La obligación de llevar un alcoholímetro en el coche decidida en el pasado mes de julio de 2012 por las autoridades francesas ha sido finalmente desechada, eximiéndose a los conductores del mismo. Lo cierto es que esta medida fue decidida a título experimental, sin obligación de sancionar hasta marzo de este año. Y tras comprobarse la falta de suministro de suficientes alcoholímetros, así como su escasa fiabilidad, el gobierno ha decidido suprimirla.