G.P. MALASIA 2013: “GUERRA ABIERTA EN RED BULL”

27 marzo, 2013

Pepe Valenciano

La carrera nº 200 de Fernando Alonso y Mark Webber no será recordada precisamente por un aniversario feliz. En el caso del piloto español de Ferrari tuvo un feliz comienzo con un trágico final en poco más de una vuelta. Mientras que de nuevo volvió a hacer de las suyas, o sea, una salida magistral pasando a Massa y encimando a Vettel, y tras una más que dudosa maniobra del alemán reduciendo la velocidad donde no tenía por qué, le dio al piloto alemán dos toquecitos inapreciables pero fatales, pues rompieron su alerón delantero que quedó descolgado. Aún así el “Indomable” Alonso siguió en pista y tras haberse superado por Webber tras unos momentos de incertidumbre con su toque, se lanzó a por el australiano a quien sobrepasó en recta aún llevando un alerón delantero que estaba hecho unos zorros. El piloto español lo dijo claramente tras la carrera: Vettel redujo inexplicablemente la velocidad lo que provocó que el Ferrari de Alonso se lo comiese por centímetros. ¿Simple casualidad, o hecho calculado del alemán?, no lo sabremos. Pero en Ferrari andan con la mosca detrás de la oreja y a buen seguro que Alonso no lo va a olvidar.

En el box de Ferrari tomaron la decisión más arriesgada (que de haber salido bien les habría dado la victoria, probablemente) y decidieron seguir hasta completar tres vueltas más, suficiente para hacer la primera parada, quitar las gomas de lluvia (la pista se estaba secando a velocidad supersónica, típico en Malasia), montar las de seco y lanzarse a liderar la carrera. Pensaron que el alerón aguantaría, pues el toque fue levísimo contra el difusor del Red Bull de Sebastian Vettel, pero tras la pasada increíble a Webber, y lanzado Alonso en el rebufo de Vettel para ponerse primero, las turbulencias de ir detrás y la pérdida de carga aerodinámica en un sitio vital, hizo que el alerón se descolgase totalmente del morro del F138, lo que produjo un recto en la recta de meta que llevó a Alonso contra la escapatoria y dejando anclado su monoplaza, ya sin opciones de continuar. Ahí acabó su 200 aniversario y su segundo puesto momentáneo de la Clasificación de Pilotos que tras esta negra carrera para él, pasa a ocupar la sexta plaza lejos de la cabeza. Pero todavía queda mucha tela que cortar y ya por fin se puede decir que Ferrari está en todo lo alto luchando de tu a tu contra Red Bull. Tiempo habrá para recuperar el terreno perdido. ¿Alguien lo duda?, el Indomable no, desde luego.

En el caso de Mark Webber, su celebración no pudo ser más agridulce. Cuando tenía el triunfo en la mano, que se había fraguado con una excelente carrera, partiendo de una buena salida –esta vez sí lo hizo bien- un desatado Sebastian Vettel, insaciable, caníbal del asfalto, no pudo contenerse y tras desobedecer órdenes directas del muro de la bebida energética, achuchó a Webber hasta la extenuación, provocando una lucha titánica, sin cuartel, poniendo en peligro la integridad de ambos monoplazas con un adelantamiento en la recta de meta rozando el muro a escasos milímetros del coche de Webber quien tuvo que ceder ante el ímpeto teutón. Era la vuelta 45, y Vettel con gomas nuevas medias contra las usadas blandas de Webber, empezó la caza y el acoso y derribo del australiano, quien con resistencia numantina aguantaba los azotes del vikingo. Los dos se pasaban mutuamente, corrían en paralelo, tomando riesgos innecesarios. “He sentido miedo. Mark ha sido un estúpido”, soltaba Vettel por radio cuando pasó a Webber rozando el muro del pit lane. En el muro de Red Bull debieron acordarse del episodio similar de Turquía 2010 cuando ambos se enzarzaron y acabaron chocándose entre ambos, dando un espectáculo dantesco visto desde su box, y provocando la risa incontenible de sus adversarios que veían como se comían entre ellos. En esta ocasión en la escudería energética no estaban dispuestos a presenciar semejante escena de nuevo. Ordenaron a Vettel que dejase a Webber usando las palabras claves que el propio Webber desveló después en el podio: “Multi 21, Seb, multi 21”, le dijeron por radio a Vettel. Las palabras mágicas de mantener el orden, mantener la posición, algo que de ninguna manera pueden ignorar los pilotos. Más antes ya le habían lanzado un misil a Vettel desde el muro: “No hagáis tonterías”, les dijeron viendo que ni uno ni otro iba a ceder en su lucha. Cierto es que Vettel pidió por radio que le ordenasen a Webber dejarle pasar: “Es muy lento, quitadlo de en medio”, dijo el alemán. Pero no hizo caso. “Eligió ignorar la orden”, espetó el director de Red Bull, Christian Horner, quien previamente lanzó una hondanada a Vettel nada más cruzar la meta como ganador: “Enhorabuena, aunque hay mucho que aclarar”.

Por detrás entraba Webber quien había renunciado a luchar por la victoria, ni tan siquiera a perseguir a Vettel una vez que le sobrepasó, pero sí se dedicó a macerar a fuego lento su respuesta dura, contundente y en público para mayor deshonra del alemán y dejando atónitos a todos los miembros de su equipo, incluido Vettel, quienes se quedaron de piedra con las declaraciones del australiano al término de la carrera, dentro del descansillo previo al podio, y después en el podio cuando no se cortó el australiano, que dijo: “Yo también podría haber ganado la carrera, pero el equipo me dijo que cuidara el motor. Vettel ha tomado sus propias decisiones y así ha acabado”. Y acto seguido soltó otra bomba que no debió sentar nada bien ni a Vettel ni a su equipo: “Lo siento por Fernando”. Vettel intentó suavizar la tensión del ambiente: “Mark…”, pero el australiano ni le miró y le espetó “Multi 21, Seb, multi 21”, golpeando la mesa de la antesala del podio con la botella de agua. Bien sabía Webber que millones de personas lo estaban presenciando por televisión a pesar de que los primeros momentos nos los hurtaron poniendo imágenes intrascendentes. Christian Horner, además, parecía resignado ante la situación creada por el díscolo pupilo tricampeón del Mundo. “Eligió ignorar la orden –dijo Horner-. ¿Alguien cree que si le hubiéramos dicho algo habría devuelto su sitio?. Antepuso sus intereses y lo ha hecho mal. Pero así son los pilotos, y Seb es ambicioso. No habría logrado lo que tiene sin forzar los límites, los suyos y los del equipo”. Así lo resumió Horner. Más claro, agua.

Sebastian Vettel, sorprendido por la reacción en su contra de su propio equipo, y probablemente aleccionado por los suyos, no perdió el tiempo y emprendió el camino de la disculpa antes de que la herida se enquistase demasiado. Así el alemán empezó diciendo “No me importa la crítica, pero debo una explicación a Mark y a todo el equipo. Es un triunfo del que no estoy muy orgulloso. Hoy debería ser Mark el que estuviera en lo alto del podio”. Tras momentos de reflexión, el alemán se puso manos a la obra para quitar hierro a todo lo sucedido: “Pido perdón a Mark. Él estaba intentando conservar el coche y los neumáticos y yo tomé la decisión de adelantarlo cuando lo estaba haciendo. No debería haberlo hecho”, reconoció el piloto alemán. ¿Lograrán calmarse las aguas turbulentas que corren por Red Bull?. Si no impera la paz y el sentido común, sus adversarios se beneficiaran. Y eso es algo que de ninguna manera van a permitir en Red Bull. O al menos eso creemos. ¿Habemus pax?.

Además de todo esto, otra guerra tuvo lugar también sobre la pista de Sepang. La lucha entre los dos pilotos de Mercedes, Lewis Hamilton y Nico Rosberg. El joven piloto alemán iba detrás del inglés, que calzaba gomas más frescas, y se lanzó a por el ex de McLaren. Eran las últimas vueltas y el podio estaba en juego. Como era de esperar, Hamilton no se amilanó y no estaba dispuesto a dejarse pasar. Los galones del equipo estaban en juego. Desde el muro, Ros Brawn dio órdenes claras, meridianas, a sus pupilos: “Por favor mantén la distancia”, le espetó a Rosberg, quien respondió: “Creo que soy más rápido”. Pero Rosberg se doblegó sumiso, y demostrando que es un verdadero jugador de equipo, se plegó a los deseos del jefe Brawn. Lewis Hamilton, sabedor de la jugada y del intachable e inmaculado comportamiento de su compañero, se apresuró a agradecérselo de la mejor forma posible: “Siento que Nico tenía que estar aquí, es un gran compañero y ha hecho un gran trabajo. No he podido alcanzar el ritmo de los de delante, pero tengo que dar las gracias. No puedo decir que me sienta de la mejor forma posible, pero así son las carreras”. Nico Rosberg, por su parte no dejó pasar la ocasión para recordarle a su jefe de filas, Brawn, que él es un chico obediente. Al cruzar la meta, le dijo por radio: “Acuérdate de ésta”.

La anécdota divertida de la jornada la protagonizó Lewis Hamilton quien en su primera parada en box, se fue directo al sitio de McLaren, quienes atónitos le indicaban con el brazo que siguiese más adelante, que ese no era su sitio. Hamilton se apresuró a irse a su box. Ya después, preguntado por esta cuestión dijo que era “la costumbre, estuve muchos años en ese equipo”. En cambio, las anécdotas negativas de la jornada fueron los muchos pit-stop espantosos que hubo en Sepang. Lentos, lentísimos en varios equipos, en especial en Force India que arruinaron las carreras de sus pilotos. Francamente, no recuerdo un Gran Premio con tantos errores graves de paradas. Con lo caro que está conseguir una décima por encima de un rival, y van los “tuercas” de turno y se dejan un montón de segundos. Pues que vayan espabilando porque este año con la degradación tan brutal de gomas, van a tener trabajo a destajo.

Fernando Alonso le puso un poco de pimienta a todo este asunto de las guerras de equipos y lanzó desde twuitter este mensaje: “Para una vez que no subo al podio, ¡la que me estoy perdiendo!. No les vuelvo a dejar solos…”, dijo bromeando el piloto español de Ferrari. El asturiano analizó lo sucedido: “Mala suerte hoy, como siempre a lo largo de 19 carreras se compensará, así que listos para recuperar puntos en la próxima! .El podio no lo vi. Cuando cruzaron la meta, apagué la tele y me perdí la mejor parte. Es una pena no haber podido estar ahí pero si han tenido una lucha entre ellos y también en Mercedes, ojalá pueda ser bueno para nosotros porque no tienen el equipo tan unido como lo podemos tener nosotros». Sobre el por qué no pararon enseguida, también se explicó el español: «Yo no veo nada prácticamente desde la posición del coche. Las sensaciones no eran del todo malas conduciendo el coche y sabíamos que en la vuelta 3 ó 4 había que parar a poner los neumáticos de seco. Durante la vuelta que dimos el alerón parecía estar bien y por la tele no parecía dar problemas y por tanto nos dijimos vamos a intentar aguantar dos vueltas más y cuando paremos a poner los neumáticos de seco, cambiamos el alerón porque si paramos en la vuelta 1 y luego en la 3, estamos últimos destacados». Sobre las críticas de no parar, también se explicó Alonso: «Es posible que por televisión parezca un error nuestro el de no entrar en boxes pero si lo hacíamos, hubiéramos sido últimos seguro porque teníamos que parar en la vuelta 4 ó 5 para poner los neumáticos de seco», afirmó. «Sé que se va a decir que teníamos que haber entrado en boxes, pero decirlo ahora es fácil», dijo. «Ha sido un cúmulo de mala suerte terrible. Hemos visto en Australia toques contra los muros e incluso aquí en la vuelta de formación y no ha pasado nada. Y nosotros acariciamos un coche y no tuvimos ni la suerte de que el alerón se cayese y así entráramos directamente a boxes. Tuvo que ponerse justo debajo del coche. El factor mala suerte es inapelable», lamentó el piloto español, quien tiene claro que la mala suerte se reparte por igual o al menos eso espera: «Lo importante es sumar puntos y estar en el podio. Hoy no ha podido ser. Los pilotos siempre tenemos de media dos o tres abandonos durante la temporada, nosotros hemos puesto ya una cruz en nuestra casilla y cuando lleguen las cruces a los demás intentaremos recuperar el terreno en los próximos grandes premios»“Ha sido una pena, sin duda, puesto que hubiésemos podido pelear con los Red Bull, pero las circunstancias no ayudaron. Aparte de las decisiones que tomamos, la mala suerte también influyó mucho, si tenemos en cuenta la cantidad de salidas de pista sin consecuencias que hubo en Australia y esta misma tarde cuando salimos a la pista. Ahora ya estamos centrados en las próximas carreras de China y Baréin, esperando hacerlo mejor que el año pasado para llegar a Europa con el mayor número de puntos posible”.

Así pues asistimos en Sepang a uno de los podios más gélidos que se recuerdan. Con Vettel en lo más alto, con Mark Webber (2º) sin mirarlo siquiera, con el cuchillo entre los dientes, y con Lewis Hamilton discretamente sonriente, pero sabedor que el favor que le hizo Rosberg se lo tendrá que devolver. ¿Será capaz el inglés de ponerse en situación y jugar en equipo llegado el caso?. A tenor de lo que ocurrió con Fernando Alonso como compañero en McLaren (2007), será difícil. Pero Lewis parece más maduro que antes. Tiempo tendremos para comprobarlo.

Y a todo esto, ¿hubo realmente una carrera en Malasia?. Pues sí la hubo aunque los duelos fratricidas entre compañeros de Red Bull y Mercedes acaparasen lo más importante de la carrera, ello junto al sorprendente y prematuro abandono de Alonso. Por lo demás, esta carrera nos dejó a un Felipe Massa entonado pero incapaz de exprimir mejor su coche, para acabar quinto. La gran sorpresa negativa fueron sin duda los Lotus que tuvieron que conformarse con el sexto y séptimo puesto. Y la gran decepción, otra vez, fueron los McLaren, con un noveno puesto para Sergio Pérez y el 17º para Jenson Button, totalmente desdibujado. Mal están los McLaren, que tienen por delante un trabajo titánico si quieren sacar a flote su nave. Por de pronto, tienen tres semanas hasta la próxima carrera en China, Circuito de Shanghai.

(FOTOS: Sitio Web Oficial Ferrari, Red Bull Racing, Google Images)