Ferrari Omologata, a medida de su único cliente

25 septiembre, 2020
J..C. BERGER
Un V12 hiper exclusivo

Nacido como la última propuesta de la marca del “cavallino” como modelo “one-off”, encargado a medida por un exigente cliente europeo, el Ferrari Omologata busca evocar la apasionada relación de Ferrari con las carreras de competición GT.

La moda de lanzar ejemplares únicos hechos artesanalmente de encargo, como modelos especiales parece seguir cuajando en Ferrari. Hecho como modelo único por encargo artesanal, no es más comercial que si se tratara de un “concept”, aunque para hacer honor a su nombre ha sido realmente homologado (algo caro e innecesario en un modelo único de coleccionista, pero que a buen seguro incrementará su valor de reventa en el futuro) para cumplir los requisitos de circulación en vías urbanas e interurbanas (y también para honrar la memoria del Ferrari 250 GTO, donde la “O” significaba precisamente “omologata”).

Se trata de una variante del Ferrari 812 Superfast, realizado sobre su plataforma y con su motor V12 de 800 CV, cambio automático de 7 marchas y propulsión trasera. Sin datos sobre sus prestaciones (se supone que iguales a las del Superfast, o sea 340 km/h de velocidad punta y menos de 3 segundos de 0 a 100 km/h), representa el décimo Ferrari construido sobre esta base con motor V12 delantero, entre los que figuran los P540 Superfast Aperta, F12 TRS y SP 38. Probado en el circuito de Fiorano luciendo el típico color rojo de la marca (Rosso Magma tricapa) combinado con fibra de carbono oscura, presenta un claro diseño “retro” con su carrocería artesanal de aluminio que sólo conserva del 812 Superfast faros y parabrisas.

Diseño atemporal

Diseñado por Flavio Manzoni, el Ferrari Omologata ha tardado poco más de dos años en realizarse, basando su inspiración en muy diversos conceptos, desde el legado de la competición a la ciencia ficción o la arquitectura moderna. La idea inicial fue crear un diseño futurista con elementos propios reinterpretados junto con los del cliente, buscando un diseño atemporal en el que la configuración de morro largo con motor delantero se aprovechase para mostrar una estampa elegante definida por volúmenes suaves y ondulantes, sólo alterada por el perfilado de superficies exigido por la aerodinámica.

En suma, un difícil equilibrio entre expresividad y contención, capaz de conjuntar su presencia en la calle sin merma de un estilo muy puro. Coupé dos puertas sin ventanillas traseras, presenta un volumen frontal decreciente desde la parrilla frontal oval y plana, de líneas laterales suavizadas frente a las del 812 y una zaga bastante “retro” con la luneta cubierta por tres bandas horizontales a modo de puentes aerodinámicos (para laminar el flujo del aire), grandes pilotos circulares en las esquinas y 4 tubos de escape, dos en cada extremo. Tan sólo choca un poco el tamaño del escudo deflector inferior dentro de una estampa muy de Ferrari años 70.

El interior sin embargo es muy actual, con un habitáculo casi idéntico al del 812 Superfast, con los asientos de color azul eléctrico, tapizados en piel y tela “Jeans Aunde” con cinturones de seguridad de 4 puntos (como los de competición) que destacan en un interior negro que refuerza el diseño “retro” confirmado por algunos detalles metálicos en volante y salpicadero, acabados con pintura martelé (craqueada) en puntos como los tiradores de puerta y el puente de la consola central, que le confieren un cierto aire al de los Ferrari clásicos de competición de los años 50 y 60 del pasado siglo (los 250 LM y 250 GTO en los que se inspira).

Ferrari no ha dado a conocer ni al propietario (sólo se sabe que es europeo, suizo al parecer) ni el precio (por fuentes no oficiales se afirma que supera el doble del Superfast, o sea que se debe mover entre los 800.000 y el millón de euros, teniendo en cuenta que se trata de un modelo único hecho a medida). En todo caso una excentricidad de buen gusto que contribuye a sanear la rentabilidad de la firma de Maranello.

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