Fiat, en la encrucijada

19 junio, 2018
G. ROMERO-REQUEJO
Marchionne comunica su plan hasta 2022

El Grupo FCA comunicó recientemente a través de su máximo responsable Sergio Marchionne, sus planes de desarrollo hasta 2022, focalizándose en la producción de motores electrificados, el abandono del diésel en los turismos y la conducción autónoma.

La reciente evolución del grupo FCA (Fiat Chrysler Automobiles) empieza a dar mucho que pensar; la empresa clave del mismo, Fiat, aparece cada vez más oculta y relegada, cuando la “F” que protagoniza ha sido en gran parte la madre del automovilismo europeo. Hacia 1970, de cada 4 coches que se matriculaban nuevos en Europa, uno era Fiat, bien directamente bien de marcas que los construían bajo su licencia (y no han sido pocas; desde nuestra Seat hasta la rusa Lada, pasando por muchas otras como la polaca Polski, la alemana NSU (Fiat Neckar), la yugoslava Zastava… Fiat era el coloso industrial del automovilismo europeo, que acabó absorbiendo a todas las marcas de su país (Autobianchi, Lancia, Innocenti, Alfa Romeo, Maserati, Ferrari, Iveco…) con la excepción de Lamborghini, hoy en manos del Grupo Volkswagen.

Pero al cabo de casi medio siglo, hoy la realidad es muy distinta. Tras numerosas dificultades financieras, la creación del grupo FCA fue el inteligente golpe de efecto para hacer de Fiat un motor internacional de crecimiento, con el apoyo de Chrysler (solo para EE.UU.) y Jeep (que produce cerca de 2 millones de vehículos). Pero los hechos han venido a desmentir las intenciones, como lo ha confirmado su último plan quinquenal; el grupo se apoyará en su expansión internacional en Jeep (con la pretensión de que para 2022 uno de cada doce SUV`s que se vendan en el mundo sea Jeep, un objetivo a su alcance, ya que hoy lo es uno de cada 17), y en menor medida en las marcas italianas Alfa Romeo y Maserati, consideradas “premium”, pero evidentemente minoritarias. Ni una sola mención a Fiat, que siempre ha sido la gran marca de volumen a nivel europeo.

FCA invertirá hasta 2022 más de 9.000 millones de euros para ofrecer hasta 30 modelos con algún tipo de electrificación (10 de ellos totalmente eléctricos) que reemplacen totalmente a los motores diésel de los vehículos de pasajeros para 2021, aunque continuarán ofreciendo tecnología diésel en los vehículos comerciales ligeros. Esto se debe principalmente a la presión que se ejerce desde los estados europeos que hará encarecer la tecnología diésel en el futuro y por tanto será menos atractiva para los compradores. No obstante, el montante total que destinará FCA a sus diversas marcas hasta 2022 asciende a 45.000 millones de euros, de los que el 75% irá para Jeep, Alfa Romeo, Maserati y Ram, y el restante para Dodge, Chrysler y Fiat. Los frutos esperados de dicha son 19 nuevos modelos en el mercado para 2022.

A Fiat se la arrincona en el comunicado plan quinquenal (salvo para el Fiat 500 y el Fiat Panda no se prevén inversiones y además, pocas). Hace dos décadas sería impensable un abandono de este calado. Pero desde la muerte del “avvocato” Agnelli, la llegada de directivos tecnócratas como Sergio Marchionne han puesto fin a la italianidad de Fiat, que ya ni siquiera tiene su sede en Italia, sino en Holanda, por pura conveniencia fiscal.

Marcchionne, ahora ya casi como ejecutivo saliente, le ha dado la puntilla final a Lancia (funcionalmente muerta, aunque aún operativa en Italia), se supone que para salvar a Alfa Romeo (lo que aún está por ver: la marca que hace medio siglo era la rival deportiva de BMW hoy sigue siendo un apéndice muy débil del grupo, con una gama moderna de apenas media docena de modelos, contando el nuevo Alfa Stelvio). Y sobre la marca más elitista del grupo, Ferrari, está independizada del Grupo FCA y va por libre ganando millones.

Fiat tiene fábricas muy rentables, y es quizá la única marca europea capaz de hacer frente a la avalancha “low cost” asiática. Pero no hay planes para ella en el quinquenio (salvo para la división de vehículos comerciales que es muy rentable), ni siquiera a nivel de coche eléctrico, tan sólo la apuesta de colaboración con Waymo, la división de conducción autónoma de Google. Respecto a la tecnología de conducción autónoma, el grupo FCA proporcionará Niveles 2+ y 3 de autonomía en todos los mercados entre 2019 y 2021 y confía en poner sistemas de conducción autónoma de Nivel 4 hacia 2023. Así las cosas, el futuro no pinta nada bien para Fiat. ¿La acabaremos viendo en manos chinas (las de Ghuangzou quizá, su socio chino)? Una posibilidad que cada vez parece más plausible…

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