La californiana Fisker Automotive tiene ya representación ibérica (España y Portugal, y además Marruecos) a través de su nueva filial marbellí, representada por el grupo malagueño Guarnieri. Con ella llega a España la venta del Karma, su modelo icono, y más tarde el futuro Atlantic.
En realidad, el Fisker Karma no es un eléctrico puro (un coche Z.E., “cero emisiones”) sino un eléctrico “range extended”, o sea de autonomía ampliada, como los Volt y Ampera de GM, con motor eléctrico alimentado por baterías que siempre es el que mueve el coche, más un motor térmico dedicado sólo a cargar las baterías de ion-litio de tracción (un 4 cilindros 2.0). Así logra unas brillantes prestaciones (201 km/h y 6 segundos de 0 a 100 km/h) con un modo de actuación “sigiloso” donde sin cargar las baterías (o sea, en modo “Z.E.”) puede alcanzar los 153 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 8 segundos. En conjunto, ha logrado homologar 53 grs/km de CO2 y un consumo medio de poco más de 2 lts/100 km (aunque con el motor térmico 2.0 cargando a tope sube a 9,7).
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Con bastidor y suspensiones de aluminio, tracción trasera (por dos motores de 150 KW, uno por rueda, o sea 300 KW equivalentes a 403 CV) y grandes ruedas de nada menos que 22” de diámetro, el Karma es el coche de moda entre las celebridades americanas (lo usa el actor Leonardo di Caprio, que es además accionista de la empresa) y pretende convertirse también en el de las europeas, de ahí su especial promoción entre la “jet set” y la “gente guapa” de nuestro continente, con concesionarios en Mónaco, Cannes, Marbella, etc.
Su autonomía total es de 483 km, con una específica eléctrica (o sea, sin recargar baterías en marcha) de 80 km, pudiendo además recargarse en un garaje mediante una toma doméstica de 220 V (aunque como americano típico, su cargador incorporado sólo lleva conversor a 110 V, vendiéndose opcionalmente el de 220/240V, algo un tanto absurdo en un coche que vale 102.000 euros). Esta recarga “plug in” casera lleva entre 6 y 14 horas, y permite en recorridos urbanos y cortos utilizar el coche como un eléctrico puro “cero emisiones”.
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Sin duda, lo mejor del Fisker Karma es su elevado par constante desde cero (nada menos que 135 mkg) lo que le permite pese a su elevado peso aceleraciones fulgurantes a baja y media velocidad (en especial hasta los 60/70 km/h), comparables a las de los más brillantes superdeportivos de motor térmico. Lo peor, aparte de su precio (100.000 dólares en USA), es resolver algunos problemas de incendios que han tenido y encontrar un nuevo proveedor de baterías de ion-litio, ya que el actual (A123 Systems) ha quebrado.
Con destacados accionistas norteamericanos y europeos (entre ellos Alberto de Mónaco) Fisker ha logrado 1.200 millones de dólares para ampliar su proyecto comprando una fábrica a GM en Delaware (EE.UU.), con las esperanzas puestas en su futuro modelo para 2014, el Atlantic, más modesto que el Karma y a un precio de unos 60.000 euros.