¿Cómo reducir el consumo y las emisiones del coche?
Por su practicidad, están surgiendo en todas las marcas una generación de baterías que ayudan a hacer más eficientes los motores de combustión, casi todas funcionando bajo 48V de tensión (hay algunas a 12 voltios), a través de un sistema de hibridación suave («mild hybrid«) que, sin grandes cambios, ayuda a reducir emisiones y consumos, sin llegar a la costosa transformación que exige un híbrido convencional, enchufable o no.
Por definición, un sistema “mild hybrid” no ofrece una motorización híbrida de tracción, sino una ayuda al motor principal de combustión que lo hace más eficiente, mediante la aplicación de dos componentes principales: una batería adicional de ion-litio a 48 voltios de tensión en corriente continua, y un alternador/generador (BAS, que actúa como motor eléctrico de recarga y como motor de arranque del motor de combustión). El sistema también puede funcionar con equipos de menor tensión (a 12V, como es el caso de algunos modelos del grupo Volkswagen con motor de 4 cilindros en gasolina), pero en la actualidad la hibridación “mild” dominante en casi todos los constructores de automóviles es la de 48 voltios para combatir el exceso de emisiones contaminantes del motor y por tanto reducir el consumo (o viceversa).

La revolución “mild hybrid”: Para coches diésel y de gasolina
Esta tecnología puede aplicarse tanto sobre motores de gasolina como diésel, y supone un ahorro residual pero nada despreciable en el consumo de carburante (Audi lo cifra en hasta 0,7 lts cada 100 km en el caso de su motor 3.0 V6 de gasolina), habiendo constructores que lo cifran en bastante más (Kia y Hyundai piensan que se puede llegar al medio litro cada 100 km en los motores de gasolina de dos litros de cubicaje, y sobre los 0,3 lts en los diésel) y en Renault por ejemplo creen que se puede ir aún más lejos, con ahorros similares sobre motores de 1,6 litros de cubicaje…
De hecho hay cálculos hechos por la especialista alemana en componentes para el automóvil Schaeffler que sostienen que esta hibridación “suave” puede llegar a suponer un 15% de ahorro de consumos y emisiones según la nueva norma más severa de medición WLTP. Además de cara al usuario cuentan con un mantenimiento mucho más simple y menos oneroso que el de los híbridos convencionales, y algunos (Audi), facilitan la «navegación a vela» (sin que opere el motor de combustión), tienen la ventaja de estar clasificados como vehículos ECO por la Dirección General de Tráfico.
La revolución “mild hybrid”: ¿Cómo funciona?
Es muy simple; al levantar el pie del acelerador circulando en un rango de velocidades entre 55 y 160 km/h (en el caso de Audi), el motor se para y el vehículo circula por inercia durante un plazo máximo de 40 segundos (puede ser menor), y cuando llega el momento de volver a arrancar (tanto en marcha, rodando por inercia, como a coche parado) el alternador/motor de arranque vuelve a poner en marcha el motor de combustión (diésel o gasolina) de forma imperceptible. Y al frenar o retener, el alternador/generador recupera la energía en forma de corriente eléctrica que se acumula en la batería de 48 voltios, o bien en caso necesario la aplica directamente alimentando otros componentes eléctricos del vehículo.

Este sistema presenta la ventaja de no exigir grandes espacios para ubicar las baterías, lo que suele hacerse en la zona del maletero (la batería de 48V no abulta mucho más que la normal de 12V), además de utilizar pocos elementos extra y relativamente baratos (un alternador/motor de arranque de un kW ó 1,5 kW, conectado a veces por una simple correa al motor de combustión, y luego un convertidor de corriente DC para alimentar también la batería ordinaria a 12V). Eso sí, refiriéndonos siempre a los “mild hybrid” más básicos (los que la alemana Schaeffler denomina “de nivel cero”, de los 6 que reconoce en su escala “mild hybrid”).
Más adelante ya hablaremos de esos cinco niveles más, y de en qué consisten. Por ahora baste decir que su excelente relación coste/beneficio permitirá sobre plataformas convencionales de automoción realizar su adaptación con hasta 20 kW extra de potencia eléctrica sin tener que efectuar cambios estructurales, mediante una sencilla aplicación modular. Y sin encarecer el precio final del coche con un conjunto de costosas baterías de tracción, ni tener que llevar a cabo el oneroso aislamiento que exige la tracción eléctrica bajo corriente continua de alta tensión.
La tecnología híbrida a 48 voltios es una oportuna opción de mejora energética a bajo coste, y no sólo por sus propios componentes, sino también en los accesorios, pudiéndose prescindir de todos los elementos aislantes eléctricos que requieren los híbridos de alta tensión.
