Ahora con «hard top»
Más que una novedad en sí misma es una continuación lógica del 458 Italia que el superespecialista italiano del “cavallino” presentará en el Salón de Fráncfort. En definitiva, la versión descapotable de su 458, con la singularidad de un techo duro retráctil que le permite la misma dualidad del California a un nivel algo superior, como le autoriza su V8 4.5 de 570 CV.
Bajo el diseño del 458 Italia, este 458 Spider cambia sólo en el techo ya que hasta mantiene su misma caída hasta la zaga, apenas levemente más alta. El motor es el mismo del 458, el V8 atmosférico a 90º de 4,5 litros de cubicaje (4.499 cc), que rinde 570 CV (425 Kw) a nada menos que 9.000 rpm (uno de los mayores regímenes de giro de un motor de serie, incluso entre los superdeportivos) y da un par máximo de casi 56 mkg a 6.000 rpm, lo cual significa, teniendo en cuenta sus 1.430 kg de peso en vacío, una relación peso/potencia de apenas 2,5 kg por CV.
Esta mecánica brillante y refinada, de extraordinario rendimiento (más de 126 CV/litro) ha sido elegida como motor del año 2011 por su ingeniería. Destaca especialmente por su alta relación de compresión (12,5 a 1) y por lograr ofrecer un buen nivel de par desde 3.000 rpm (más de 36 mkg) lo que le autoriza una conducción bastante civilizada en tráfico urbano.
El cambio corre a cargo de una transmisión robotizada de 7 velocidades, con accionamiento hidráulico de su doble embrague y levas al volante, con una electrónica muy evolucionada y próxima a la del cambio de los Ferrari de Fórmula 1. Con esta mecánica, Ferrari anuncia más de 320 km/h de velocidad punta y una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 3,4 segundos. Y el consumo oficial combinado no es nada exagerado, menos de 12 litros (11,8) cada 100 km, con una emisión media de 275 grs/km de CO2, tampoco nada excesiva para un superdeportivo de 570 CV como éste.
En cuanto a dimensiones, tampoco hay apenas cambios frente al 548 Italia: con 2,65 m de batalla, su longitud total sigue siendo bastante contenida, ya que se eleva hasta los 4,53 m, por una anchura de 1,94 m y una altura de sólo 1,21 m, que desde luego obliga a estar en forma a la hora de entrar y salir del coche. El peso se ha logrado mantener en vacío por debajo de la tonelada y media, lo que ya tiene mérito, respetando un reparto de pesos (delante/atrás) que prima la recarga sobre el eje motriz posterior, aunque no exageradamente (42/58 por ciento).
Pero lo que constituye su auténtica singularidad es su techo duro retráctil, totalmente construido en aluminio y que resulta hasta 25 kg más ligero que el techo plegable automáticamente en lona, y eso que su accionamiento de cierre y apertura sólo requiere 14 segundos para completar cada proceso.
Su compacto diseño ha permitido alojarlo en un compartimento mínimo por delante del motor central, mientras que estas mismas proporciones han consentido permitir un aceptable espacio para equipajes justo tras los asientos.
El diseño de la zaga mantiene las generosas tomas de aire para el motor, así como para el embrague y los radiadores de aceite del cambio. Además, hay disponible una pantalla posterior cortavientos (antirremolinos) que elimina en gran medida el ruido del aire a gran velocidad, hasta el punto de que según Ferrari con ella puesta es posible mantener una conversación normal entre conductor y acompañante incluso a más de 200 km/h.
Suspensión y trenes rodantes son los del 458 Italia, con triángulos superpuestos y llantas de aleación forjadas de 20 pulgadas, calzadas con neumáticos ZR de 235/35 delante y 295/35 detrás, y dispone de las ayudas electrónicas de éste, en especial del diferencial posterior electrónico (E-Diff) integrado en el control de tracción F-1, así como un ABS de altas prestaciones pensado para lograr la máxima eficacia de los frenos.
Con la misma rigidez de las “berlinettas” Ferrari, este 458 Spider (así, con i latina, según la tradición italiana), está llamado a marcar un hito en la oferta de los superdeportivos de la marca, lejos del compromiso comercial que hasta ahora ha venido representando el California. Ahora falta saber su fecha de comercialización… y su precio, que a buen seguro superará los 220.000 euros de su hermano de techo fijo, para situarse entre los 235.000 y los 250.000, según las previsiones más probables.