Por problemas de dirección, corrosión y hasta de ajuste de alfombrillas Ford va a llevar a cabo tres de las mayores llamadas a revisión de la marca del óvalo en los últimos años. El total de unidades afectadas se eleva a casi 1,4 millones, todas ellas comercializadas en Norteamérica, de modo que no hay vehículos a reclamar en el mercado europeo. Del total, cerca de 1,1 millones son modelos SUV, en concreto los Ford Explorer y Escape y el Mercury Mariner, los tres por problemas de pérdida errática de la asistencia de la dirección, provocando imprecisiones de giro. De estos modelos hay afectadas 195.572 unidades del Explorer (producidas de 2011 a 2013) y 915.216 de los Ford Escape y Mercury Mariner (de 2008 a 2011), de ellos 736.400 vendidos en EE.UU. y 134.500 en Canadá, y casi 40.000 más vendidos en Méjico. Una serie de accidentes (una media docena) causada por este fallo (con un total de 6 heridos) ha llevado a Ford a realizar esta masiva llamada a escala americana.
La segunda llamada afecta a los Ford Taurus vendidos de 2010 a 2014, por un problema menor de corrosión de los contactos de la luz de la matrícula (que no se enciende), fácilmente subsanable, con un total de cerca de 200.000 vehículos implicados, y la tercera afecta a un total de 82.576 unidades de Ford Fusion y Mercury Milan, junto a los lujosos Lincoln Zephyr y MKZ por un problema aún más fútil, pero que podría afectar a la seguridad de conducción, como es el enganche de las alfombrillas delanteras con el pedal del acelerador.