibida en la Unión Europea a partir de 2035.
Esta decisión significa que los fabricantes de automóviles de la UE deberán reducir paulatinamente sus emisiones de CO2 hasta cero en 2035, lo que significará el fin de la tecnología del motor de combustión interna en los turismos y furgonetas nuevas. Por el camino, los automóviles nuevos deberán de disminuir para 2025 en un 15% el actual límite de 95 g/km de CO2, mientras que a partir de 2030, los turismos deberán rebajar al 55% las emisiones de CO2 en comparación con los vendidos en 2021, y las furgonetas deberán hacerlo en un 50%. Estas reducciones suponen un aumento significativo de la presión normativa con respecto al objetivo anterior del 37,5 %, que se acordó por primera vez en 2018.
Aunque a partir del 1 de enero de 2035 ningún automóvil nuevo podrá ser comercializado en los países integrantes de la Unión Europea con motor de combustión, esta última propone una moratoria de 1 año para alcanzar los objetivos propuestos en el acuerdo, a aquellos fabricantes que produzcan entre 1.000 y 10.000 unidades al año (Bentley, Ferrari o Lamborghini son un ejemplo). Además, los fabricantes especialistas que produzcan menos de 1.000 vehículos nuevos al año estarán libres de regulaciones en el futuro previsible.
En el caso de que un fabricante de automóviles superen el objetivo de emisiones fijado para un año concreto, deberán pagar una prima de 95 euros por gramo de CO2/km que supere el objetivo por cada vehículo registrado. Las regulaciones forman el primer acuerdo del paquete ‘Fit for 55‘ de la UE, una propuesta legislativa acordada en 2021 con objetivos de emisiones establecidos tanto en 2030 como en 2050. Los nuevos objetivos de emisiones de CO2 en turismos y vehículos comerciales ligeros tienen por objeto agilizar la transición hacia una movilidad de bajas emisiones o emisión cero.
El principal negociador del Parlamento Europeo, Jan Huitema, comentó que con estas medidas, se estimula la innovación y las inversiones para la industria automotriz, pretendiendo del mismo modo abaratar los costes de fabricación para que conducir automóviles de cero emisiones (eléctricos puros o de pila de combustible de hidrógeno) sea más asequible para los consumidores. La reducción de las emisiones es crucial para alcanzar la neutralidad climática para 2050.
Por su parte, el representante de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) y CEO de BMW, Oliver Zipse, pidió a la UE la introducción de políticas que apoyen de manera abierta el abandono de los motores de combustión interna, al tiempo que se fomente la energía renovable, una red de infraestructura de carga pública y privada sin interrupciones y el acceso a materias primas.
En este sentido, la UE ha comunicado que: «el mecanismo reglamentario de incentivos se mantendrá en vigor para los vehículos de emisión cero y de baja emisión («ZLEV») hasta 2030. Al amparo de este mecanismo, en caso de que un fabricante alcance determinados umbrales para las ventas de vehículos de emisión cero y de baja emisión, se le podrá recompensar con unos objetivos de emisiones de CO2 menos estrictos. Los colegisladores han alcanzado un acuerdo para elevar el umbral hasta el 25 % para los turismos y el 17 % para las furgonetas para el periodo hasta 2030″.
La UE dice que también se publicará un informe a finales de 2025 (y cada dos años a partir de entonces) que «evaluará el progreso hacia la movilidad vial sin emisiones». El informe cubrirá el impacto en los consumidores y empleados, así como las ramificaciones en la eficiencia energética y la asequibilidad de los automóviles de baja emisión y cero. Además, se propone revisar las reglas para el etiquetado de las emisiones de CO2 y el consumo de combustible de los automóviles para finales de 2024.
Por último, el acuerdo también hace referencia a que la Comisión presentará una propuesta relativa a la posible matriculación de vehículos que funcionen exclusivamente con combustibles neutros en CO2 después de 2035, lo que dejaría la puerta abierta a los vehículos nuevos que solo pudiesen utilizar combustibles sintéticos, también llamados «e-fuels». Esta propuesta se alinearía con el objetivo de neutralidad climática de la UE.