GERARDO ROMERO-REQUEJO M.
Los sistemas avanzados de asistencia a la conducción
El pasado miércoles 6 de julio entró en vigor la nueva normativa europea que obliga a incluir en todos los vehículos de nueva fabricación (homologados en la UE), hasta 8 dispositivos de ayuda a la conducción ADAS (Advanced Driver Assistance Systems), entre los que se incluye la «caja negra«.
La llamada caja negra o EDR (Event Data Recorder), es un dispositivo electrónico alojado bajo el asiento del conductor, que graba constantemente la información del vehículo y en caso de accidente, registra los 30 últimos segundos previos al siniestro y los 5 segundos posteriores, sin incluir imágenes ni sonido. Sí que registrará más de 15 variables, entre las que se incluye la velocidad del vehículo, las revoluciones del motor, la frenada, los movimientos de dirección, el nivel del potenciómetro del acelerador, fuerza del impacto frontal y lateral, y el funcionamiento de los sistemas de seguridad pasivos como los cinturones de seguridad, airbags o algunos asistentes a la conducción.
Este elemento de postcolisión recoge el término de caja negra emulando al argot empleado en aviación, registrando un elevado número de parámetros antes, durante y después de un accidente. La información recogida solo se empleará para conocimiento científico, por lo que los datos siempre serán anónimos, sin poder identificar la matrícula del vehículo. El objetivo es reducir el número de heridos y muertos en la Unión Europea, contabilizando el año pasado 19.825 fallecidos a consecuencia de un accidente de circulación.
En ningún momento podrá ser desactivado por parte del conductor y tampoco podrá ser considerado como prueba para poder sancionar con posterioridad, si infringimos la limitación de velocidad, por ejemplo. Y si hablamos de las posibles bonificaciones de las aseguradoras por llevar este dispositivo, estas deberán ser acordadas de manera privada entre las partes interesadas y nunca se podrán ceder los datos a terceros.