Hyundai Tucson: SUV Compacto del Año 2021

5 marzo, 2021
M. M.
Ascenso a las alturas

En esta ocasión, el premio al mejor SUV compacto del año 2021 de nuestra revista ha recaído en el Hyundai Tucson, cuya cuarta generación llega al mercado en este año tras su presentación y comercialización a finales del pasado 2020, y que encaja plenamente en nuestra categoría de vehículo todocamino compacto (no superar los 4,5 m de largo), en este caso disponible tanto con tracción total como delantera, y capacitado para rodar con suavidad, precisión y soltura tanto por el campo como por la carretera y la ciudad, con la adecuada seguridad y confort para sus usuarios.

Pese a las adversas circunstancias de movilidad impuesta por la pandemia del coronavirus, es evidente que el público sigue fijando su atención en estos modelos por su versatilidad funcional y carácter práctico, y sin duda este nuevo Hyundai Tucson ha hecho méritos suficientes para alzarse con el premio, frente a una reñida competencia de modelos tan logrados como el Renault Captur y el Ford Puma (que han quedado finalistas), el Tucson se ha llevado el gato al agua por la homogeneidad de sus virtudes de diseño y funcionalidad, su confort de marcha y calidad percibida, así como por su nivel de seguridad activa y pasiva. Pero hay un factor que sobresale en esta victoria, parejo al de su nivel tecnológico y eficiencia motriz, y es el de la amplia variedad de oferta, más allá de lo habitual.

Porque tenemos Tucson de tracción 4×2 y 4×4, con motores diésel y gasolina, con hibridaciones convencionales enchufables -PHEV- y no enchufables -HEV-, con hibridaciones ligeras a 48 voltios, con cambio manual y automático (y hasta manual con capacidad de rodar por inercia a motor desacoplado), y que además, a sus cuatro niveles de acabado (Klass, Maxx, Tecno y Style) añade también un quinto deportivo N-Line para sus versiones hibridadas. Una oferta completísima que ha pesado de forma decisiva en esta elección y que confirma la madurez alcanzada por Hyundai en el campo de los SUV todo camino y todo terreno.

Éxito creciente

Lanzado hace 16 años (y del que se han vendido 7 millones de unidades), el nuevo Hyundai Tucson se ha alzado con nuestro premio del SUV Compacto del Año 2021 gracias a unos argumentos de peso, no sólo basados en su diseño original, con esa parrilla de huecos romboidales que ocultan los faros o en la última tecnología de conectividad que facilita su uso. Además de todo eso, este Tucson IV llega al mercado con un notable salto en calidad percibida, 5 años de garantía y una variadísima oferta motriz.

Pero además, esta cuarta generación del Hyundai Tucson supone un muy notable salto cualitativo en la evolución del modelo, respecto a la generación anterior, y ello dentro de una competitiva tarifa de precios, desde 26.900 euros para la versión de acceso (Klass 4×2 1.6 T-GDI 150 CV) a los 46.600 del más caro (el Style híbrido HEV 1.6 T-GDI 4×4 automático, de 230 CV), aunque seguramente la llegada de esta versión en nivel N-Line como híbrido enchufable (PHEV) le desbancará como alto de gama.

Hyundai Tucson N line

Más confortable que antes, con más equipamiento de confort y mayor sensación de calidad, junto a un nutrido equipo de ayudas a la conducción que lo sitúan por encima de la competencia, su imagen destaca por un diseño con numerosas aristas y ángulos, con algunas partes con un aspecto de “tallado de joya” según Hyundai, que califica este diseño de “Parametric Dynamics”. Y entre esas partes talladas como joyas, destaca la parrilla frontal, con numerosos alveolos romboidales entre los que se integran los faros y luces diurnas, bajo el concepto que la marca denomina luces paramétricas ocultas, con los faros principales un poco por debajo, hacia los laterales, junto a una finas tomas de aire hacia los guardabarros.

Esas luces ocultas hacen inconfundible el frontal del nuevo Tucson, junto a sus pasos de rueda cuadrados (por vez primera en la marca) y una zaga con los grupos ópticos unidos por una banda roja. Toda una nueva filosofía de diseño que Hyundai resume como “deportividad sensual”. Su carrocería se puede elegir entre 9 colores, de los que tres son nuevos (gris plata Shimmering, gris Amazon y verde azulado), pudiendo además combinarse con el techo oscuro a contraste (en Phantom Black y Dark Knight).

Originalidad detallista

En todo caso su diseño no afecta a la efectividad de sus faros de diodos, que pueden contar iluminación matricial con efecto de sombreado antideslumbrante, pero sin duda la novedad estética está en esa luz diurna formada por varios elementos trapezoidales que, cuando no lucen quedan ocultos en la parrilla al confundirse con ella. Sus medidas son prácticamente las mismas de su antecesor; sólo 2 cm más de largo (justo los 4,50 m) por otros 2 cm de ancho (1,87) y 1,65 de alto, lo mismo que antes.
Al fin y al cabo la batalla es también casi la misma (sólo 1 cm más, de 2,67 a 2,68 m).

Por eso en el interior nos encontramos la habitabilidad conocida, con una notable anchura (de las mayores, sino la mayor de su clase) en la segunda fila, capaz de acoger bastante bien a tres adultos, aunque el diseño del asiento hace que la plaza central sea más incómoda, por menor acolchado de banqueta y el reposabrazos plegable hundido en el respaldo (se abaten en proporción 40:20:40). El acceso por las 4 puertas es bueno, abriendo casi a 90º, lo que facilita no sólo la entrada y salida sino también la fijación de sillas infantiles.

Los asientos de la segunda fila no disponen de ajuste longitudinal, pero sí de inclinación de respaldos (desde 30º a la vertical), lo que permite jugar un poco con la capacidad del maletero a la hora de cargar grandes bultos sin renunciar a las 5 plazas. El túnel central de la transmisión es mínimo, por lo que apenas estorba y facilita el alojamiento de tres adultos detrás, incluso de gran estatura.

El maletero es amplio y cúbico, con un gran volumen (de 546 a 620 litros), variando según configuración motriz y versión. Los 620 litros máximos se corresponden con los respaldos de la segunda fila en posición vertical en el Tucson 4×2 sin hibridación (ni ligera ni “pesada”), y algo menos (598 litros) en los diesel, por el depósito de líquido de urea (“ad blue”).

Con la hibridación ligera de 48 voltios ya baja a 577 litros en los Tucson de gasolina y 546 en los diesel (aquí por el añadido de la batería extra s 48V). Y si nos vamos a los híbridos convencionales, en el HEV tenemos unos muy notables 616 litros… Que deberían ser los mismos en el PHEV, que saldrá al mercado en estos días. Y si plegamos los asientos traseros, la capacidad total llega hasta los 1.800 litros, que es un volumen muy considerable. Son valores en general muy buenos.

Tenemos además (según opción y niveles) portón con apertura y cierre motorizados, incluida la opción de apertura manos libres (desconectable además) que funciona por proximidad, si el portador del mando se acerca al portón y se mantiene cerca al menos tres segundos. Y de remate, la velocidad de apertura del portón puede graduarse así como su altura máxima (a dos niveles). La bandeja del piso oculta un doble fondo, y queda a ras del umbral de carga.

En el interior del maletero hay anillas de sujeción y mandos para abatir los respaldos sin tener que hacerlo desde los asientos. La bandeja cubreequipajes es enrollable y desplazable por unas guías laterales, y no falta el spot de luz.

Asistentes de todo tipo

El interior es totalmente nuevo, con un cuadro de instrumentación digital por pantalla de 10,25”, de diseño flotante, con otra pantalla central multimedia del mismo tamaño (10,25”), con el sistema Bluelink compatible con entornos Android Auto y Apple CarPlay, y con conexión a internet que le permite al navegador realizar la evaluación de rutas hasta destino en función del tráfico. Además, puede activarse mediante una “app” para teléfono móvil (Bluelink app), que además cuenta con la función “Last Mile Navigation”, por la que si se aparca el coche en las proximidades del destino escogido (en un radio de 200 m a 2 km del mismo), la aplicación muestra las indicaciones necesarias para llegar a pie al mismo.

Igualmente el equipamiento de seguridad cuenta con nuevos asistentes, como el airbag central delantero (entre los dos asientos) para evitar que en un choque lateral sus ocupantes se golpeen consigo mismos, el mando de movimiento a distancia en maniobra (para aparcarlo desde fuera en huecos muy justos), el control de crucero que programa la velocidad en función de las señales de tráfico y los datos del navegador.

Algunos de estos asistentes, englobados dentro del “Hyundai smartsense” son muy originales (como el de aviso de reiniciar la marcha en el semáforo cuando ya se ha puesto verde y ha arrancado el vehículo precedente) y otros se han mejorado respecto al anterior Tucson, como la frenada autónoma de emergencia (ahora capaz de actuar también al girar en cruces, si detecta la rápida aproximación de otro coche) o la alerta de tráfico trasero cruzado al hacer marcha atrás, ahora activa (frena si el conductor no se percata y no reacciona a tiempo).

Pero quizá la innovación más vistosa sea el “Blind View Monitor” (BVM, ya conocida en los Kia Sorento), el monitor de ángulo muerto que muestra un círculo en el cuadro (a la derecha o a la izquierda, según se vaya a girar) con la imagen captada por la cámara correspondiente de cada retrovisor exterior, para comprobar si hay algún vehículo en el ángulo muerto, en una vista el doble de amplia que la que mostraría el retrovisor. Este BVM es todo un acierto, funcionando rápido y bien, siendo de gran utilidad en los cambios de carril. Eso sí, hay que poner siempre el intermitente para que se active.

La visibilidad desde el puesto del conductor es buena, con parasoles extensibles para cubrir del todo en posición lateral, y el confort ante el volante también. El cuadro se lee perfectamente, sin reflejos y puede configurarse en cuatro modos, pero no elegir las informaciones. Y la pantalla multimedia táctil es rápida, con menús intuitivos y lógicos. Cuenta con abundantes huecos portaobjetos, posavasos entre asientos, cajón en la consola bajo la pantalla multimedia, etc, 4 tomas USB, (dos delante y dos detrás), dos tomas de 12 V (delante y en el maletero) y de postre el soporte de recarga inalámbrica del teléfono móvil, con un detalle extra de refinamiento: el aviso de olvido de teléfono en carga.

La funcionalidad interior del nuevo Tucson ha sido muy estudiada; por ejemplo, el cinturón de la plaza central trasera se pliega en el techo, y la miniconsola para los pasajeros de esta fila tienen salidas de aireación orientables, hay cortinillas enrollables en las ventanas, y hasta la posibilidad de que el ocupante de la plaza posterior derecha aumente su espacio para piernas avanzando el asiento del acompañante delantero desde atrás mediante unos botones laterales en el mismo. Y en la climatización, podemos tener ajuste independiente de la temperatura de tres zonas.

Además, el nuevo Tucson presenta una elevada impresión de calidad percibida interior. Las zonas más accesibles (salpicadero, paneles de puertas, etc) llevan revestimientos de tacto suave, con un diseño limpio, elegante y funcional. Por supuesto no todo es perfecto; no acaba de convencer la excesiva dependencia de la pantalla táctil para la activación de funciones del coche, sobre todo en la climatización. Pero en todo caso, son críticas menores ante un vehículo que está más cerca de un nivel “premium” que del de una marca generalista.

Una gran amplitud de gama

Finalmente llegamos a otro punto fuerte de este Hyundai Tucson: su amplitud de gama. Tenemos 4 niveles de equipamiento más el deportivo N-Line, versiones de tracción delantera y total, transmisiones manuales y automáticas, motores gasolina, diesel e híbridos… Claro que no todo disponible en todas las versiones…

Así, el nivel de acceso se reserva al Tucson con motor 1.6 T-GDi de gasolina (150 CV) con tracción delantera en nivel Klass (la oferta de acceso en diésel es igual pero con el motor 1.6 CRDi de 115 CV). Le siguen los mismos motores en nivel Maxx, contando además el 1.6 T-GDi de gasolina con la opción de la hibridación ligera a 48 voltios, y con dos variantes de hibridación diésel a 48V con cambio DCT, una en 4×2 y otra en 4×4, mientras que hay un Maxx híbrido convencional HEV sobre el motor 1.6 T-GDi de gasolina, con cambio automático de 6 marchas y 230 CV.

En el siguiente nivel Tecno, y con el mismo motor de gasolina lo tenemos con hibridación ligera y con cambio manual o automático DCT de 7 relaciones, mientras que el diesel monta el motor de 136 CV, siempre 1.6 CRDi e hibridado a 48V, con cambio DCT y dos opciones, 4×2 y 4×4, manteniéndose el 1.6 T-GDi híbrido HEV de 230 CV como máxima oferta en gasolina en este nivel Tecno.

Y en el máximo nivel Style, tenemos en todos la tracción total 4×4 y el cambio automático (DCT en la hibridación ligera a 48V de los 1.6 T-GDI y 1.6 CRDi, y automático de 6 marchas por convertidor de par en el híbrido HEV de 230 CV), con la novedad de que el 1.6 T-GDi sube su potencia a 180 CV.
La oferta se completa en breve con un 1.6 T.GDi 150 CV con tracción 4×4 (probablemente en nivel Maxx) y con el mismo motor a 180 CV con hibridación a 48V y tracción sólo delantera, y sobre todo con la estrella de la gama, el Tucson 1.6 T-GDI híbrido enchufable (PHEV), con 265 CV, en el nivel deportivo N-Line.

En suma, este Hyundai Tucson, nuestro premio al mejor SUV Compacto del Año 2021 cuenta con atributos que lo hacen sobradamente merecedor del título, a un precio realmente atractivo (de 27.000 a 47.000 euros) que aún puede rebajarse con los descuentos y promociones de la marca (que incluso pueden llegar a 5.000 euros en las versiones más caras), y con una calidad y equipamiento inéditos hasta ahora en su categoría, subrayada por sus 5 años de garantía.

Galeria de fotos