Plena madurez

Jaguar pone a la venta la segunda generación del XF que se distingue por un importante aligeramiento de peso y unos motores potentes y económicos que favorecen una excelente respuesta dinámica. Más que nunca es una berlina premium que destila refinamiento y elegancia.

Siendo el Jaguar más galardonado en la historia de la marca, la concepción de la segunda generación estaba casi obligada a dar algo más que la situara en un plano superior. Y lo cierto es que los ingenieros británicos lo han logrado. El nuevo Jaguar XF es diferente, es más pequeño por fuera pero más grande por dentro, es más ligero y dinámico.

El principio de todo está en su estructura ya que se ha partido de una plataforma modular en la que en un 75% se ha utilizado aluminio y otros materiales ligeros. En conjunto, un 83% de sus piezas son nuevas y todo ello ha permitido garantizar no solo un 28% más de rigidez respecto a la generación anterior, sino también una disminución de peso que llega hasta los 190 kilos.

Las dimensiones del nuevo Jaguar XF se mantienen prácticamente invariables. La longitud de la carrocería ha perdido 7 mm alcanzando los 4,95 metros y la altura otros 3 mm para situarse en 1,47 metros. De todos modos, la distancia entre ejes ha aumentado 51 mm hasta llegar a los 2,96 metros, algo que en cierto modo se refleja en el espacio longitudinal para las piernas de los pasajeros de las plazas traseras que ha ganado algunos milímetros, a la vez que la altura libre al techo ha aumentado 27 mm para permitir un mayor acomodo a anatomías altas; de cualquier manera, atrás la ubicación de un tercer pasajero se ve comprometida por la presencia de un enorme túnel central.

La carrocería, con unos voladizos bastante cortos, se ha estilizado y eso también ha permitido rebajar el coeficiente aerodinámico que con todos estos retoques ha pasado de 0,29 a un excelente 0,26. Por lo que se refiere al maletero, con 540 litros ha visto incrementada su capacidad en 40 litros respecto a la generación precedente presentando además una boca de carga más grande que facilita el trasiego de grandes bultos y un sistema de apertura y cierre automático.

En cuanto al interior, su presentación es irreprochable tanto por lo que hace referencia a materiales y acabados como al moderno diseño del salpicadero que incluye una gran pantalla táctil de 10”2 o el nuevo cuadro TFT de 12,3” configurable además del selector rotatorio del cambio o detalles como las salidas de climatización abatibles.

La gama de motores disponibles está integrada por tres variantes de gasolina (inyección directa + compresor) y otras tres turbodiésel. En gasolina la gama empieza con un cuatro cilindros de 2.0 litros que rinde 240 CV a 5.500 revoluciones con un par máximo de 34,7 mkg a partir de 1.750 vueltas. Es de propulsión trasera y va asociado a una caja de cambios automática de 8 velocidades. La gama se completa con dos versiones V6 de 3.0 litros que rinden 340 CV a 6.500 r.p.m. y 380 CV al mismo régimen. Pueden ser de propulsión trasera o disponer de tracción a las cuatro ruedas y asimismo van asociados al cambio automático de ocho marchas.

Por lo que respecta a la gama diésel, Jaguar monta por primera vez en el XF el motor cuatro cilindros de 2.0 litros Ingenium que estrenó en el XE realizado totalmente en aluminio y que se distingue por su reducido consumo. Se ofrece en dos versiones, la más básica con 163 CV a 4.000 vueltas y con un par máximo de 30,8 mkg a partir de 1.750 revoluciones tiene un consumo medio de tan solo 4,0 litros, lo que es un magnífico registro en una berlina de estas dimensiones. La otra versión rinde 180 CV a 4.000 vueltas y con un par máximo de 43,9 mkg a partir de 1.750 vueltas con un consumo mixto de 4,3 litros. Ambas versiones, van asociadas a un cambio manual de seis marchas o automático de ocho marchas y por sus bajas emisiones quedan exentas del impuesto de matriculación. En el vértice de la gama está un V6 de 3 litros de 300 CV a 4.000 vueltas con cambio automático y un consumo mixto más que sorprendente ya que pese a sus elevadas prestaciones se queda en 5,5 litros con unas emisiones de 144 gramos de CO2.

En materia de suspensiones, se mantiene en el eje delantero el esquema de paralelogramo deformable ya conocido en el F-Type mientras que en el trasero opta por el sistema denominado Integral Link, es decir un multibrazo modificado en sus anclajes para aislar los movimientos de la rueda; por otro lado, ofrece también la posibilidad de regular la firmeza de la suspensión en dos versiones, normal o sport, a base de variar la dureza de muelles y amortiguadores. Por si no fuera suficiente y para los más exigentes, la marca británica ofrece la posibilidad de montar una suspensión adaptativa variable. Con todo ello y sea cual sea la versión que se conduzca el conductor percibe un mayor aplomo sobre el asfalto y sobre todo un mayor grado de confort de marcha, sin olvidar que ahora la dirección va asistida eléctricamente y ofrece un excelente tacto.

Todas estas sensaciones se han podido experimentar al volante de la versión diésel de 180 CV que se distingue tanto por su buena respuesta desde muy bajo régimen como por la ausencia de vibraciones y su imperceptible humorosidad. Mantener un buen ritmo de crucero no es nada complicado y lo cierto es que pese a sus dimensiones, el XF se maneja con mucha soltura y ligereza.

Evidentemente, Jaguar ofrece todo un abanico de tecnología con los más avanzados sistemas de ayuda a la conducción y a la seguridad, destacando en particular el All Surface Progress Control, un control de crucero a baja velocidad que actúa entre 4 y 30 km/h que facilita arrancar y circular por superficies de muy poca adherencia sin problemas. En cuanto a precios, Jaguar ha ajustado las tarifas y la gama diésel va desde 43.004 hasta 69.910 euros mientras que la gama gasolina va desde 54.448 hasta 81.313 euros. Por otro lado, la marca ofrece tres años de garantía, asistencia y mantenimiento.