La pasión de Ferry Porsche por conducir desde niño

11 octubre, 2020
GERARDO ROMERO-REQEUEJO M.
A los 16 años consiguió el carnet de conducir

Ferdinand Anton Ernst Porsche, más conocido como Ferry Porsche, tuvo muy claro desde pequeño su pasión por el automóvil.

El creador del deportivo alemán por excelencia y estandarte de la marca, el Porsche 911, obtuvo en 1925 un permiso especial en Stuttgart para conducir con solo 16 años, dos años antes de lo establecido por la ley alemana. Gracias a este documento, Ferry pudo cumplir su anhelado sueño.

Y es que, el único hijo varón del conocido constructor de coches Ferdinand Porsche mamó desde su más tierna infancia la profesión de su padre y supo aprovechar esta situación a su favor. Ferry Porsche nació en 1909 en la Wiener Neustadt (Austria), y ya de niño paseaba todos los días por la fábrica de Austro-Daimler, de la que su padre era entonces Director Técnico. Como su padre le llevaba a todas partes con él, sin darse cuenta se estaba convirtiendo en un aprendiz que hablaba con los ingenieros y entendía paulativamente sus debates en la oficina de la compañía. Llegó a interpretar los diseños técnicos al aprender a hacerlo de manera natural en sus visitas a la fábrica.

Pero más allá del proceso industrial, a Ferry Porsche le encantaba conducir y aprovechaba cualquier oportunidad a su alcance para moverse en un coche. Con casi 11 años le regalaron por Navidad su primer vehículo. Lo llamaron “el Coche Cabrío”, porque sus padres siempre le dijeron que nunca tendría un coche con su edad, y que solo conseguiría una cabra con un remolque para montarse. Sin embargo, esta pequeño y único automóvil que el ya Director General en Austro Daimler, Ferdinand Porsche, ordena construir para Ferry en 1920, monta un pequeño motor de cuatro tiempos con una potencia 3,5 CV y asociado a un cambio manual de 2 velocidades.

El entonces chaval no solo aprendió a conducirlo rápidamente, sino que además lo mejoró. Buscó la forma de compensar la ausencia de diferencial, optimizó el coeficiente de fricción del embrague e incorporó bujías de competición, sin duda palabras mayores para un niño de su edad. Como su hermana 5 años mayor Louise, Ferry participó algunos años en competiciones infantiles automovilísticas, ya que en Austria no se requería carnet de conducir para ello. Sin embargo, al trasladarse a Stuttgart en 1923, las autoridades alemanas no permitían a los niños de 13 años conducir un coche. Tuvo que esperar hasta los 16 años para ponerse al volante de un coche de forma legal, mediante la expedición de un permiso de conducir especial.