Si el Isuzu Rodeo demostró su capacidad como herramienta de trabajo e hizo un guiño al todo terreno de ocio, el D-Max pretende consolidar la imagen de pick-up con posibilidades de uso lúdico, mirando al público de las grandes ciudades. Este giro en imagen y confort, trae un pick-up menos rudo en el uso diario, pero con las mismas cualidades camperas y de trabajo que el modelo anterior. Los ángulos de ataque y salida son 34,6 y 23,3 grados respectivamente, y la altura al suelo 22,5 cm. Aunque el Rodeo ya era conocido como D-Max en varios mercados europeos ha sido ahora con esta nueva generación pick-up, cuando se ha unificado el nombre.

Así, basado en este primero, los cambios estéticos esconden en su interior modificaciones técnicas y mecánicas que dulcifican su comportamiento, ofreciendo nuevas posibilidades de uso.
Exteriormente recibe ligeros pero acertados cambios estéticos que dan una imagen mucho más estilizada y atractiva. En el frontal son nuevos los faros de tipo proyector, la parrilla más moderna y elegante, los paragolpes con antinieblas redondos, añadiéndose una toma de aire en el capó que mejora la refrigeración del intercooler.
El lateral mejora gracias a los nuevos retrovisores pintados en el color de la carrocería que integran los intermitentes, y a los pasos de rueda ensanchados que alojan llantas de aleación de nuevo diseño de 6 brazos. Atrás los pilotos rediseñados y el paragolpes integrado actualizan su imagen.

En el interior el ambiente es ahora más confortable y refinado —más próximo al de un turismo— gracias a los nuevos plásticos de mejor tacto y asientos más confortables, con nuevas tapicerías más resistentes que hasta pueden equipar cuero. El salpicadero, aunque basado en el del Rodeo, cambia lo suficiente, con tomas de aire redondeadas, un volante más ergonómico y un nuevo diseño del cuadro y la consola central (iluminado en azul y con acabados metálicos en las versiones LS), permitiendo ahora incluir la pantalla del navegador.
Siguiendo la actual tendencia de sus competidores, el D-Max incorpora motores 4 cilindros más potentes con los mismos cubicajes originales de 2.5 y 3 litros del modelo anterior, cumpliendo en ambos casos la Euro 4, pero incrementando su potencia gracias a la inyección directa «common rail» de segunda generación (1.800 bares), a una nueva culata multiválvula y al turbocompresor de geometría variable. Concretamente aumentan más de 30 CV a igualdad de cilindrada, entregando el 2.5 D 136 CV y el 3.0 D 163 CV, ambos a 3.600 rpm ( 200 rpm por debajo de sus predecesores). De igual forma el par máximo se eleva hasta los 30 y 36,7 mkg respectivamente, aunque el 3.0 D con cambio automático (opcional) se queda en 34 mkg a 1.600 rpm.

Para la caja transfer se sigue recurriendo a la conexión electrónica mediante botones en el salpicadero que permiten pasar de 2H a 4H por debajo de 100 km/h, mientras que la reductora 4L necesita parar el vehículo para ser engranada.
En esta primera toma de contacto tuvimos ocasión de conducir ambas motorizaciones en configuración doble cabina (la más demandada), aunque el 3 litros montaba la caja automática opcional. Si el 2.5 D se mostró suficiente para propulsar las casi 2 toneladas del vehículo, alabando las firmes suspensiones que evitaban el balanceo de la carrocería en curva, y el excelente par motor por debajo de 2.000 rpm, el más potente 3.0 D con la caja automática de 4 relaciones nos pareció más aconsejable para una conducción más tranquila y relajada. Esto se debe principalmente a una amortiguación más blanda que provoca mayores oscilaciones en curvas, y a los largos desarrollos de la caja que lo penalizan en autopista, a pesar de la mayor entrega de potencia y par motor. Fuera de carretera por pistas y caminos más abruptos se desenvuelve con soltura y comodidad, destacando su alta motricidad en cualquier circunstancia, mientras que la mejor insonorización se hace evidente por debajo de 2.500 rpm.
El Isuzu D-Max está a la venta en los tres tipos de cabina, sencilla, extendida o doble, con tracción trasera o total desde 20.600 euros el 2.5 L 4×2 con cabina sencilla, hasta los 31.812 euros que alcanza el doble cabina 3.0 LS 4×4 con caja automática.
Ahora hay un mayor número de opciones, desde persianas para cubrir la zona de carga, tapas o cajas, hasta algunas más propias de turismos como el navegador, el asistente de aparcamiento o el bluetooth.