En Francia empiezan a ser conscientes de que el celo excesivo en reprimir las infracciones de velocidad se vuelve a la larga en contra de las autoridades. Hay ya una proposición oficial de ley en el Senado para eliminar las sanciones por exceso de velocidad que no sobrepasen los 10 km/h sobre la limitación, que no tendrían multa, aunque sí un punto de retirada en el carnet de conducir (para que haya algún tipo de reprimenda).
Se calcula que el Estado francés recauda al año 600 millones de euros por multas por exceso de velocidad, y de que de éstas, el 90% lo son por rebasar de 0 a 20 km/h los límites, siendo consideradas infracciones “involuntarias”.
La propuesta al Senado considera que el exceso de multas por pequeños excesos de velocidad desautoriza al legislador, y desacredita al Estado que es visto como un mero recaudador y a la sanción, percibida como un impuesto encubierto. Esperemos que cunda también el ejemplo a este lado de los Pirineos…
