GLP: ¿TRAE CUENTA PASARSE AL GAS?

12 septiembre, 2012

Tengo un Citroën Xantia 1.8 de gasolina al que ya le toca la jubilación como a mí (más de un cuarto de millón de km), y estoy pensando pasarme al gas en mi próximo coche, que bien podría ser un Fiat Bravo. Vengo a recorrer 25.000 km al año, mitad por ciudad y mitad por carretera, y me han dicho que con los precios actuales de los carburantes trae más cuenta el gas que el diesel. Me echa un poco para atrás la ausencia de puntos de repostaje, aunque sé que en Madrid no es problema. De elegir un modelo que no tenga adaptación de origen, como el Fiat ¿cuál me recomiendan? No quiero mucha potencia, con 90/100 CV me basta y sobra. Lo que sí quiero es que sea tan amplio por dentro al menos como mi Xantia o como el Bravo. Gracias por adelantado.
Paco Valverde (correo electrónico)

Respuesta.–Pone Vd. justo el dedo en la llaga. El gas como carburante es hoy por hoy el más barato de los combustibles, y si no, basta con ver las conversiones a gas que están realizando algunos talleres de modelos de grandes cilindradas, en especial de SUV y monovolúmenes, por no hablar de los taxistas (sobre todo con el Toyota Prius)… Tenga en cuenta que está 10 veces menos gravado que el gasóleo, y 14 menos que la gasolina, y si antes estaba reservado sólo a los vehículos de servicio público, hoy ya no (desde 2003). Hoy hay adaptaciones muy bien resueltas para convertir un coche de gasolina en mixto (gas y gasolina) y estas conversiones están subvencionadas en muchas CC.AA., de ahí su proliferación.
El gas licuado de petróleo (GLP, no confundir con el metano o gas natural) es un subproducto barato de la destilación del crudo, muy volátil, que no requiere de costosos tratamientos de refino, deshidratación y desulfuración. Tiene más octanaje que la gasolina (103 NO) pero es menos denso, lo que implica mayor consumo (en torno a un 15-20% más en litros), pero como nos cuesta la mitad… Además, emite menos CO2. Su único inconveniente en realidad es su escasa red de puntos de recarga (hoy no llegan ni a 100 en toda a España), aunque Repsol se ha comprometido a doblarlo para finales de año, y junto con otros distribuidores, la idea es llegar a mil puntos en 2015.
Si circula mayoritariamente en ciudad, por Madrid y alrededores, el problema es menor, pero en viajes largos conviene tenerlo en cuenta, aunque siempre se puede volver a rodar con gasolina (para eso son sistemas mixtos bifuel). Las adaptaciones actuales (casi todas de origen italiano, por algo es Italia junto con Polonia los países con mayor parque de coches a gas, dos millones de vehículos cada uno) son muy correctas y poco costosas, tomando como depósito de gas el lugar de la rueda de repuesto (circular y de su mismo tamaño, pero blindado, capaz de aguantar hasta 30 bares de presión –a los 27 abren las válvulas de seguridad–). Y además, si hay subvención oficial, salen gratis… No hay más que ver como muchos (la mayoría) de los Toyota Prius que circulan por Madrid como taxis, son convertidos automáticamente por sus propietarios a GLP en cuanto expira su garantía de 3 años. En su caso, si le gusta el Fiat Bravo, ya lo tiene bifuel para gasolina y GLP con 90 CV y a muy buen precio. Y desde luego, si lo que busca es el km de rodaje más barato, el gas es lo suyo.