
Se trata de un moderno sistema de frenado automático urbano que estrenó el nuevo Ford Focus y después el Ford B-Max. Una tecnología que ha sido diseñada para ayudar a los conductores a evitar colisiones a baja velocidad con vehículos parados o que se mueven despacio por delante.
El Active City Stop se caracteriza por un haz de luz y un sensor de alcance montado en el parabrisas (LDAR) que ha sido diseñado para identificar superficies reflectantes hasta 12 metros por delante del vehículo. Así, cuando el sistema detecta un objeto, calculará 50 veces por segundo la fuerza del frenado necesaria para evitar la colisión.
Si el conductor no llega a reaccionar ante el tráfico lento o totalmente detenido y el sistema detecta que el accidente es inminente, reducirá la potencia del motor, aplicará los frenos con toda la potencia, calará el motor y activará las luces de emergencia posteriores para avisar a los coches que hay por detrás, con lo que otros usuarios de la carretera son avisados con antelación de las posibles situaciones de riesgo por delante.
El Active City Stop funciona a velocidades por debajo de 30 km/h. En los ensayos, el sistema ha evitado colisiones de forma continuada en las cuales la diferencia de velocidad entre los dos vehículos era de 15 km/h o menos. A velocidades entre 15 y 30 km/h el sistema está programado para reducir los daños del impacto.